La ruta migratoria m¨¢s mortal, en la mirada de un ni?o
El m¨²sico senegal¨¦s Faada Freddy es el autor de la canci¨®n ¡®Reality cuts me like a knife¡¯ que suena en el v¨ªdeo dirigido por el ilustrador espa?ol Lusmore Dauda y anima una campa?a de sensibilizaci¨®n lanzada por SOS Mediterran¨¦e France. Expresa el dolor de una generaci¨®n que se arroja al mar en pateras al grito de ¡°Bar?a o Barsak¡± que, en wolof, significa o llegar a Barcelona, a Europa, o morir en el intento
Es un hombre del soul. Porta el alma milenaria de la m¨²sica; la lleva metida en cada cent¨ªmetro de piel. Faada Freddy vibra con un swing envidiable, ejecutando todos los instrumentos con la voz y percutiendo su cuerpo. Sus verdades nacen de la reverberaci¨®n de su pecho. Desde esa profundidad de la propia carne, Faada expresa el dolor que un ciudadano senegal¨¦s siente frente a este fen¨®meno migratorio que desangra a su pa¨ªs y a los de su entorno, y lo plasma ahora en una campa?a de apoyo a la organizaci¨®n francesa SOS M¨¦diterran¨¦e.
Maestro de esto que ¨¦l mismo ha dado en llamar music bio, director de coros de g¨®spel y virtuoso del bitbox, Faada Freddy es el autor y compositor (junto con Amadou Thiedel Camara) de Reality cuts me like a knife (la realidad me corta como un cuchillo), la canci¨®n que suena en el v¨ªdeo animado dirigido por el talentoso artista espa?ol Lusmore Dauda y producido por Malick Ndiaye?de?Think Zik. El clip, que forma parte de la campa?a de sensibilizaci¨®n de la ONG de salvamento, eriza la piel porque su protagonista es un ni?o, Omar, que podr¨ªa ser todos los j¨®venes africanos que no paran de morir en el mar, intentando alcanzar algo que creen que nunca encontrar¨¢n en casa.
El creador del exitoso ¨¢lbum Gospel Journey (2015), para el que se grab¨® Reality cuts me..., se crio y vive en Dakar, aunque su carrera musical internacional lo obligue a pasar largas temporadas en Par¨ªs o en Barcelona, desde donde atiende en un alto de la gira como invitado de Daara J Family, un grupo de hip hop surcado de tradiciones de ?frica Occidental. Justamente es la capital catalana la que nombran los chicos, las mujeres y los hombres que se embarcan en cualquier playa de la costa senegalesa, a jugarse la vida por la traves¨ªa: ¡°Bar?a o Barsak¡±, tal es el grito desesperado que, en wolof, significa que se trata de llegar a Barcelona, a Europa, o morir en el intento.
¡°No hay punto intermedio entre el ¨¦xito y la muerte, porque Barsak es el lugar al que van los muertos, en nuestro idioma. Este es el fen¨®meno que sufrimos desde hace a?os. Entonces, lo m¨¢s importante es saber qu¨¦ les ha pasado a estos chicos para llegar a estar as¨ª de desesperados¡±, sostiene Freddy.
El mal de la desconfianza
¡°Ese dolor que atraviesa a toda una generaci¨®n que sufre un malestar vital¡± se condensa en la letra de la canci¨®n del videoclip que habla de arriesgarlo todo por algo de dinero. El m¨²sico explica que cuando vio los dibujos de Dauda pens¨® que se ajustaban muy bien a lo que quer¨ªa expresar desde esa fuerza que ¨¦l a¨²n tiene y que ya parecen haber agotado muchos de los j¨®venes de las pateras: ¡°La pieza es la traducci¨®n de un dolor interior que es dif¨ªcil de curar¡±.
Algo as¨ª como una esperanza desesperada, le decimos, o la paradoja de una realidad que ¡°corta como un cuchillo¡±. Freddy asiente: ¡°Para comprender el fen¨®meno hay que entender de d¨®nde viene el malestar, porque viene de muy lejos. El hecho es que hoy a muchos j¨®venes se les ha metido en la cabeza que para tener ¨¦xito en este pa¨ªs hay que hablar franc¨¦s (porque estuvimos colonizados) y que contemplan c¨®mo los pol¨ªticos se hacen ricos muy r¨¢pidamente. Esos chicos no saben ad¨®nde ir, porque la gente que trabaja no tiene nada¡±.
Se trata, a su juicio, de un sistema que conjuga ¡°la colonizaci¨®n econ¨®mica y el complejo social que Europa ha creado con la complicidad de dirigentes africanos corruptos¡±. Sin embargo, el m¨²sico admite: ¡°Todos tenemos nuestra parte de responsabilidad, tanto Europa y las multinacionales, como nosotros, los africanos. Pero las consecuencias no son compartidas y de ah¨ª viene la desesperaci¨®n, porque hoy el pueblo siente que no es m¨¢s el que decide qui¨¦nes le gobiernan; y esto no solo en Senegal, sino en el mundo¡±.
El resultado de esa ¡°corrupci¨®n a alto nivel¡±, seg¨²n Faada Freddy, es la sensaci¨®n de impotencia de los j¨®venes, que no se dan cuenta de todo lo que tiene el territorio en el que viven porque no cuentan con programas de formaci¨®n ni con herramientas para cultivar la confianza en s¨ª mismos: ¡°Al contrario, les hacen creer que no tienen nada y, de esta manera, los dirigentes eluden rendir cuentas sobre las riquezas que poseen nuestros pa¨ªses¡±.
La condici¨®n: disponer de los propios recursos
Mientras el ilustrador Lusmore Dauda se pregunta c¨®mo puede alguien adaptarse a un mundo que no est¨¢ dise?ado para ¨¦l, el m¨²sico habla de un sue?o roto, o de recuperar un sue?o: ¡°Lo m¨¢s importante es admitir que, en el mundo actual, todos tenemos necesidad de viajar... Los europeos viajan y nosotros tambi¨¦n. Aunque sabiendo, al mismo tiempo, que si los africanos no se ocupan de su continente, qui¨¦n va a ocuparse. Nosotros tenemos que construirlo. La verdadera riqueza de ?frica es la humana... Es demogr¨¢fica. Si los africanos toman conciencia de su riqueza y se dan cuenta de que deben producir y vender, pueden empezar a emprender para llevar adelante el potencial econ¨®mico de la regi¨®n, incluso aunque los dirigentes sean corruptos¡±. Hay esperanza, pero a condici¨®n de ¡°que nos dejen aprovechar nuestros propios recursos y que los acuerdos de partenariado sean equilibrados¡±.
El compositor, que est¨¢ creando ya su segundo ¨¢lbum, habla un compromiso concreto, que va m¨¢s all¨¢ de los versos de sus canciones, en los que todav¨ªa se propone dar con ¡°la¡± respuesta: ¡°Ya la hemos encontrado. Tenemos que curar el mal, que es un mal pol¨ªtico y social. Hay que crear mercados confiables. Necesitamos m¨¢s desarrollo que pol¨ªtica corrupta¡±.
Mientras trabaja por la confianza, Freddy desliza que entre los c¨®digos QR, los c¨®digos de barras y los pasaportes, ¡°la m¨²sica es la ¨²nica libertad que nos queda¡±.
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