El clima extremo afecta de forma desproporcionada a las mujeres del mundo rural, seg¨²n la FAO

Los fen¨®menos meteorol¨®gicos extremos y el cambio clim¨¢tico afectan desproporcionadamente a la poblaci¨®n rural de los pa¨ªses de renta media y baja, especialmente a las mujeres. Esta es la principal conclusi¨®n de un informe de la Organizaci¨®n de la ONU para la Alimentaci¨®n y la Agricultura (FAO), hecho p¨²blico este martes, que por primera vez traduce en datos econ¨®micos el impacto de las inundaciones, sequ¨ªas o episodios de calor extremo en las comunidades m¨¢s vulnerables.

Las cifras del estudio, realizado en 24 pa¨ªses del Sur global (13 de ?frica, nueve de Asia y dos de Am¨¦rica Latina), evidencian c¨®mo aumenta ¡°la brecha de desigualdad¡± como consecuencia del calentamiento del planeta, asegura en conversaci¨®n telef¨®nica Benjamin Davis, director de la Divisi¨®n de Transformaci¨®n Rural e Igualdad de G¨¦nero de la FAO.

Por ejemplo, los hogares pobres pierden el 5% de sus ingresos totales por el calor extremo y el 4,4% por las inundaciones, con respecto a los hogares m¨¢s acomodados. Estos porcentajes ¡°representan una reducci¨®n al a?o, en comparaci¨®n con los hogares que no son pobres, de 21.000 millones de d¨®lares [19.350 millones de euros] por las inundaciones y de 20.000 millones por el calor¡± en cifras globales, explica Davis. Y aunque el porcentaje no parezca elevado, s¨ª lo es para estas familias, insiste el experto, porque ya se encuentran ¡°en el l¨ªmite del nivel de supervivencia¡±. Por ello, les resulta pr¨¢cticamente imposible asumir nuevas p¨¦rdidas sin que se vea mermada su seguridad alimentaria.

Los hogares pobres pierden el 5% de sus ingresos totales por el calor extremo y el 4,4% por las inundaciones, con respecto a los hogares m¨¢s acomodados

Pero si esos hogares est¨¢n adem¨¢s encabezados por mujeres, las consecuencias son a¨²n peores, con un desplome de ingresos del 8% por el estr¨¦s t¨¦rmico y del 3% por las inundaciones, en comparaci¨®n con los hogares encabezados por hombres. A largo plazo, ¡°un aumento de un grado cent¨ªgrado en las temperaturas medias se asocia a una reducci¨®n del 34% en los ingresos totales¡± de las familias lideradas por mujeres, concluye el informe de la FAO. ¡°Las mujeres se enfrentan a muchas barreras, impuestas por normas pol¨ªticas y sociales¡±, destaca Davis. La carga de los cuidados familiares, seg¨²n el experto, les obstaculiza el acceso al trabajo y, por tanto, la diversificaci¨®n de sus fuentes de ingresos. Pero adem¨¢s, ¡°tienen a su disposici¨®n menos servicios porque los programas agropecuarios suelen estar dirigidos a los hombres¡±, a?ade.

Aunque los porcentajes de brecha son menores que en el caso de las mujeres, tambi¨¦n los hogares de las personas de mayor edad sufren m¨¢s los embates del clima. En un a?o medio, dejan de ingresar un 3% menos por las inundaciones y un 6% menos por el estr¨¦s t¨¦rmico que los hogares en los que el cabeza de familia es una persona joven.

Los ni?os son otro de los colectivos m¨¢s afectados. Las temperaturas extremas ¡°los empujan a aumentar su tiempo de trabajo semanal en 49 minutos en relaci¨®n con los adultos en edad de trabajar¡±, entre otros motivos, por la necesidad de las familias de buscar ingresos fuera del sector agr¨ªcola, seg¨²n el an¨¢lisis de la organizaci¨®n de Naciones Unidas.

Poblaciones invisibles

¡°Los fen¨®menos meteorol¨®gicos extremos llevan a los hogares rurales con menos recursos a adoptar peores estrategias de adaptaci¨®n¡±, explica Davis. Por ejemplo, se ven obligados a vender su ganado para obtener dinero a corto plazo, pero la falta de animales reducir¨¢ su capacidad de obtenci¨®n de ingresos en un futuro. Tambi¨¦n, seg¨²n el experto de la FAO, estas familias disminuyen la diversificaci¨®n de sus fuentes de ingresos ¡°para adoptar una estrategia de supervivencia centrada en la producci¨®n¡± que les garantiza la fuente de alimentos, lo que les deja, a su vez, en una situaci¨®n de mayor inseguridad financiera.

Por ello, contin¨²a, es importante abordar ¡°el enorme desaf¨ªo que los fen¨®menos clim¨¢ticos extremos plantean para los esfuerzos globales destinados a reducir la pobreza y la desigualdad¡±. Porque, hasta ahora, seg¨²n resalta el informe de la FAO, ¡°la poblaci¨®n rural y sus vulnerabilidades clim¨¢ticas apenas son visibles en las pol¨ªticas nacionales¡±.

Solo el 6% de las 4.164 acciones clim¨¢ticas propuestas en los 24 pa¨ªses estudiados por la FAO mencionan a las mujeres,

De nuevo, los datos son abrumadores: en los planes nacionales de adaptaci¨®n al cambio clim¨¢tico de los 24 pa¨ªses estudiados (Banglad¨¦s, Etiop¨ªa, Ecuador, Burkina Faso y Pakist¨¢n, entre ellos), ¡°solo el 6% de las 4.164 acciones clim¨¢ticas propuestas mencionan a las mujeres, el 2% expl¨ªcitamente a los j¨®venes, menos del 1% a los pobres y alrededor del 6% a los agricultores de las comunidades rurales¡±.

A nivel global, en el periodo 2017-2018, el ¨²nico analizado en t¨¦rminos financieros, solo el 7,5% de la inversi¨®n se destin¨® a la adaptaci¨®n al cambio clim¨¢tico, el 1,7% a los peque?os productores y el 3% a la agricultura, silvicultura y otros usos de la tierra, seg¨²n la FAO.

Por ello, este organismo de la ONU insta a tomar medidas concretas destinadas a la poblaci¨®n m¨¢s vulnerable. ¡°Algunas son tan sencillas como crear escuelas infantiles¡± para que las mujeres no carguen con todo el peso del cuidado de los hijos, explica Davis, que tambi¨¦n llama la atenci¨®n sobre la importancia de adecuar los programas y servicios agropecuarios a las necesidades de ellas. ¡°Generalmente, est¨¢n dirigidos a los hombres¡±, lamenta. Otras, m¨¢s complejas, como reformas legales para garantizar a las mujeres el derecho a la propiedad de la tierra, son tambi¨¦n imprescindibles para reducir la brecha de g¨¦nero provocada por el cambio clim¨¢tico.

Pero, sobre todo, es fundamental ¡°movilizar los recursos necesarios¡± donde m¨¢s falta hacen para la adquisici¨®n de nuevas tecnolog¨ªas, variedades de semillas mejoradas, accesos a los servicios que permitan a los agricultores adelantarse a los fen¨®menos extremos o financiaci¨®n para realizar inversiones a largo plazo. ¡°A menudo¡±, deplora Davis, ¡°todos estos recursos se dirigen a los grandes propietarios de tierras, pero no a los peque?os productores¡±.

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