Navanethem Pillay: ¡°La pena de muerte no tiene cabida en la era moderna¡±
La Comisi¨®n Internacional contra la Pena de Muerte ha recibido en Lisboa el Premio Norte-Sur del Consejo de Europa 2020. Hablamos con Navanethem Pillay, presidenta de la organizaci¨®n, sobre la pena capital, los futuros desaf¨ªos a los que se enfrenta la justicia y el papel de la mujer en la defensa de los derechos humanos
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La vida de Navanethem Pillay (Durban,1941) est¨¢ sucedida de hitos y primeras veces. Fue la primera sudafricana en obtener un doctorado en Derecho de la Facultad de Derecho de Harvard, en 1982. 15 a?os antes, en 1967, Pillay se convirti¨® en la primera mujer no blanca en abrir su propio bufete de abogados en la provincia de Natal, donde naci¨®. En 1995, un a?o despu¨¦s de que el Congreso Nacional Africano (ANC, en sus siglas en ingl¨¦s) llegara al poder, Nelson Mandela la nomin¨® jueza para entrar a formar parte del Tribunal Supremo de Justicia de Sud¨¢frica, siendo tambi¨¦n la primera magistrada no blanca en servir en este organismo.
De la etnia tamil, e hija de un conductor de autob¨²s, esta jurista admite que sus m¨¢s de 28 a?os como abogada durante el apartheid, defendiendo los derechos de los activistas encarcelados, entre ellos al presidente Mandela, le hicieron reflexionar sobre la pena de muerte y c¨®mo esta castiga a las familias, en especial a mujeres y ni?os. La que fuera Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos entre 2008 y 2014, preside desde 2017 la Comisi¨®n Internacional contra la Pena de Muerte (CIPM), organizaci¨®n que ha recibido el Premio Norte-Sur del Consejo de Europa 2020.
Este galard¨®n, que se otorga cada a?o desde 1995 a dos candidatos ¨Cactivistas, personalidades u organizaciones¨C que destacan por su excepcional compromiso con la promoci¨®n de la solidaridad Norte-Sur, se entreg¨® el pasado 9 de diciembre en Lisboa. Navanethem Pillay, tambi¨¦n conocida como Navi, no pudo asistir al acto en persona por las restricciones por la covid-19 que sufre recientemente su pa¨ªs tras la explosi¨®n de la variante ¨®micron. Al tel¨¦fono desde su residencia en Sud¨¢frica, hablamos con ella sobre la pena capital, los futuros desaf¨ªos a los que se enfrenta desde la Comisi¨®n, el papel de la mujer en la justicia y la defensa de los derechos humanos.
Pregunta. Enhorabuena por el premio. ?Qu¨¦ importancia tiene recibir este galard¨®n para la Comisi¨®n Internacional contra la Pena de Muerte?
Respuesta. Muchas gracias. Sin duda es muy importante, porque esta comisi¨®n est¨¢ formada principalmente por ex jefes de Estado, de gobierno, ministros, altos funcionarios de las Naciones Unidas, jueces, abogados y acad¨¦micos, y todos ellos, han estado trabajando en silencio y de manera constante durante 10 a?os para concentrarse realmente en hacer una buena labor. Nos toca el coraz¨®n que el trabajo haya sido reconocido. Es una recompensa, una sorpresa maravillosa y, a la vez, una gran difusi¨®n de todas las tareas que llevamos a cabo.
P. ?Cu¨¢les son los principales retos a los que se enfrenta actualmente la Comisi¨®n Internacional Contra la Pena de Muerte?
R. Bueno, hoy en d¨ªa, y aqu¨ª tambi¨¦n hablo como ex alta comisionada de Naciones Unidas, uno de los principales retos es es la protecci¨®n de los derechos humanos, adem¨¢s de salvaguardar la cl¨¢usula de soberan¨ªa. Estoy de acuerdo con la sociedad civil y otras ONG cuando definen como una situaci¨®n alarmante que algunos Estados quieran mantener un vac¨ªo legal para as¨ª evitar cumplir con sus obligaciones bajo el derecho internacional. Aunque en las ¨²ltimas votaciones para la moratoria del uso de la pena de muerte en Naciones Unidas se han unido cada vez m¨¢s pa¨ªses, todav¨ªa no todos tienen sistemas judiciales que se encaminan hacia un sistema de castigo m¨¢s humano. Un ejemplo de esto son los propios tribunales para juzgar los cr¨ªmenes de exYugoslavia y Ruanda, en los que la ONU no impuso la pena capital como m¨¢ximo castigo, si no la cadena perpetua. Debemos enviar el mensaje de que la pena de muerte no es disuasoria. Nadie ha podido a¨²n demostrar que en aquellos pa¨ªses donde hay pena de muerte, haya menos cr¨ªmenes. El desaf¨ªo, de nuevo, est¨¢ en hacia d¨®nde va el mundo.
Hay que enviar el mensaje de que la pena de muerte no es disuasoria. Nadie ha podido a¨²n demostrar que en aquellos pa¨ªses donde hay ejecuciones, haya menos cr¨ªmenes
P. Seg¨²n Amnist¨ªa Internacional, en 2020 se produjo el n¨²mero m¨¢s bajo de ejecuciones registrado en los ¨²ltimos 10 a?os. ?Qu¨¦ cambios cree que se han producido para que se reduzca esta cifra?
R. Uno de los grandes cambios parte de la sociedad civil y de movimientos como Amnist¨ªa Internacional, que realizan grandes esfuerzos para convencer a la gente y exponer la crueldad y el da?o de las ejecuciones que se est¨¢n llevando a cabo, especialmente en Estados Unidos, donde por ejemplo, los productos qu¨ªmicos utilizados causan mucho sufrimiento a las v¨ªctimas. Como te dec¨ªa antes, cada vez son m¨¢s los pa¨ªses que votan a favor de la moratoria del uso de la pena de muerte en Naciones Unidas, que se realizan cada dos a?os. A esto, se suma que pa¨ªses como Botsuana y Ghana no est¨¢n realizando ejecuciones desde hace a?os.
Hay muchos activistas que levantan su voz, especialmente en Oriente Medio y China, tienen poca libertad movimiento ante gobiernos que est¨¢n dispuestos a matar en nombre del Estado
Una delegaci¨®n de la CIPM y yo viajamos a Guyana, donde pudimos comprobar que no se ha realizado ninguna durante los ¨²ltimos 25 a?os, a pesar de que la pena capital siga contemplada en la ley. A su presidente le pregunt¨¦: ¡®?No le demuestra esto que la gente est¨¢ contenta sin que haya pena de muerte?¡¯. Y me contest¨®: ¡®No, la raz¨®n por la que no se realizan ejecuciones es porque nadie quiere trabajar de verdugo, nadie contesta a la oferta de trabajo que anunciamos¡¯. En definitiva, hay una mayor conciencia sobre la pena de muerte, junto a un mayor conocimiento mundial de los derechos humanos.
P. Si la sociedad civil, las Naciones Unidas y los organismos est¨¢n dispuestos a prohibir la pena de muerte, ?por qu¨¦ cree que algunos gobiernos se resisten?
R. Es cierto que hay un buen n¨²mero de pa¨ªses que se escudan en que la ONU a¨²n no ha podido aprobar una convenci¨®n contra la pena de muerte, para poder seguir administrando la pena capital por su cuenta. Muchos de estos gobiernos dicen que la ciudadan¨ªa quiere mantenerla, y en algunos estados de EE UU es un tema electoral, porque si aboliesen esta medida, muchos de estos pol¨ªticos admiten que perder¨ªan la mayor¨ªa de sus votos en la siguiente elecci¨®n. Soy consciente de que hay muchos activistas que levantan su voz, especialmente en Oriente Medio y China, donde esta sanci¨®n es frecuente, sin embargo, tienen poca libertad movimiento ante gobiernos que est¨¢n dispuestos a matar en nombre del Estado.
P. En el ¨²ltimo discurso en el D¨ªa mundial contra la pena de muerte, usted dec¨ªa que la sociedad debe centrarse en la figura de la mujer y de la pena capital como una realidad invisible. ?Por qu¨¦?
R. He descubierto que las mujeres se preocupan m¨¢s por las cuestiones de derechos humanos. Las encontrar¨¢s en cualquier tipo de protesta y siempre al frente de ellas. Adem¨¢s, son las que cuidan de su familia e hijos y, por lo general, los hombres son los que est¨¢n m¨¢s expuestos a la pena de muerte. Ah¨ª es cuando la mujer se da cuenta que la persona que se supon¨ªa que deb¨ªa ganar dinero y mantenerles se ha ido. Por eso afirmo que la pena capital castiga a la mujer y a los ni?os especialmente, les aumenta su carga. ?A qui¨¦n est¨¢ castigando el Estado con esa ejecuci¨®n? Claramente a la poblaci¨®n femenina.
P. ?Son la clase social y los factores de pobreza los que pueden llevar a que una persona inocente sea declarada culpable y enfrentarse a la la pena de muerte?
R. Absolutamente. CIPM publica extensamente sobre esto y otras organizaciones internacionales como Amnist¨ªa Internacional y Human Rights Watch tambi¨¦n. La pena de muerte afecta m¨¢s a las personas pobres y marginadas. Encontrar¨¢ que en todas las c¨¢rceles de los Estados Unidos, o en mi propio pa¨ªs, Sud¨¢frica, las personas pobres son tambi¨¦n las m¨¢s afectadas por la covid-19. Y una de las razones es porque no pueden permitirse una defensa adecuada. Eso no significa que los pobres cometan m¨¢s delitos, pero s¨ª que el acceso a la justicia se les deniega con m¨¢s frecuencia.
P. ?Qu¨¦ le gustar¨ªa lograr durante sus a?os como presidenta de la Comisi¨®n Internacional Contra la Pena de Muerte?
R. El primer paso ser¨ªa detener las ejecuciones, como ya pide la ONU, contra menores o enfermos mentales. Por supuesto, el objetivo final y por el que nunca nos rendiremos es el de poner fin a la pena de muerte de una vez por todas, a nivel mundial, en todos los pa¨ªses, porque alguien que sea inocente y ejecutado deber¨ªa pesar en la conciencia de todos y cada uno de nosotros. La pena de muerte no tiene lugar en la era moderna, que se rige por la democracia, el estado de derecho y los derechos humanos.
P. Como defensora de los derechos humanos todos estos a?os, durante la ¨¦poca del apartheid o al frente del tribunal de Naciones Unidas para Ruanda, ?cu¨¢les han sido los momentos o las circunstancias m¨¢s desafiantes?
R. Todos son momentos clave en mi vida, pero el m¨¢s duro, por supuesto, fue vivir el apartheid de Sud¨¢frica. Por eso entiendo lo que es ser una v¨ªctima sin derechos y sin acceso a la justicia. No hab¨ªa nada que pudieramos hacer durante 30 a?os como abogados, pero seguimos luchando y luchando, a pesar de estar muy limitados. Nunca pens¨¦ que ver¨ªa en mi vida el fin del apartheid, del racismo y de la discriminaci¨®n en Sud¨¢frica, pero ocurri¨® gracias a la acci¨®n colectiva de la sociedad. Para m¨ª, eso fue lo m¨¢s dif¨ªcil, pero lo m¨¢s maravilloso, porque toda la poblaci¨®n negra y algunos indios blancos estabamos involucrados en la lucha. Cuando comenc¨¦ a trabajar en el alto comisionado de la ONU, los gobiernos pensaban que la comida, la salud, la educaci¨®n, el trabajo, la vivienda y el agua no eran un derecho b¨¢sico. Y mira hasta d¨®nde hemos llegamos en su reconocimiento. Yo sol¨ªa decir que estos no eran productos que se venden solo a los ricos, sino que deben estar disponibles por igual para todos.
Nunca pens¨¦ que ver¨ªa en mi vida el fin del ¡®apartheid¡¯, del racismo y de la discriminaci¨®n en Sud¨¢frica, pero ocurri¨® gracias a la acci¨®n colectiva de la sociedad
P. Nelson Mandela, ya como presidente, la nombr¨® jueza en el Tribuna Supremo de Sud¨¢frica, conviritiendose as¨ª en la primera mujer no blanca con ese puesto. ?C¨®mo recuerda aquel momento?
R. Fue un momento maravilloso en mi vida cuando Nelson Mandela me llam¨® a casa y me dijo: ¡®Felicidades. Este nombramiento me llena de alegr¨ªa, espero que sea algo permanente. Dice mucho de ¨¦l como presidente, en un momento en el que podr¨ªa haber intentado aleccionarme y decirme c¨®mo actuar ante mi nuevo puesto. Antes se habr¨ªa pensado que como soy mujer, negra y abogada no iba a ser competente para el puesto, algo que con Mandela cambi¨®. La sociedad ha evolucionado mucho.
P. ?De qu¨¦ se siente m¨¢s orgullosa en todos estos a?os de carrera?
R. Esa es una pregunta dif¨ªcil. Creo que si logr¨¦ algo como jueza de lo que estoy orgullosa es que, por primera vez, se considerase que lo que le sucede a una mujer durante una guerra es un delito. A los soldados se les alentaba a usar a la mujer, a violarla y tomarla como un trofeo m¨¢s sin que nadie fuera castigado. No fue hasta 1996, con el juicio del genocidio de Ruanda en el que particip¨¦ ¨CTribunal Penal Internacional para Ruanda (TPIR)¨C, que esto cambi¨®. En ¨¦l, por primera vez la violaci¨®n y la violencia sexual contra las mujeres constitu¨ªan un crimen de lesa humanidad. Por eso me siento bien, porque todos los jueces y abogados saben que sentar un precedente por primera vez es muy dif¨ªcil. Fue una conquista por la que el mundo se beneficiar¨ªa para siempre.
P. Despu¨¦s de tantos a?os de carrera, ?hay algo que le quede pendiente por hacer?
R. Mi coraz¨®n sigue y va hacia los pobres de este mundo. Esta es una de la mayor violaci¨®n de los derechos humanos, que los pobres se empobrezcan cada vez m¨¢s. Y la gente rica se est¨¢ volviendo m¨¢s rica. Incluso durante la pandemia, las personas extremadamente ricas se hicieron a¨²n m¨¢s. Algo anda mal. As¨ª que me dedico a concentrarme en los los pobres y los ¨²ltimos de la escalera: mujeres y ni?os.
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