Debate de la moci¨®n de censura: una oportunidad contra la pobreza infantil
El Gobierno podr¨ªa tomar de manera inmediata, unilateral y gratuita la decisi¨®n de rescatar de la sombra administrativa a 125.000 menores migrantes que viven en nuestro pa¨ªs una ciudadan¨ªa de tercera clase
Es posible que no haya abierto las cabeceras de los telediarios, pero hace un par de semanas se present¨® en Madrid uno de los informes m¨¢s importantes que podr¨¢n leer este a?o. Se titula El coste de la pobreza infantil en Espa?a, y ha sido elaborado por acad¨¦micos de seis universidades, bajo la direcci¨®n del Alto Comisionado del Gobierno contra la Pobreza Infantil y financiado por la Fundaci¨®n LaCaixa.
El argumento principal del informe es simple: la ruptura del c¨ªrculo de la pobreza desde la misma infancia de quienes la sufren constituye un ejercicio de inteligencia colectiva. En concreto, la que se deriva de evitar la p¨¦rdida anual de m¨¢s de 63.000 millones de euros. La justificaci¨®n de esta cifra reside en los costes laborales y sanitarios acumulados, y est¨¢ explicada con detalle en la propia investigaci¨®n y en el an¨¢lisis de Ernesto Gasco ¡ªAlto Comisionado¡ª publicado por este mismo diario.
La pobreza infantil afecta a un tercio de los menores de nuestro pa¨ªs, se ha enquistado en el tiempo y constituye una llamativa disonancia en nuestro Estado de bienestar. Las razones pr¨¢cticas para acabar con esta lacra complementan y magnifican el argumento ¨¦tico, que deber¨ªa ser el punto de partida de cualquier an¨¢lisis: la decencia y dignidad colectiva de una sociedad se miden por el modo en el que esta trata a sus miembros m¨¢s vulnerables; y ninguno lo es m¨¢s que sus ni?os, ni?as y adolescentes. De todas las conversaciones relevantes que quedan enterradas en el gallinero del debate pol¨ªtico espa?ol, esta es, seguramente, la que m¨¢s urge rescatar.
La decencia y dignidad colectiva de una sociedad se miden por el modo en el que esta trata a sus miembros m¨¢s vulnerables
Pedro S¨¢nchez se ha tomado este asunto en serio desde sus primeras andaduras parlamentarias. La creaci¨®n misma de un Alto Comisionado ¡ªsituado, no por casualidad, en el complejo de La Moncloa¡ª supone una apuesta pol¨ªtica que ha sido sustentada con otras muchas medidas en el ¨¢mbito de las prestaciones sociales, el fortalecimiento de alianzas o la percepci¨®n de la ciudadan¨ªa. En este esfuerzo han contado siempre con la complicidad de la Secretar¨ªa de Estado de Derechos Sociales, gestionada por Podemos, y el apoyo de diversos grupos parlamentarios, lo que demuestra el capital pol¨ªtico invertido en ¨¦l.
Si esto es as¨ª, ?por qu¨¦ no aprovechar la oportunidad del debate de moci¨®n de censura que comienza este martes para apretar el acelerador y dar una muestra del pa¨ªs que este Gobierno quiere construir? Les propongo una v¨ªa para hacerlo: regularizar la situaci¨®n administrativa de cerca de 125.000 ni?as, ni?os y adolescentes migrantes que viven en Espa?a sin papeles. Como explicamos en 2021 en un informe publicado por Save de Children y la Fundaci¨®n porCausa, la irregularidad constituye un poderoso factor a?adido de vulnerabilidad, que determina derechos fundamentales como el de la salud, la educaci¨®n o la protecci¨®n. La pr¨®xima tramitaci¨®n de la Iniciativa Legislativa Popular para la regularizaci¨®n, que han apoyado 612.000 espa?oles, ofrece al Gobierno una oportunidad ¨²nica para dar este paso, que podr¨ªa ser anunciado en el debate de estos d¨ªas.
La pol¨ªtica p¨²blica m¨¢s transformadora implica en muchas ocasiones transitar un tortuoso proceso t¨¦cnico, administrativo y presupuestario. Esta no es una de ellas. El Gobierno podr¨ªa tomar de manera inmediata, unilateral y gratuita la decisi¨®n de rescatar de la sombra administrativa a decenas de miles de ni?os y ni?as que viven en nuestro pa¨ªs una ciudadan¨ªa de tercera clase. Con ello no solo revolucionar¨ªa sus perspectivas en la vida, sino que ayudar¨ªa a construir el tipo de sociedad a la que aspira y necesita una inmensa mayor¨ªa de los espa?oles. No se me ocurre mejor argumento para plantear en esta moci¨®n de censura.
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