Burkina Faso: ¡°En Djibo, la poblaci¨®n civil est¨¢ pagando el precio de una crisis humanitaria de siete a?os¡±

Por mi experiencia, Burkina Faso es el pa¨ªs m¨¢s afectado por la crisis humanitaria del Sahel. Millones de personas sufren a diario en un contexto extremadamente vol¨¢til y complejo, precedido por la expansi¨®n de los ataques desde 2015. En la ciudad de Djibo (ubicada al sur del pa¨ªs), la situaci¨®n actual evidencia claramente c¨®mo han empeorado los problemas de la poblaci¨®n y sus condiciones de seguridad, a ra¨ªz adem¨¢s del convulso panorama de guerra que asola al vecino pa¨ªs de Mal¨ª durante los ¨²ltimos a?os.

Hace seis meses termin¨¦ mi trabajo como coordinador en el proyecto de M¨¦dicos Sin Fronteras en Djibo. A pesar de haberme ido, sigo profundamente preocupado por la situaci¨®n en el territorio. Sobre todo, despu¨¦s de leer las noticias a cerca del ¨²ltimo ataque de principios de junio. A menudo hablo con los compa?eros que siguen ayudando a la poblaci¨®n all¨ª, y no puedo evitar sentirme muy triste.

Nunca podr¨¦ olvidar lo mucho que me impact¨® la noticia de la explosi¨®n de una ambulancia del distrito

Llegu¨¦ en febrero de 2021 y estuve m¨¢s de un a?o en el proyecto. Al principio, la ciudad se encontraba en un relativo periodo de calma en comparaci¨®n con los meses anteriores, en los que hab¨ªan producido incidentes alarmantes como el secuestro de trabajadores humanitarios. Civiles y l¨ªderes religiosos hab¨ªan sido asesinados y, adem¨¢s, varios campamentos militares hab¨ªan sufrido ataques.

Ese periodo de calma dur¨® aproximadamente un a?o, de octubre de 2020 a octubre de 2021. Despu¨¦s, el conflicto volvi¨® a reavivarse con rapidez. El nuevo estallido de violencia trajo consigo ataques contra la poblaci¨®n, y un recrudecimiento de los combates entre los grupos armados y las Fuerzas de Defensa y Seguridad de Burkina Faso (FDS). Actualmente, la violencia sigue aumentando.

Nunca podr¨¦ olvidar lo mucho que me impact¨® la noticia de la explosi¨®n de una ambulancia del distrito. El veh¨ªculo pas¨® por encima de un artefacto explosivo improvisado mientras evacuaba a una mujer embarazada a Uagadug¨², a principios de marzo de 2021. Aquel d¨ªa, seis personas murieron dentro de un transporte pensado para salvar vidas: una ambulancia que prestaba atenci¨®n sanitaria esencial en la zona, y que transportaba a pacientes y a personal m¨¦dico.

Desde entonces, la situaci¨®n no ha hecho m¨¢s que empeorar. Djibo est¨¢ asediada desde mediados de febrero de 2022, lo que hace casi imposible la entrada de personas, mercanc¨ªas o ayuda de emergencia. La carretera es insegura. Los vuelos humanitarios que conectan esta ciudad con Uagadug¨² son irregulares y a veces se suspenden durante varias semanas. Incluso viajar a por los alrededores supone cada vez m¨¢s esfuerzo, debido al terror implantado por la inseguridad.

La poblaci¨®n de Djibo, que antes rondaba las 60.000 personas, ha crecido hasta alcanzar unas 350.000 por el aumento de la poblaci¨®n desplazada

La poblaci¨®n de Djibo, que antes rondaba las 60.000 personas, ha crecido hasta alcanzar unas 350.000 por el aumento de la poblaci¨®n desplazada que llega a la ciudad. Los equipos m¨¦dicos de MSF han trabajado all¨ª durante cuatro a?os y han sido testigos del aumento exponencial de las necesidades m¨¦dicas y humanitarias.

El acceso a la atenci¨®n sanitaria es cada vez m¨¢s dif¨ªcil. En la regi¨®n del Sahel, donde se ubica Djibo, el 65 % de los centros de salud est¨¢n cerrados o prestan servicios m¨ªnimos, debido a la violencia y la enorme carencia de personal. La inseguridad que reina en las proximidades de la ciudad hace que, organizaciones m¨¦dicas y humanitarias como la nuestra, tengan enormes y reiteradas dificultades para prestar ayuda a las personas que viven en las afueras de los cascos urbanos.

Los obst¨¢culos en nuestras actividades reflejan la realidad que viven las personas de Djibo. Debido a la violencia, la poblaci¨®n est¨¢ sometida a una crisis sanitaria sin parang¨®n. Muchas de las complicaciones m¨¦dicas de las que se ocupan nuestros equipos son consecuencia directa de la falta de agua potable, la desnutrici¨®n, las dificultades para conseguir medicamentos y el retraso de las consultas m¨¦dicas. Todos estos problemas se enlazan con la falta de medios econ¨®micos para prestar toda la asistencia humanitaria necesaria.

Hemos puesto en marcha actividades de distribuci¨®n de agua, a pesar de que esa no es nuestra ¨¢rea principal de trabajo. Sin embargo, nuestro esfuerzo resulta insuficiente para satisfacer esta necesidad vital en toda la comunidad.

Lo que est¨¢ ocurriendo en Djibo, hoy y desde hace meses, refleja la situaci¨®n general de Burkina Faso. Un pa¨ªs, en donde la poblaci¨®n civil y las comunidades desplazadas son quienes pagan el precio de la violencia. Ahora, que el mundo entero tiene puesta su atenci¨®n en la guerra de Ucrania y en otras emergencias humanitarias, no hay que olvidar a la poblaci¨®n del Sahel. Debemos seguir contando su historia, y brindar asistencia sanitaria y humanitaria a las personas que m¨¢s sufren. Los fondos y los programas de ayuda que promueve la comunidad internacional no pueden dejar de lado a Djibo.

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