El bi¨®logo peruano que ha plantado tres millones de ¨¢rboles en los Andes
Constantino Aucca planta desde hace d¨¦cadas bosques desde Colombia hasta Argentina para preservar los recursos h¨ªdricos de Los Andes, ayudado por las comunidades campesinas de la zona
Constantino Aucca Chutas qued¨® cautivado por el canto de las aves en los bosques de nubes. Al inicio de su carrera como investigador en Per¨², el bi¨®logo se internaba en el entramado vegetal con el ornit¨®logo dan¨¦s Jon Fjeldsa, y clasificaba las especies m¨¢s inveros¨ªmiles. Ahora, con 58 a?os, se dedica a preservar y rehabilitar estos bosques a lo largo y alto de la cordillera de los Andes. En cuesti¨®n de dos d¨¦cadas ha ayudado a plantar cerca de tres millones de ¨¢rboles, desde Colombia hasta Argentina, unos 7.014 kil¨®metros. El 21 de noviembre pasado, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP por sus siglas en ingl¨¦s) lo distingui¨® como uno de los Campeones de la Tierra en la categor¨ªa de Inspiraci¨®n y Acci¨®n.
Los bosques de nubes son claves en la compleja hidrolog¨ªa de los Andes tropicales, que abarca Venezuela, Colombia, Ecuador, Per¨² y Bolivia. Cuenta con grandes diferencias de precipitaci¨®n, humedad y temperaturas, ya que llegan a crecer desde los 3.500 metros de altura hasta la frontera misma de la vida, cerca del hielo glacial de las cumbres nevadas de los Andes, por encima incluso del Mont Blanc (a 4.809 metros sobre el nivel del mar). La soberana indiscutible es la que?ua o yagual (Polylepsis spp), un ¨¢rbol de tronco retorcido y madera muy dura que puede vivir cientos de a?os. Otras especies nativas y resistentes a los rigores del clima de las grandes alturas son el qolle (Buddleja incana), el aliso andino (Alnus acuminata) y el chachacomo (Escallonia resinosa).
¡°Estos bosques nativos retienen y almacenan agua, generan suelo con la descomposici¨®n org¨¢nica, son bancos de germoplasma y h¨¢bitat de numerosas especies. Capturan el di¨®xido de carbono (CO?), controlan las cuencas h¨ªdricas y los suelos erosionables¡±, describe Aucca. Se trata de ecosistemas tan singulares que muchas de las especies de flora y fauna en las que habitan estos bosques son end¨¦micas. Apremiados por la acci¨®n depredadora del hombre, las aves act¨²an como el canario en las minas: si dejan de cantar es porque su h¨¢bitat est¨¢ amenazado o ha desaparecido, una se?al de alerta inequ¨ªvoca del cambio clim¨¢tico.
Las aves act¨²an como el canario en las minas: si dejan de cantar es porque su h¨¢bitat est¨¢ amenazado o ha desaparecido, una se?al de alerta inequ¨ªvoca del cambio clim¨¢tico.
Proteger los que?uales y la biodiversidad andina
En su ins¨®lito peregrinaje, Aucca ha forjado alianzas con comunidades campesinas andinas, con quienes organiza anualmente jornadas masivas de reforestaci¨®n y capacitaciones sobre manejo sostenible de los recursos naturales. Gestiona adem¨¢s el reconocimiento de ¨¢reas de conservaci¨®n natural, privadas o p¨²blicas, que ya suman 16 ¡ªun total de 300.000 hect¨¢reas¡ª solo en Per¨². En el camino, con un par de colegas, fund¨® en 2001 la Asociaci¨®n Ecosistemas Andinos (Ecoan), una ONG cuya misi¨®n es proteger los bosques primarios, las cabeceras de cuenca y los humedales para preservar recursos h¨ªdricos y suelos, con sede en Cusco, al sureste del pa¨ªs.
Desde 2018, el modelo de reforestaci¨®n comunitaria de la organizaci¨®n, que Naciones Unidas ha respaldado, se aplica tambi¨¦n en Colombia, Ecuador, Bolivia, Chile y Argentina, en alianza con Global Forest Generation, Conservaci¨®n Internacional, American Bird Conservancy y Wetlands International. Durante los pr¨®ximos 25 a?os, Acci¨®n Andina, como se denomina esta vertiente internacional, planea proteger 500.000 hect¨¢reas de bosques de que?uales y sembrar otras 500.000 hect¨¢reas m¨¢s. ¡°La deforestaci¨®n est¨¢ corriendo a mayor velocidad y el cambio clim¨¢tico nos est¨¢ dando con palo¡±, explica Aucca.
La participaci¨®n de la comunidad en la plantaci¨®n del ¨¢rbol correcto en el lugar correcto es un elemento importante de cualquier programa de reforestaci¨®nTim Christophersen, experto en ecosistemas del UNEP
En los Andes, ¡°la alta concentraci¨®n de la poblaci¨®n en ¨¢reas urbanas (m¨¢s de un 66%) genera demandas materiales para la producci¨®n y consumo, tanto de agua como de nuevos productos agr¨ªcolas y energ¨ªa. Esto transforma el entorno ambiental, la cobertura y el uso del suelo, y los sistemas hidrol¨®gicos, a m¨²ltiples escalas¡±, advirti¨® la Secretar¨ªa General de la Comunidad Andina hace ya una d¨¦cada. El cient¨ªfico peruano trabaja sobre todo con comunidades ind¨ªgenas, con s¨®lidas bases organizativas, las cuales, hist¨®ricamente, han desarrollado pr¨¢cticas de adaptaci¨®n a la variabilidad clim¨¢tica.
Tim Christophersen, experto en ecosistemas del UNEP, el programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, explica que ¡°proteger los bosques tropicales mientras se restauran los bosques degradados y otros ecosistemas podr¨ªa representar hasta el 30% de la soluci¨®n inmediata al cambio clim¨¢tico¡±. ¡°La participaci¨®n de la comunidad en la plantaci¨®n del ¨¢rbol correcto en el lugar correcto es un elemento importante de cualquier programa de reforestaci¨®n¡±, puntualiz¨®.
¡°El verbo tiene que ser claro y sencillo¡±, dice Aucca sobre su trato con los comuneros. ¡°Cuando nosotros hablamos en nombre de la conservaci¨®n y mencionamos la problem¨¢tica del agua, ?ah¨ª paran la oreja!¡±, narra. No suele ser dif¨ªcil persuadirlos de los beneficios de la protecci¨®n y restauraci¨®n de los ambientes naturales ¡ªlas autoridades e instituciones p¨²blicas pueden ser un hueso m¨¢s duro de roer¡ª, y comprometidos despliegan esquemas ancestrales de ayuda mutua llamados ayni en quechua. A contraluz, en estos bosques asombrosos, revolotea el colibr¨ª cola de esp¨¢tula (Loddigesia mirabilis), se?al de esperanza.
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