R¨¦mi Parmentier: ¡°A los que tienen ecoansiedad les digo: ?Se cura con la acci¨®n!¡±
Uno de los fundadores de Greenpeace Internacional y actual director de la consultora Grupo Varda alerta de que la crisis del multilateralismo conlleva riesgos para el oc¨¦ano y la lucha contra el cambio clim¨¢tico
Ni se os ocurra decir ¡°los oc¨¦anos¡±, as¨ª en plural, ante R¨¦mi Parmentier. ¡°?Que sea la ¨²ltima vez! Es importante y siempre insisto porque es lo que diferencia a nuestro planeta del resto: el oc¨¦ano nos da la vida desde el principio. Y recordar que hay un solo oc¨¦ano y que todo ¨¦l se tiene que proteger, nos ayuda a concienciar. Es la sala de m¨¢quinas del planeta. Sin ¨¦l, olv¨ªdate de los dem¨¢s Objetivos de Desarrollo Sostenible, como los de la lucha contra la pobreza o la seguridad alimentaria¡±, subraya. Tiene autoridad en la materia, pues este hombre, que va ataviado con una elegante corbata estampada con los tent¨¢culos de un gran calamar, es un veterano ecologista, miembro fundador de Greenpeace Internacional, art¨ªfice de algunos de los grandes ¨¦xitos de la organizaci¨®n a bordo del Rainbow Warrior. Actualmente, es el director de la consultora Grupo Varda, que fund¨® con Kelly Rigg para asesorar a compa?¨ªas en el ¨¢mbito de la sostenibilidad. De hecho, Parmentier dio en Barcelona una charla en Esade en el marco de un programa sobre sostenibilidad para empresas emergentes.
Su inter¨¦s por la preservaci¨®n del mar y por el ecologismo, seg¨²n cuenta en las m¨²ltiples conferencias que da alrededor del mundo, empez¨® en 1974. Vio al agr¨®nomo Ren¨¦ Dumont levantar un vaso de agua y afirmar que en el siglo XXI habr¨ªa guerras por ¨¦l, justo en un momento en el que los conflictos se empezaban a librar por el petr¨®leo. Parmentier empez¨® a interesarse por el activismo ecologista y con un grupo fundaron, en 1977, Greenpeace Francia, siguiendo los pasos de la ONG original, creada en Canad¨¢ seis a?os antes.
Ahora me ves aqu¨ª, tantos a?os despu¨¦s de lucha ecologista, y podr¨ªas decir que soy un fracasado, porque el planeta no est¨¢ a salvo. Pero la realidad es que si no hubi¨¦semos estado, la situaci¨®n ser¨ªa a¨²n peor
Poco tiempo despu¨¦s, todas las oficinas se integrar¨ªan en Greenpeace International. Los franceses y los brit¨¢nicos compraron un viejo barco pesquero, que, tras restaurarlo, lo rebautizaron como Rainbow Warrior, una de las legendarias embarcaciones de la organizaci¨®n ecologista. A bordo, Parmentier y otros protagonizaron campa?as para frenar pruebas nucleares o contra buques balleneros, y cosecharon ¨¦xitos como la adopci¨®n en 1982 de la moratoria internacional de la caza comercial de ballenas. Tres a?os despu¨¦s, en 1985, el barco fue hundido en Nueva Zelanda por los servicios secretos franceses.
Han pasado muchos a?os y, pese a que la emergencia clim¨¢tica es ahora una evidencia cient¨ªfica y cuenta con multitud de acuerdos internacionales para hacerle frente, los desaf¨ªos son ahora distintos: el negacionismo, la apat¨ªa o el pesimismo, el peligro del greenwashing en las empresas (usar la sostenibilidad solo como estrategia de marketing) o la simple constataci¨®n de que el medio ambiente est¨¢ tan tensionado que queda poco tiempo para remedios. ¡°Ahora me ves aqu¨ª, tantos a?os despu¨¦s de lucha ecologista, y podr¨ªas decir que soy un fracasado, porque el planeta no est¨¢ a salvo. Pero la realidad es que si no hubi¨¦semos estado, la situaci¨®n ser¨ªa a¨²n peor¡±, afirma. ¡°Ahora, el reto del ecologismo es pensar fuera de los moldes, ir m¨¢s all¨¢, pero en los setenta casi no hab¨ªa moldes¡±, agrega Parmentier, que dej¨® Greenpeace en 2002 para fundar, un a?o despu¨¦s, el Grupo Varda, su consultora.
El veterano activista rechaza los vientos de pesimismo que azotan el ecologismo. ¡°Si ahora hay m¨¢s apat¨ªa entre los j¨®venes, es un problema. En los setenta ¨¦ramos una tribu y poca gente hablaba de ecolog¨ªa, por lo que precisamente era m¨¢s f¨¢cil hablar de ello. Ahora existe demasiado ruido sobre el medio ambiente y es dif¨ªcil hacerse o¨ªr. Pero a los que tienen ecoansiedad, mi respuesta es: ?Se cura con la acci¨®n! No vas a ganar la guerra t¨² solo o t¨² sola, vas a ganar peque?as batallas y las batallas se van sumando¡±, asegura. ?Hay tiempo para ganar esta guerra? ¡°Yo creo que el mundo se va a salvar solo, la cuesti¨®n es si nuestro mundo se va a salvar, o si merece salvarse, y qu¨¦ hay que cambiar para que sea m¨¢s saludable y sostenible para las siguientes generaciones¡±, resume.
La emergencia clim¨¢tica aparece pr¨¢cticamente cada d¨ªa en los titulares, ¡ªlas olas de calor este verano, la desaparici¨®n de millones de cangrejos de la nieve en Alaska, el deshielo y el calentamiento global. Sin embargo, Parmentier no comulga con las tesis m¨¢s cercanas al colapsismo, que piden iniciar un decrecimiento y dejar de confiar en que llegar¨¢ una tecnolog¨ªa que permitir¨¢ tener el mismo ritmo de crecimiento. ¡°La palabra decrecimiento es muy controvertida, considero que habr¨¢ sectores que deber¨¢n crecer y otros que tendr¨¢n que decrecer, como la industria pesquera, o desaparecer, como la de los combustibles f¨®siles¡±.
No creo que las tecnolog¨ªas solas nos vayan a salvar, hay que cambiar nuestros valores y dejar de dar tanta importancia al dinero
El ecoactivista apuesta por invertir en tecnolog¨ªas como el motor e¨®lico o el hidr¨®geno verde para la marina mercante. ¡°O por situar los centros de producci¨®n en localizaciones concretas para que los barcos aprovechen las corrientes o los vientos dominantes¡±. Pero, a?ade: ¡°No creo que las tecnolog¨ªas solas nos vayan a salvar, hay que cambiar nuestros valores y dejar de dar tanta importancia al dinero¡±.
El oc¨¦ano, su gran obsesi¨®n, enfrenta otros peligros. Actualmente, solamente el 10% est¨¢ protegido. ¡°Ahora hay un empuje para llegar al 30% de protecci¨®n, pero ?qu¨¦ pasa con el 70% restante? Opino que hay que darle la vuelta y proteger todo el oc¨¦ano, excepto algunas ¨¢reas marinas explotables, y que sean las empresas las que demuestren que vale la pena explotarlo¡±, se?ala. La realidad es que con el cambio clim¨¢tico y con tecnolog¨ªas cada vez m¨¢s invasivas, el reto es mayor: impedir que haya explotaciones mineras en el fondo del mar. ¡°Son las ¨²ltimas fronteras, y remover el fondo del oc¨¦ano no es una buena idea, ya que ah¨ª se acumula mucho CO2¡å, explica. El activista no cesa en su optimismo pese a que los desaf¨ªos se dan en un momento de cuestionamiento de los grandes acuerdos: ¡°Hay una crisis del multilateralismo. Eso no es un secreto para nadie, pero esto da m¨¢s motivos para poner muros de contenci¨®n y reforzar las organizaciones que protegen el mundo¡±.
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