¡°Uno de cada dos ni?os que viven en Sud¨¢n necesita ayuda humanitaria urgentemente¡±

A principios del pasado mes de junio, la asociaci¨®n ben¨¦fica sudanesa Hadhreen inform¨® de que 71 ni?os, muchos de ellos beb¨¦s, hab¨ªan muerto en un orfanato p¨²blico de la capital del pa¨ªs, Jartum, que hab¨ªa quedado atrapado y aislado en medio de los combates que estallaron en abril entre el Ej¨¦rcito regular y las paramilitares Fuerzas de Apoyo R¨¢pido. La mayor¨ªa fallecieron por desnutrici¨®n, deshidrataci¨®n e infecciones. Tras conocerse su caso, el 7 de junio otros 300 ni?os que permanec¨ªan en el centro pudieron ser evacuados con ¨¦xito hasta una ciudad a 200 kil¨®metros de Jartum, tras un trayecto de cuatro horas.

La tragedia del orfanato de Mygoma provoc¨® una gran conmoci¨®n y puso de relieve el aumento de la vulnerabilidad de los ni?os en Sud¨¢n desde que estall¨® la guerra. Hoy se calcula que m¨¢s de 13,5 millones necesitan ayuda humanitaria urgente, una cifra superior a toda la poblaci¨®n de Portugal. Cientos de miles sufren ya desnutrici¨®n aguda severa, y los ni?os representan la mitad de los m¨¢s de tres millones de desplazados que ha dejado el conflicto. El futuro de varias generaciones est¨¢ en juego.

Ted Chaiban, el subdirector de Acci¨®n Humanitaria y Operaciones de Suministro de Unicef, el fondo de la ONU para la infancia, viaj¨® a finales de julio a Sud¨¢n, un pa¨ªs que lleva visitando desde hace 25 a?os, y a la frontera con Chad, el principal receptor de refugiados huyendo de la violencia, para hacer un seguimiento de la situaci¨®n. ¡°Es dif¨ªcil pensar en un momento en que las cosas fueran m¨¢s graves que hoy [para los ni?os sudaneses]¡±, constata.

Pregunta. Las necesidades de la infancia en Sud¨¢n se est¨¢n multiplicando muy r¨¢pido desde el estallido de la guerra en abril, y las ¨²ltimas cifras de Unicef hablan ya de hasta 13,6 millones de ni?os que precisan ayuda humanitaria urgente. ?Se hab¨ªa vivido antes una situaci¨®n tan cr¨ªtica?

Respuesta. Desde su independencia [en 1956], el pa¨ªs ha estado la mayor parte de los a?os en conflicto, pero es dif¨ªcil pensar en una ¨¦poca en la que las cosas hayan estado peor para los ni?os de Sud¨¢n. Los 14 millones de ni?os que necesitan ayuda humanitaria urgentemente representan 1 de cada 2 ni?os que viven en el pa¨ªs. Adem¨¢s, hay 1,7 millones de ni?os desplazados recientemente, que se suman a los que se hab¨ªan desplazado anteriormente por otras crisis pol¨ªticas y conflictos como el de Darfur. As¨ª que es dif¨ªcil pensar en un momento en que las cosas fueran m¨¢s graves que hoy.

P. La guerra ha afectado a todo el pa¨ªs, pero los combates se han concentrado en las regiones de Jartum, Darfur y partes del sur. ?C¨®mo es la situaci¨®n en estas zonas?

R. Desde el comienzo del conflicto hemos recibido informes de graves violaciones, con m¨¢s de 435 ni?os muertos y 2.025 heridos. Es decir, [unos] 2.500 ni?os muertos o heridos desde el inicio de la crisis, el 15 de abril. Esto equivale a uno cada hora, y hablamos solo de los casos que se han podido registrar. Esto se suma a que estamos en un pa¨ªs que ya era fr¨¢gil, donde tres millones de ni?os corr¨ªan el riesgo de sufrir desnutrici¨®n aguda, de los cuales 700.000 estaban en riesgo de sufrir desnutrici¨®n aguda severa. Para llegar a ellos hac¨ªa falta un sistema sanitario estable.

Sud¨¢n es un pa¨ªs que ya era fr¨¢gil, donde tres millones de ni?os corr¨ªan el riesgo de sufrir desnutrici¨®n aguda

P. Y, en cambio, el sistema sanitario ha colapsado r¨¢pidamente a ra¨ªz de la guerra.

R. A d¨ªa de hoy, Unicef y sus socios han podido llegar a 88.000 de esos 700.000 ni?os con desnutrici¨®n aguda severa. Si no llegamos a un ni?o gravemente desnutrido hay muchas posibilidades de que muera. Existen problemas de acceso, amenazas a trabajadores humanitarios, y falta de funcionalidad de los centros de salud en las zonas afectadas por el conflicto, lo que tiene un impacto directo en los ni?os. Igualmente importante es conseguir la financiaci¨®n necesaria para responder a esta crisis. Unicef hizo un llamamiento para responder de 840 millones de d¨®lares (764 millones de euros) y por ahora solo tenemos un 9% de financiaci¨®n. Apreciamos cada d¨®lar, pero se necesitan m¨¢s recursos.

P. Aproximadamente la mitad de los m¨¢s de 3,3 millones de personas desplazadas en Sud¨¢n desde el comienzo de la guerra son ni?os. ?Cu¨¢l es su situaci¨®n?

En la frontera [de Chad con Sud¨¢n] vimos a familias cruzar la frontera pr¨¢cticamente sin nada, exhaustas, deshidratadas

R. Las autoridades de Chad [el primer pa¨ªs receptor de refugiados sudaneses], por ejemplo, han puesto de su parte al permitir que las familias se asienten e incluso animando a algunos de los refugiados retornados a tener acceso a la tierra, a menudo cooperando plenamente y dando acceso a las agencias humanitarias. Lo que tenemos que hacer es acelerar la respuesta porque los ni?os llegan en mal estado al cruzar la frontera.

Hay m¨¢s de 300.000 refugiados que han llegado a Chad y es muy importante apoyar la respuesta [all¨ª]. En la frontera [de Chad con Sud¨¢n] vimos a familias cruzar la frontera pr¨¢cticamente sin nada, exhaustas, deshidratadas. Hab¨ªa ni?os desnutridos porque tuvieron que pasar por hasta 11 puestos de control para llegar a la frontera, a menudo con sobornos. La situaci¨®n es dif¨ªcil, y lo es de forma diferente en las distintas partes, en funci¨®n de si eres desplazado o refugiado fuera de tu pa¨ªs. Pero tengo que destacar que se est¨¢ haciendo mucho tambi¨¦n, y que se est¨¢ demostrando mucha resiliencia humana.

P. Se est¨¢ documentando un n¨²mero creciente de casos de violencia de g¨¦nero contra las ni?as, incluida violencia sexual, desde el inicio de la guerra. ?C¨®mo se est¨¢ trabajando para llegar a las v¨ªctimas o supervivientes?

R. Se han documentado casos de violencia de g¨¦nero, y tambi¨¦n nos lo han contado las mujeres cuando cruzaban la frontera con Chad. En Atbara [una ciudad al norte de Sud¨¢n] hablamos en una cl¨ªnica m¨¦dica con un asesor psicosocial que ha ido familia por familia para averiguar si alguien ha sido v¨ªctima de violencia sexual y de g¨¦nero, y est¨¢ ofreciendo asesoramiento y seguimiento m¨¦dico. Forma parte de la respuesta, tanto fuera de Sud¨¢n como dentro. Pero tambi¨¦n hay que reconocer que queda mucho por hacer, que hay una grave falta de denuncias debido a que a veces las supervivientes sienten el estigma asociado. Tenemos que ver qu¨¦ se puede hacer para rendir cuentas con las partes y trabajar en la prevenci¨®n.

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