Yara Nakahanda Monteiro, escritora luso-angole?a: ¡°Descubrirnos negros es algo que nos es negado porque se nos ense?a como negativo¡±
La autora de ¡®Esa chica buena onda¡¯, la historia de una mujer en busca de su identidad racial en Angola, reclama que Portugal abandone la mirada hist¨®rica del ¡°buen colonizador¡± y admita las consecuencias nefastas de la esclavitud
Yara Nakahanda Monteiro (Huambo, Angola, 45 a?os) dice que naci¨® tres veces: la primera en Angola, de donde es oriunda; la segunda en Portugal, a donde migr¨® de peque?a con su familia; y la tercera en Brasil, donde se reconoci¨® ¡°como mujer negra¡±. Esta escritora, que se considera heredera de la historia colonial y de las consecuencias del sistema esclavista, public¨® en 2018 su primera novela, Essa dama bate bu¨¦ (Esta se?ora pega fuerte). Traducida al ingl¨¦s como Loose Ties (Lazos sueltos) y nominada al Premio Literario de Dubl¨ªn de 2023, fue publicada en espa?ol con el t¨ªtulo Esa chica buena onda y acaba de ser presentada en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. El relato cuenta la historia de Victoria y de la b¨²squeda de sus ra¨ªces, de su madre, Rosa, una mujer que combati¨® por Angola en el conflicto civil. En las primeras hojas del libro se lee la dedicatoria a la tatarabuela Nakahanda, a la bisabuela Feliciana, a la abuela J¨²lia, a la t¨ªa Wanda y a la madre Carla, en un recorrido afectuoso hacia su linaje materno.
Pregunta. En Esa chica buena onda, Victoria, una mujer negra que vive en Europa, hace un viaje de autodescubrimiento de la Angola femenina, de donde es su familia. Por momentos se pregunta: ¡°Aqu¨ª soy clara (?en Angola?) y all¨¢, oscura (?Portugal?)¡±. ?Usted se identifica con Victoria?
Respuesta. Esos pasajes se refieren a una pol¨ªtica del color. Durante el per¨ªodo colonial portugu¨¦s, la jerarqu¨ªa social se mezclaba con el color de piel. Cuanto m¨¢s clara era, m¨¢s privilegios ten¨ªa y las personas negras estaban en la base. Hoy, muchas personas negras de piel clara tambi¨¦n son herederas de este lado opresor, europeo y portugu¨¦s, de violencia colonial. Esta situaci¨®n genera conflictos de pertenencia que yo, como luso-angole?a, tengo herencia portuguesa blanca y angole?a negra. Como a la protagonista de mi novela, Victoria, esto me gener¨® muchas inquietudes. Pertenecer a ¡°dos lados¡± hace que no pertenezcas a ninguno. Iba de vacaciones a Angola y era ¡°la visita¡± de Portugal. Y algunas veces sent¨ª que se me exigi¨® una renuncia a uno de mis dos lados. Yo soy lo que soy por la herencia que tengo. Mis ra¨ªces son africanas y mis alas europeas. Y me identifico en el personaje de Victoria en esa b¨²squeda de identidad. Yo tambi¨¦n regres¨¦ a Angola por mis ra¨ªces.
P. El libro cuenta mucha de la historia de la guerra civil de Angola y de los personajes femeninos. Usted naci¨® en 1979, en el contexto de ese conflicto. ?Fue su intenci¨®n reconstruir historias de mujeres durante la guerra?
R. En mi investigaci¨®n sobre la historia nacional me encontr¨¦ con un libro que me mostr¨® la versi¨®n hist¨®rica femenina de la Guerra de la Independencia y la Guerra Civil Angole?a. Lo que intent¨¦ hacer en mi libro fue rescatar algunas de esas historias silenciadas de mujeres y hacerles un homenaje a aquellas que combatieron dos veces: contra el enemigo, que en aquel momento era Portugal como s¨ªmbolo del colonialismo, y contra el patriarcado. Hay im¨¢genes que muestran a mujeres con armas y un hijo sobre sus espaldas.
P. ?Intenta tambi¨¦n reconstruir su historia familiar?
R. La ¨²nica semejanza que existe en este libro es que mi familia, al igual que la familia de Victoria, tambi¨¦n sali¨® de Angola durante la guerra civil. Sin embargo, en mi historia existen casos dram¨¢ticos causados por la guerra, que no solo mata cuerpos, sino que deconstruye lazos emocionales. Yo crec¨ª en Portugal a donde llegu¨¦ con mi familia materna, mi madre, mi t¨ªa y mi abuela. Luego lleg¨® mi abuelo. Somos una familia refugiada de una guerra civil. Mi abuelo falleci¨® con un mapa de Angola frente a su cama. Abandonamos Angola, pero nunca nos separamos emocionalmente.
P. ?C¨®mo fue recibida la novela en Portugal?
R. El libro fue muy bien recibido por la academia portuguesa. Fue una gran sorpresa para m¨ª. Hubo personas de mi generaci¨®n que se identificaron con el relato de regresar a Angola.
La historia de Portugal mantiene la visi¨®n del ¡°buen colonizador¡±
P. Ha mencionado que Angola es como una historia silenciada. ?Cu¨¢l es el relato que se hace en Portugal?
R. La historia de Portugal mantiene la visi¨®n del ¡°buen colonizador¡±. En la actualidad existen muy buenas relaciones entre Portugal y Angola. No obstante, no hay un di¨¢logo abierto y sincero sobre las violencias perpetuadas. Yo estudi¨¦ en el sistema educativo portugu¨¦s y se ve poco y nada sobre el colonialismo y la esclavitud. A¨²n hoy, en los manuales escolares, se menciona la palabra ¡°esclavos¡± y no a las ¡°personas esclavizadas¡±. Hay una deshumanizaci¨®n de los cuerpos negros. El relato sobre la historia de Portugal es sobre las glorias, los triunfos de la expansi¨®n mar¨ªtima, de la llegada al Brasil, a los nuevos territorios. Pero no se habla de las violencias del sistema, de las personas que murieron en el tr¨¢fico transatl¨¢ntico. De todos modos, tampoco se puede generalizar. Tuvimos recientemente el ejemplo del actual presidente de la Rep¨²blica [de Portugal], Marcelo Rebelo de Sousa, quien ha evidenciado la necesidad de reconocer las responsabilidades de las violencias y de los cr¨ªmenes cometidos por el colonialismo.
P. Cuenta que se reconoci¨® negra cuando vivi¨® en Brasil.
R. Viv¨ª dos a?os en R¨ªo de Janeiro. Fue cuando me encontr¨¦ con los movimientos de orgullo negro, de literatura negra, de ficci¨®n y no ficci¨®n sobre la negritud. Fue como un despertar para m¨ª que no me hab¨ªa sucedido ni en Portugal ni en Angola. Autoras brasile?as como Concei??o Evaristo, Ana Maria Gon?alves o Bianca Santana tuvieron una gran influencia en mi rescate identitario. Cuando le¨ª a la escritora Bianca Santana me descubr¨ª negra. Porque descubrirnos negros es un proceso, es algo que nos es negado porque se nos ense?a como negativo. Brasil es un pa¨ªs donde el racismo estructural est¨¢ presente en lo cotidiano. Basta mirar a quienes son empleadas dom¨¦sticas, a los empleados en los caf¨¦s o a quienes viven en las favelas. En R¨ªo de Janeiro, la violencia policial tambi¨¦n me dio la pauta de ese racismo estructural, de c¨®mo se mata indiscriminadamente y se dispara contra cuerpos negros.
Los movimientos feministas de mujeres negras sienten que sus reivindicaciones no est¨¢n integradas en los movimientos de mujeres blancas en Europa
P. ?Cu¨¢les son los puntos de conexi¨®n y diferencias entre movimientos feministas y art¨ªsticos de mujeres negras en pa¨ªses de Africa, en Brasil y Europa?
R. Son diferentes comunidades y realidades. Felizmente, Brasil tiene una gran influencia de los movimientos negros americanos y por eso est¨¢ mejor estructurado, mucho m¨¢s avanzado que los movimientos negros feministas de Portugal. La lucha de las mujeres negras en ?frica, por ejemplo, es completamente diferente: reivindican necesidades b¨¢sicas como el acceso a la salud o al agua potable. En Europa, la lucha es constante por el derecho a la igualdad, a la participaci¨®n, al antirracismo. Muchas veces, estos movimientos de mujeres negras, y esto lo veo de forma recurrente, sienten que sus reivindicaciones no est¨¢n integradas en los movimientos de mujeres blancas en Europa, lo que para m¨ª es un problema. Yo a veces siento que los feminismos europeos son elitistas, que solo luchan por algunas mujeres, por mujeres blancas.
P. ?Cu¨¢les son los mayores desaf¨ªos para adoptar pol¨ªticas p¨²blicas antirracistas y de reparaci¨®n hist¨®rica en Portugal?
R. La falta de reconocimiento de las violencias, de las disparidades heredadas y la negaci¨®n de las consecuencias del colonialismo y la esclavitud. Cuando suceda un reconocimiento de esas disparidades y tengamos demostraciones como en Francia y Alemania, pasaremos a las reparaciones. La cuesti¨®n de las reparaciones no es solo humanitaria. Es, por encima de todo, un compromiso moral de restituci¨®n de la justicia, un compromiso para la rehabilitaci¨®n de los descendientes. No obstante, ha habido algunos avances. En Portugal, fue creado un plan nacional de combate contra el racismo. Otra iniciativa ha sido la encuesta ¨¦tnico-racial, realizada por el Instituto Nacional de Estad¨ªsticas para analizar el origen ¨¦tnico racial de los residentes en Portugal y los factores de discriminaci¨®n que existen. A¨²n hay resistencias de la sociedad. El futuro pasa por la construcci¨®n de una memoria reconciliada con su pasado, con el dolor y con la herencia.
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