Navidad con liturgia africana en un barrio de Madrid
La diversidad cultural del continente se da cita en una celebraci¨®n religiosa que ejerce de motor de integraci¨®n y reconocimiento de la identidad de los pa¨ªses de origen de los migrantes
Un tapiz en el que se dibuja la silueta del continente africano se extiende sobre el altar de la parroquia de San Agust¨ªn, en el distrito madrile?o de Chamart¨ªn. Junto a ¨¦l, reposa un ¨¢rbol navide?o. Este s¨¢bado por la noche, a pocos d¨ªas del 24 de diciembre, cerca de 200 personas ¡ªmuchas de ellas migrantes de distintos pa¨ªses de ?frica¡ª, se re¨²nen para celebrar la Navidad con una misa africana. ¡°La eucarist¨ªa es cat¨®lica y nosotros la fusionamos con los ritos de nuestra identidad. La m¨²sica y la danza propias de esta celebraci¨®n, la alegr¨ªa y la interacci¨®n con los asistentes, son elementos fundamentales dentro de nuestras ceremonias religiosas¡±, resume la congole?a Nicole Ndongala, directora de la Fundaci¨®n Karibu, un organismo que brinda ayuda humanitaria a personas inmigrantes y refugiadas del ?frica subsahariana en Madrid.
Ndongala se refiere al rito zaire?o ¡ªpor el Zaire, como se llam¨® a la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo (RDC) hasta 1997¡ª, impulsado por el cardenal congol¨¦s Joseph Malula. Este te¨®logo, considerado como uno de los pioneros de la africanizaci¨®n de la Iglesia cat¨®lica en la RDC, logr¨® que se incorporasen, dentro de la di¨®cesis del pa¨ªs, las pr¨¢cticas tradicionales de los distintos pueblos del ?frica Subsahariana en la misa religiosa cat¨®lica de corte colonial. ¡°Podemos rezar en nuestra propia lengua y con nuestros propios s¨ªmbolos¡±, dice.
Y aunque Ndongala aclara que en el continente existen muchas otras religiones, confiesa que este evento tambi¨¦n es una convocatoria para la uni¨®n entre usuarios, voluntarios y simpatizantes del trabajo de ayuda humanitaria a quienes, debido a los conflictos internos de sus pa¨ªses, se ven obligados a salir. Esto bien lo sabe Judith Sankagui, de Rep¨²blica Centroafricana. ¡°Yo amo mi pa¨ªs, tenemos una gran riqueza, pero la guerra por los diamantes y el control pol¨ªtico limitan nuestro bienestar y desarrollo. Mataron a mi padre frente a mis ojos y luego iban por m¨ª, as¨ª que tuve que huir. Ahora, mi hijo de un a?o y siete meses y yo tratamos de empezar una nueva vida en la que nos podamos integrar sin tener que negar nuestra identidad, sino fortaleci¨¦ndola¡±, zanja Sankagui.
En Espa?a, el n¨²mero total de extranjeros residentes con certificado de registro o tarjeta de residencia en vigor, es de 5.800.468 personas, de los cuales el colectivo africano representa el 44%, seguido por un 28% de nacionales de pa¨ªses de Am¨¦rica Central y del Sur, seg¨²n los datos del Ministerio de Inclusi¨®n, Seguridad Social y Migraciones.
El evento se torna festivo. El coro de la asociaci¨®n invade la parroquia con c¨¢nticos en lenguas como el lingala, el kikoto, el shiluba, el fang y el sango, y tambi¨¦n en franc¨¦s y espa?ol. El tambor, la pandereta, las maracas y las voces de los 16 integrantes de la coral anuncian el inicio de la liturgia. ¡°Esta misa es algo especial¡±, dice el sacerdote de la parroquia para referirse a la lectura de la eucarist¨ªa en ingl¨¦s, franc¨¦s y espa?ol. Cada una de estas cuenta con la presencia de un l¨ªder que la explica en su lengua.
¡°Aunque nuestros pa¨ªses ya se han independizado, a¨²n se mantienen varios rasgos del colonialismo, como el idioma. La idea al contar con estos tres es reducir al m¨¢ximo las brechas de comunicaci¨®n con los reci¨¦n llegados a Espa?a¡±, aclara Ndongala. De acuerdo a los datos del Banco Mundial, solo en ?frica occidental y central se hablan m¨¢s de 940 lenguas minoritarias, mientras que en ?frica al sur del Sahara hay m¨¢s de 1500 lenguas y dialectos.
Nos encanta aprender lo que nos ense?an de este pa¨ªs que nos recibe, pero tambi¨¦n tenemos una cultura y conocimientos que compartirFatouma Coulidaly, usuaria de la Asociaci¨®n Karibu
El culto avanza y dos de los miembros del coro se acercan a los asistentes y toman una ofrenda llena de cacahuetes, batatas, naranjas, yuca y mandioca (un tub¨¦rculo com¨²n en ?frica). Mientras la pareja se dirige hacia el altar, un hombre, con un bast¨®n y un pa?o de hombros, simboliza a sus ancestros. ¡°En la cultura africana, la comida, representada a trav¨¦s de las frutas, significa el agradecimiento por los alimentos que la tierra nos da¡±, reflexiona Ndongala.
Ejid Yetene, uno de los integrantes de la coral de Karibu desde hace diez a?os, cuenta que la representaci¨®n de los ancestros dentro de la misa es un elemento clave. ¡°Son ellos los que interceden para que nuestras plegarias se transmitan a Dios. Son nuestros abuelos, bisabuelos y todas las generaciones que nos preceden quienes nos gu¨ªan¡±, precisa. Mientras la ceremonia avanza, cada vez son m¨¢s los que se suman a la celebraci¨®n.
De repente, una canci¨®n, la ¨²ltima de las 20, anuncia el fin de la ceremonia, y a la vez el inicio de la festividad que se celebra con afrobeat y comida para todos. Es el momento m¨¢s distendido, que busca fortalecer las redes de apoyo entre los asistentes. ¡°Las melod¨ªas son parte de nuestra vida. Acompa?an los funerales, los nacimientos, los bautizos, est¨¢n en todos los momentos importantes de nuestra sociedad, independientemente de las creencias que tengas¡±, comenta Yetene mientras recorre las mesas que, en menos de 10 minutos, se han preparado para colocar la comida tradicional africana y los alimentos t¨ªpicos de Madrid.
La comida evoca la uni¨®n. Bien lo saben los asistentes, que picotean algunos platos africanos, como alitas de pollo, bu?uelos y pl¨¢tano frito; pero tambi¨¦n empanadas, tortilla de patatas y croquetas. ¡°Este es un momento de complicidad entre todos, sin distinci¨®n de origen y religi¨®n. As¨ª, quienes son musulmanes, ortodoxos o de cualquier otra creencia pueden llegar y servirse lo que quieran, aunque no hayan estado en la misa¡±, comenta con alegr¨ªa Nicole Ndongala.
Para Fatouma Coulidaly, una de las usuarias de la asociaci¨®n, estos eventos son un punto de encuentro con m¨¢s personas de Costa de Marfil ¡ªdonde naci¨®¡ª, pero tambi¨¦n de aprendizaje de las culturas de pa¨ªses vecinos como Mali, Burkina Faso o Ghana. ¡°Damos a conocer nuestras tradiciones. Nos encanta aprender lo que nos ense?an de este pa¨ªs que nos recibe, pero tambi¨¦n tenemos una cultura y conocimientos que compartir¡±, dice, mientras se acomoda el traje tradicional de su pa¨ªs. Y contin¨²a. ¡°Casi nunca nos ponemos nuestras ropas tradicionales porque aqu¨ª el clima es diferente. Momentos como estos nos reviven los d¨ªas con nuestras familias, con nuestra identidad, por eso, hoy estoy muy contenta de compartir lo que soy: mujer africana¡±, finaliza.
Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter, Facebook e Instagram, y suscribirte aqu¨ª a nuestra ¡®newsletter¡¯.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.