Nyanchama Okemwa: ¡°No podemos seguir fingiendo que el mundo moderno no est¨¢ basado en el colonialismo¡±
Esta antrop¨®loga keniana, activista antirracista, hace un llamamiento al sistema educativo europeo para cambiar la narrativa de la historia de la xenofobia y la colonizaci¨®n
Nyanchama Okemwa (Nairobi, 57 a?os) hace honor a su nombre, que significa carisma. Su ¨ªmpetu y entusiasmo se refleja al hablar de lo que m¨¢s le apasiona: la defensa de los derechos de la di¨¢spora africana en Europa. En la cumbre Green Social Summit, que se celebr¨® en Madrid el pasado 29 de septiembre, Okemwa capt¨® la atenci¨®n de los asistentes con sus intervenciones.
Esta antrop¨®loga experta en descolonizaci¨®n, panafricanista y antirracista arrib¨® desde su Kenia natal a B¨¦lgica hace 30 a?os, aunque su trayectoria como activista empez¨® antes, en el pa¨ªs que la vio nacer, inspirada por su compatriota Wangari Maathai, la primera mujer africana en ser reconocida con el premio Nobel de la Paz (2004). Sin embargo, el tipo de militancia que ejerc¨ªa entonces dista mucho del que desarrolla ahora. ¡°Yo luchaba contra la exclusi¨®n y las precariedades socioecon¨®micas. Mi enfoque eran los derechos humanos sin diferenciaci¨®n de personas. Pero cuando llegu¨¦ a B¨¦lgica empec¨¦ a enfrentarme a la exclusi¨®n racial. No pas¨® mucho tiempo para convertirme en una activista antirracista¡±, cuenta.
En un pa¨ªs como B¨¦lgica, que lleva a cuestas un oprobioso pasado colonial, Okemwa se encontraba en un limbo identitario. ¡°Era tolerada en la sociedad belga, pero no hab¨ªa ning¨²n activista destacado de mi color¡±. Se dio cuenta, dice, de que la historia no era c¨®mo se la hab¨ªan contado. ¡°Empec¨¦ a preguntarme sobre la verdad, sobre los hechos de nuestro pasado, las medias verdades y falacias. As¨ª empez¨® a forjarse mi visi¨®n de la descolonizaci¨®n¡±, recuerda.
Actualmente, Okemwa trabaja como asesora de divulgaci¨®n y campa?as para la organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro Hand in Hand against Racism (Mano a mano contra el racismo), con sede en B¨¦lgica, adem¨¢s de liderar la junta directiva de la Red Europea en contra del Racismo (ENAR, por sus siglas en ingl¨¦s). Desde sus inicios, hace tres d¨¦cadas, destaca que ha habido avances notables en la participaci¨®n de minor¨ªas en los movimientos sociales. ¡°Gente como yo ocupa puestos en los que podemos sentarnos en las mesas de debate y contribuir como expertos. Es algo que debemos celebrar¡±. Gracias a ello, se?ala, se ha conseguido impulsar la reivindicaci¨®n de la figura del l¨ªder anticolonialista y primer ministro de Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, Patrice Lumumba, que fue derrocado por un golpe de Estado y despu¨¦s asesinado en 1961 por las fuerzas belgas. M¨¢s de medio siglo despu¨¦s, en 2018, Bruselas levant¨® un monumento en su honor, respondiendo al reclamo de asociaciones y activistas. ¡°Es incre¨ªble como Lumumba era reconocido en cientos de lugares en el mundo, pero no en B¨¦lgica¡±.
¡°Un ni?o sin ra¨ªces est¨¢ condenado a tomar decisiones equivocadas cuando sea mayor, el viento se lo llevar¨ªa a cualquier direcci¨®n¡±
Pese a estos avances, Okemwa critica la forma en que la clase pol¨ªtica europea (blanca) a¨²n controla la narrativa sobre el racismo, que tiende a abordarlo desde la experiencia individual y no admitir que es un problema estructural. ¡°Mientras sigamos con leyes obsoletas, persistir¨¢ el problema¡±, opina.
Okemwa tiene dos m¨¢steres en estudios pedag¨®gicos y tambi¨¦n se ha dedicado a la investigaci¨®n acad¨¦mica y la docencia. De hecho, cree que cualquier cambio, incluido acabar con el racismo, empieza desde el sistema educativo. Lamenta, sin embargo, que la formaci¨®n es todav¨ªa muy euroc¨¦ntrica y por tanto miope, que no prepara a los j¨®venes para el mundo real del siglo XXI. ¡°Esta educaci¨®n pod¨ªa funcionar hace 50 a?os, cuando Europa estaba dominada por una poblaci¨®n mayoritariamente blanca, pero ya no es as¨ª; Europa es ahora muy diversa¡±, explica. ¡°Este mismo razonamiento es v¨¢lido para el sistema sanitario, la vivienda, la migraci¨®n¡±, agrega.
Okemwa sugiere que, adem¨¢s de renovar el curr¨ªculo escolar, es importante que todos los j¨®venes cuenten con modelos de conducta y referentes propios. Las nuevas generaciones afrodescendientes europeos, dice, necesitan centros culturales donde puedan aprender sobre su espiritualidad, sus leyendas, sus lenguas, su gastronom¨ªa. ¡°Un ni?o sin ra¨ªces est¨¢ condenado a tomar decisiones equivocadas cuando sea mayor, el viento se lo llevar¨ªa en cualquier direcci¨®n¡±.
¡°Los panafricanistas hablamos de la esclavitud que exist¨ªa y sigue existiendo, de la mentalidad colonial que nos afect¨® entonces y que sigue afect¨¢ndonos ahora. Hablamos de la destrucci¨®n que exist¨ªa entonces y que existe ahora¡±
El activismo panafricanista es ahora m¨¢s necesario que nunca, y en su opini¨®n, es m¨¢s amplio que otros movimientos antirracistas como el Black Lives Matter, originado en Estados Unidos en reacci¨®n a un acontecimiento concreto (el asesinato de George Floyd en Mine¨¢polis por parte de la polic¨ªa). ¡°Nosotros hablamos de la esclavitud que exist¨ªa y sigue existiendo, hablamos de la mentalidad colonial que nos afect¨® entonces y que sigue afect¨¢ndonos ahora. Hablamos de la destrucci¨®n que exist¨ªa entonces y que existe ahora¡±, explica.
La activista hace ¨¦nfasis en la importancia de mirar el pasado sin convertirse en su reh¨¦n, sino para aprender y encontrar soluciones. ¡°La visi¨®n de mejorar el futuro est¨¢ vinculada a nuestro pasado, por eso no podemos seguir ignor¨¢ndolo, no podemos seguir inmersos en una historia unilateral. Ya no es aceptable, as¨ª que hay mucho que hacer¡±, recalca.
Okemwa ve con optimismo el futuro de la lucha panafricanista. La di¨¢spora africana que ha nacido y se ha criado en Occidente, considera, se est¨¢ empoderando, conoce sus derechos y conserva las ra¨ªces del pa¨ªs de origen de sus padres. Esas personas est¨¢n influyendo en las formas de hablar, de pensar; est¨¢n logrando, poco a poco, que se desmitifiquen las falacias con las que han crecido. ¡°Ya no se puede ignorar que nuestras ¡®energ¨ªas verdes¡¯ proceden de la extracci¨®n de cobalto en el Congo¡±, pone a modo de ejemplo. ¡°Cuanto antes se acepte la verdad, antes llegar¨¢n los cambios. No podemos seguir fingiendo que el mundo moderno no est¨¢ basado en el colonialismo¡±, concluye.
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