La lucha contra el VIH ya no es un reto de la ciencia, sino de equidad
Unas 4.000 ni?as y mujeres j¨®venes en el mundo siguen infect¨¢ndose de VIH cada semana, principalmente en ?frica subsahariana
Cada paso que demos hoy en la lucha contra el VIH va a ser laborioso: debemos presionar m¨¢s para avanzar. Los profesionales de este virus se re¨²nen esta semana en Yaund¨¦ (Camer¨²n) con motivo de AFRAVIH, la mayor conferencia internacional franc¨®fona sobre el VIH/sida. En los primeros a?os de la lucha contra este virus, nuestros avances fueron a menudo r¨¢pidos e inmensos porque, miraras donde miraras, hab¨ªa grandes necesidades. Fueron tiempos devastadores: la enfermedad mat¨® a tres millones de personas en el a?o 2000, m¨¢s de 2,4 millones de ellas en ?frica. En el extremo sur del continente, de donde soy, la enfermedad amenazaba con desintegrar el tejido social.
Cuando el mundo se uni¨® para formar asociaciones como la del Fondo Mundial de Lucha contra el sida, la Tuberculosis y la Malaria y el PEPFAR, desafi¨® la injusticia de que solo los ricos pudieran recibir tratamiento contra el VIH. Fue para frenar la posibilidad de perder a una generaci¨®n de personas en muchos pa¨ªses de ingresos bajos y medios, as¨ª como a quienes eran estigmatizados y discriminados por ser considerados diferentes.
Hemos recorrido un largo camino: de menos de 50.000 personas en tratamiento contra el VIH en ?frica en el a?o 2000 a m¨¢s de 20 millones en la actualidad
Me enorgullece decir que desde entonces hemos recorrido un largo camino. De menos de 50.000 personas en tratamiento contra el VIH en ?frica en el a?o 2000 a m¨¢s de 20 millones en la actualidad, las innovaciones en materia de prevenci¨®n del VIH han proliferado, reduciendo dr¨¢sticamente las infecciones por el virus. Sin embargo, m¨¢s de 1,3 millones de personas se infectaron por el virus en 2022 en todo el mundo.
Estas infecciones se producen ahora principalmente entre hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, personas que se inyectan drogas, mujeres trans y trabajadores del sexo. Adem¨¢s, sus voces son cada vez m¨¢s silenciadas y se encuentran bajo la amenaza constante de la violencia y el abuso, ya que la legislaci¨®n discriminatoria dirigida contra las personas LGBTI est¨¢ surgiendo en todo el mundo. Entre estos grupos, los j¨®venes de 15 a 24 a?os soportan una carga desproporcionada de VIH y son a¨²n m¨¢s vulnerables, ya que se enfrentan a mayores barreras para acceder a los servicios sanitarios.
La lucha contra el VIH ya no es un reto de la ciencia, sino de la equidad. Para que volvamos a acelerar los avances, debemos recuperar ese firme esp¨ªritu de equidad que nos anim¨® hace dos d¨¦cadas. Eso significa centrarnos en las comunidades m¨¢s afectadas por el VIH. En ?frica, centrarse en los adolescentes de ambos sexos es un imperativo urgente.
En ?frica, centrarse en los adolescentes de ambos sexos es un imperativo urgente
Aunque la incidencia del VIH entre las adolescentes y las mujeres j¨®venes ha disminuido enormemente en la ¨²ltima d¨¦cada, 4.000 ni?as y mujeres j¨®venes siguen infect¨¢ndose por el VIH cada semana en todo el mundo, principalmente en el ?frica subsahariana. Esto es inaceptable. Este grupo sigue sufriendo las condiciones m¨¢s inicuas de todas, con injusticias estructurales que las predisponen a las enfermedades.
Si queremos prevenir las infecciones por VIH entre esta poblaci¨®n, debemos reunir a diversos socios para invertir en esfuerzos a largo plazo para mantener a las ni?as en las escuelas. La educaci¨®n convierte a las ni?as en mujeres con la posibilidad de una mayor igualdad de oportunidades, y las protege de enfermedades como el VIH. Las ni?as educadas registran tasas m¨¢s bajas de embarazos adolescentes, violencia sexual, matrimonios precoces y, en ¨²ltima instancia, menos infecciones por el VIH. Tambi¨¦n debemos acelerar las inversiones en programas que apoyen la salud y los derechos sexuales y reproductivos integrales, especialmente para las adolescentes y las mujeres j¨®venes.
Y debemos asegurarnos de que las mujeres j¨®venes y las ni?as est¨¦n en el centro de los proyectos que buscan su participaci¨®n. Estos son algunos de los objetivos que la asociaci¨®n del Fondo Mundial trata de alcanzar con proyectos como Voix EssentiELLES y el Fondo HER Voice, que se esfuerzan por implicar de manera significativa a las mujeres j¨®venes y las ni?as en los programas de salud clave y en los foros de toma de decisiones de sus comunidades.
Las ni?as educadas registran tasas m¨¢s bajas de embarazos adolescentes, violencia sexual, matrimonios precoces y, en ¨²ltima instancia, menos infecciones por el VIH
Para acabar con las infecciones por VIH entre las mujeres j¨®venes y las ni?as, tambi¨¦n debemos reducir las infecciones entre sus parejas sexuales. Esto significa invertir en esfuerzos para transformar las normas culturales y sociales que predisponen a los hombres y los ni?os al VIH y que determinan su relaci¨®n con las ni?as y las mujeres en sus comunidades. Tambi¨¦n significa que los hombres con alto riesgo de infecci¨®n por el VIH se sometan a pruebas y reciban apoyo para iniciar y mantener el tratamiento. Proteger a los hombres y ni?os heterosexuales del VIH tambi¨¦n puede ayudar a proteger a las mujeres y ni?as.
Se trata de renovar nuestro enfoque en la promoci¨®n de la equidad. Sabemos c¨®mo hacerlo. Lo hicimos en el cambio de milenio con nuestro impulso a la equidad en el tratamiento del VIH. Faltan tres meses para la 25? Conferencia Internacional sobre el sida de M¨²nich. Avancemos ahora y pongamos fin a esta lucha inacabada, reduciendo las infecciones por el VIH entre los grupos m¨¢s afectados. Para conseguirlo, podemos reenergizarnos con los objetivos y el esp¨ªritu inquebrantable de aquellos a?os dorados de progreso en la lucha contra el VIH.
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