Hasta 40 partos diarios en una sola maternidad de Mosul... Y faltan manos
Cinco a?os despu¨¦s de la batalla que derrot¨® al Estado Isl¨¢mico en una de las principales ciudades de Irak, los hospitales a¨²n est¨¢n siendo reconstruidos, mientras dos unidades de obstetricia de MSF atienden una media de 15.000 alumbramientos anuales, seg¨²n narra un miembro de la organizaci¨®n
Es una ma?ana lluviosa en el barrio de Al-Nahwaran en Mosul, la segunda ciudad de Irak, y un grupo de mujeres hace fila frente a un peque?o centro m¨¦dico. La tormenta no les ha impedido acudir. Los vientres de algunas de ellas muestran el motivo de su visita.
Maram, una vecina, est¨¢ parada frente a la ambulancia de la unidad de maternidad, esperando pacientemente su turno para entrar al edificio. Tiene 20 a?os, est¨¢ embarazada de tres meses de su tercer hijo y ha venido a nuestro centro para su primera revisi¨®n prenatal. Nos comenta que vino aqu¨ª porque sus familiares le hablaron de esta cl¨ªnica. Su cu?ada vino antes y se lo recomend¨®. Nos dice que las noticias corren r¨¢pido en Mosul y en los ¨²ltimos meses cada vez m¨¢s mujeres vienen a buscar servicios de salud materna.
Ubicado en la orilla occidental del r¨ªo Tigris, nuestro centro de maternidad Al-Amal ofrece atenci¨®n obst¨¦trica de rutina, a reci¨¦n nacidos, servicios de promoci¨®n de la salud, planificaci¨®n familiar y apoyo en salud mental.
Abrimos esta unidad porque hab¨ªa necesidades importantes en la ciudad en cuanto al acceso a la atenci¨®n sanitaria en general, y m¨¢s a¨²n en el campo de la salud sexual y reproductiva. Tres a?os despu¨¦s, muchas mujeres a¨²n necesitan venir aqu¨ª porque el sistema sanitario de la ciudad est¨¢ lejos de ser funcional.
La guerra ha terminado, pero la recuperaci¨®n lleva a?os
En junio de 2014, Mosul cay¨® bajo el control del Estado Isl¨¢mico. En octubre de 2016, se lanz¨® una ofensiva militar liderada por una alianza de las fuerzas de seguridad iraqu¨ªes y una coalici¨®n internacional para retomar la ciudad. La batalla de Mosul se prolong¨® durante 250 d¨ªas y fue descrita como uno de los combates urbanos m¨¢s mortales desde la Segunda Guerra Mundial. En julio de 2017, las autoridades iraqu¨ªes declararon oficialmente recuperada la ciudad. Sin embargo, cinco a?os despu¨¦s, muchas instalaciones m¨¦dicas da?adas en los combates a¨²n no han sido totalmente renovadas y puestas en condiciones de uso, y sigue habiendo una escasez de suministros m¨¦dicos. Como resultado, miles de familias en la metr¨®polis y sus alrededores siguen teniendo dificultades para acceder a una atenci¨®n m¨¦dica asequible y de calidad. Entre los m¨¢s vulnerables se encuentran las embarazadas y sus beb¨¦s.
Antes de 2014, el sistema sanitario de Mosul en la ciudad no era perfecto, pero era funcional. Las mujeres sol¨ªan dar a luz en casa o en uno de los hospitales de la ciudad. Pero durante las operaciones militares de 2016 y 2017, muchas instalaciones m¨¦dicas fueron da?adas o destruidas, y sus equipos fueron robados. La rehabilitaci¨®n de las infraestructuras tard¨® mucho tiempo en comenzar y, aunque han pasado casi cinco a?os desde que termin¨® la contienda b¨¦lica, todav¨ªa hoy sentimos las secuelas. La mayor¨ªa de los hospitales y centros sanitarios a¨²n est¨¢n siendo reconstruidos. Pero miro a todas estas embarazadas y me doy cuenta de algo que en realidad es obvio: ellas no pueden esperar a que se completen estas renovaciones. Y por eso es importante que estemos hoy aqu¨ª.
En respuesta a las enormes necesidades m¨¦dicas, en 2017 abrimos una maternidad en el hospital de Nablus, en el oeste de Mosul, para brindar atenci¨®n materna y neonatal segura, de alta calidad y gratuita, para las madres y sus beb¨¦s. En julio de 2019, otro de nuestros equipos abri¨® otra en Al-Amal dentro del centro de atenci¨®n primaria de Al-Rafadain, tambi¨¦n en el oeste. El a?o pasado, atendimos en estas dos instalaciones casi 15.000 partos, lo que supone una media de m¨¢s de 40 al d¨ªa.
Apoyo la salud f¨ªsica y mental de las mujeres
Rafida, de 15 a?os, dio a luz recientemente a su primer hijo en nuestra maternidad de Al-Amal, despu¨¦s de que algunos de sus vecinos y familiares le hablaran de nuestro trabajo. Sosteniendo a su hijo Layth en sus brazos, nos cuenta lo agradecida que est¨¢ por la atenci¨®n que ha recibido. M¨¢s de 35 matronas y supervisoras trabajan en nuestro centro d¨ªa y noche, los siete d¨ªas de la semana, para ayudar a dar a luz.
Me cuenta Rahma Adla Abdallah, nuestra supervisora de matronas del centro Al-Amal, que asistimos entre 10 y 15 partos en un d¨ªa normal, pero que pueden llegar a ser 20 o 25 en un d¨ªa de mucho trabajo. Pero, desafortunadamente, todav¨ªa no podemos cubrir todas las necesidades. Ayudamos a la mayor¨ªa de las que llegan, pero debemos tener criterios de admisi¨®n para mantener el mejor nivel de atenci¨®n posible dentro de los l¨ªmites de nuestros propios recursos.
Junto con otras matronas, Rahma intenta ayudar a tantas mujeres como puede. Las matronas no solo ayudan en los partos, sino que tambi¨¦n brindan atenci¨®n prenatal y posnatal y servicios de planificaci¨®n familiar, que atraen a muchas residentes de toda la ciudad.
Ayudamos a la mayor¨ªa de las mujeres, pero debemos tener criterios de admisi¨®n para mantener el mejor nivel de atenci¨®n posible dentro de los l¨ªmites de nuestros propios recursos
Otro de nuestros servicios claves es la asistencia en salud mental. Rahma nos explica que las vecinas de esta comunidad necesitan acceso a los servicios m¨¦dicos generales, pero tambi¨¦n un apoyo completo en materia de salud mental. Por ejemplo, la violencia de g¨¦nero es un problema del que a veces somos testigos. Algunas de nuestras pacientes la han sufrido, pero rara vez hablan de ello.
Los servicios p¨²blicos de salud de Irak tambi¨¦n han establecido servicios sanitarios espec¨ªficos en la ciudad para brindar atenci¨®n a las supervivientes de violencia de g¨¦nero. Pero todav¨ªa queda un largo camino por recorrer antes de que se pueda garantizar el acceso adecuado a la atenci¨®n sanitaria, tanto f¨ªsica como mental, en Mosul.
Salud materna accesible para todas
El estigma en torno a asuntos como la violencia de g¨¦nero es solo una de las muchas barreras a la atenci¨®n sanitaria que tenemos aqu¨ª, pero la falta de acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva en la ciudad tiene varias causas. ¡°El ambiente es particularmente complicado¡±, me contaba hace unos d¨ªas Bashaer Aziz, otra matrona supervisora que trabaja con nosotros en Al-Amal. Un n¨²mero significativo de mujeres no puede acceder a la atenci¨®n sanitaria, ya sea porque no tienen los medios para pagarla o porque se enfrentan a otros obst¨¢culos, como no tener documentos administrativos oficiales, debido al reciente conflicto o a que se han visto desplazadas de sus hogares. Entonces, cuando las pacientes vienen a nuestras instalaciones, generalmente est¨¢n muy agradecidas de recibir una buena atenci¨®n m¨¦dica y obst¨¦trica. No tienen otros sitios a donde ir; no pueden permitirse pagar los servicios en hospitales o cl¨ªnicas privadas. Nuestra unidad de maternidad es una gran diferencia para ellas.
Encontrar un lugar para dar a luz de manera segura es solo uno de los muchos retos a los que se enfrentan las futuras madres de Mosul, incluyendo, a veces, la alimentaci¨®n adecuada para ellas mismas y sus hijas e hijos. Rahma me contaba que, a veces, las mujeres llegan a nuestro centro y no han comido nada, o que a veces es imposible saber c¨®mo est¨¢ de avanzado su embarazo. A menudo vienen con sus hijas e hijos, que est¨¢n muy delgados o muy bajos de peso. Y en esos casos, nuestro trabajo aqu¨ª es ofrecerles una alternativa y tratar de ayudar en lo posible con los servicios que podemos ofrecerles. Todos en el equipo somos conscientes del papel tan positivo que nuestra cl¨ªnica juega en el barrio.
Lo mismo piensa Mahaya, de 50 a?os, que ha acompa?ado a su nuera para que d¨¦ a luz aqu¨ª. Han venido de Tel Afar, a m¨¢s de una hora de distancia. Ella me cuenta que, antes de que existiera esta maternidad, no hab¨ªa ning¨²n centro m¨¦dico disponible y que las gestantes sol¨ªan dar a luz en su casa. Me dice que llegaba una partera tradicional, ayudaba a dar a luz al beb¨¦ y eso era todo. Ni siquiera hab¨ªa un hospital al que pudieran ir. ¡°Este lugar ha supuesto una gran mejora en nuestras vidas¡±, me comenta.
Al final de su turno, a Rahma le gusta pasar tiempo en nuestra sala de cuidados posnatales. Hace un ratito, la vi tomando en sus brazos a una de las beb¨¦s reci¨¦n nacidas, una ni?a llamada Rivan. Y aunque solo tiene unas horas de vida, sus ojos ya est¨¢n muy abiertos. La beb¨¦ miraba a su madre, Bouchra, de 19 a?os, que se recupera en una cama junto a ella. ¡°El parto fue dif¨ªcil, pero todo sali¨® bien y las matronas me ayudaron mucho¡±, nos comentaba la joven mam¨¢. ¡°Rivan es mi primera hija y me siento feliz de tenerla. Espero que el futuro se vuelva cada vez m¨¢s y m¨¢s brillante. Espero traer otros beb¨¦s al mundo tambi¨¦n. Y si tengo otros hijos en el futuro, volver¨¦ aqu¨ª¡±, nos promete con una sonrisa.
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