Algo habr¨¢n hecho bien los abor¨ªgenes para que su sistema alimentario perdure hasta hoy

Este 9 de agosto ha sido diferente. Las recurrentes olas de calor e incendios, y las amenazas de sequ¨ªas que vivimos este a?o, nos est¨¢n dejando un sentido de preocupaci¨®n, de que algo no marcha bien.

El reciente informe sobre el estado de la seguridad alimentaria y la nutrici¨®n en el mundo (SOFI, por sus siglas en ingl¨¦s) alerta sobre el retroceso en los esfuerzos por acabar con el hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrici¨®n. Confirma que algo no va bien. A la crisis clim¨¢tica se une, desde hace cinco a?os, un progresivo aumento de la inseguridad alimentaria que afecta a m¨¢s de 900 millones de personas y a la malnutrici¨®n, obesidad y sobrepeso que padecen 2.000 millones. Los sistemas alimentarios en el mundo no marchan como quisi¨¦ramos. No son capaces de producir alimentos de forma sostenible y resiliente sin esquilmar los recursos naturales y generar cambio clim¨¢tico. Mientras la FAO estima que la agricultura contribuir¨ªa al 80% de la deforestaci¨®n, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Clim¨¢tico confirma que el sistema alimentario global es el mayor emisor de gases de efecto invernadero de origen humano.

En lugar de acercarnos a la meta de hambre cero, nos alejamos. Los diversos conflictos, el alza de precios de los alimentos, la crisis clim¨¢tica, y la reciente pandemia complican las predicciones. A pesar de que desde hace a?os se producen suficientes alimentos para toda la humanidad, se prev¨¦n 670 millones de personas padeciendo hambre en el 2030. Mientras, contemplar los datos de p¨¦rdidas de alimentos que acaban en la basura en nuestros hogares y mercados no deja de ser una contradicci¨®n moral.

?Cu¨¢les son las posibles soluciones?

Hace un a?o se produjo un hecho hist¨®rico: por primera vez, el Grupo Cient¨ªfico sobre Sistemas Alimentarios reconoci¨®, durante la pre cumbre de sistemas alimentarios de Naciones Unidas, que los conocimientos de los pueblos ind¨ªgenas y sus sistemas alimentarios son revolucionarios y capaces de aportar soluciones sobre sostenibilidad y resiliencia. Este reconocimiento cient¨ªfico de la sabidur¨ªa de los pueblos ind¨ªgenas se vio reforzado durante la cumbre del clima COP26, record¨¢ndonos que son ellos quienes protegen el 80% de la biodiversidad del planeta.

El reconocimiento cient¨ªfico, a pesar de llegar tarde, es un paso fundamental para dejar de ver a los pueblos ind¨ªgenas como marginados y atrasados. Coloca a los 476 millones de ind¨ªgenas, que viven en m¨¢s de 90 pa¨ªses y pertenecen a m¨¢s de 5.000 grupos distintos, en una situaci¨®n de relevancia a la hora de proponer soluciones clim¨¢ticas, alimentarias y de conservaci¨®n de ecosistemas que han afinado durante cientos de a?os, y que aportan respuestas a los problemas que se solapan unos con otros a velocidad creciente.

Adem¨¢s, este reconocimiento da validez a la oralidad como forma de sabidur¨ªa. Sabidur¨ªa acumulada durante siglos gracias al entendimiento de los ciclos naturales y ecosistemas, y basada en una observaci¨®n minuciosa y hol¨ªstica.

El reconocimiento de la oralidad es fundamental para millones de ind¨ªgenas y pastores n¨®madas, ya que de las m¨¢s de 6.700 lenguas existentes en el mundo, 4.000 son ind¨ªgenas. Hay una fuerte interrelaci¨®n entre riqueza ling¨¹¨ªstica, biodiversidad y territorios ind¨ªgenas que la comunidad cient¨ªfica comienza a vislumbrar.

Estos prometedores primeros pasos ya ofrecen soluciones pr¨¢cticas y esperanzadoras en el contexto actual. Por ejemplo, los abor¨ªgenes de Australia comparten su sabidur¨ªa ancestral sobre manejo controlado del fuego, ense?ando en ?frica c¨®mo evitar devastadores incendios. No olvidemos que los sistemas alimentarios abor¨ªgenes est¨¢n entre los m¨¢s antiguos del mundo, y perduran hasta nuestros d¨ªas. Algo deben de hacer bien y quiz¨¢s nos permita aprender alguna cosa.

Los abor¨ªgenes de Australia comparten su sabidur¨ªa ancestral sobre manejo controlado del fuego, ense?ando en ?frica c¨®mo evitar devastadores incendios

Una reciente investigaci¨®n de FAO recopila diversas soluciones ¨²tiles que los pueblos ind¨ªgenas pueden ense?ar al resto del mundo. El pueblo baka, en las selvas de ?frica central, maneja un amplio conocimiento de m¨¢s de 500 plantas medicinales. Los pueblos ticuna, cocama y yagua estuvieron a punto de extinguir los recursos pesqueros del complejo de lagos Tarapoto con la llegada de las artes de pesca ¡°modernas¡±, pero consiguieron revertir la situaci¨®n a trav¨¦s de su espiritualidad y conocimientos ancestrales. Los inari sami cuentan con distintos vocablos que describen el comportamiento de los peces. Los khasi son capaces de generar cientos de alimentos, varios desconocidos, gracias a su gobernanza matrifocal y su cultivo itinerante.

Pero quedan a¨²n pasos importantes y urgentes a la hora de incorporar los conocimientos y sabidur¨ªa de los pueblos ind¨ªgenas de boca de sus l¨ªderes, en las pol¨ªticas p¨²blicas y en la toma de decisiones.

En ese sentido, es una buena noticia para el mundo la creaci¨®n, como espacio de trabajo conjunto, de una Coalici¨®n de Sistemas Alimentarios de los Pueblos Ind¨ªgenas, apoyada por la FAO, y que aglutina a l¨ªderes ind¨ªgenas de las siete regiones socioculturales y a siete pa¨ªses (Espa?a, Rep¨²blica Dominicana, M¨¦xico, Canad¨¢, Noruega, Finlandia y Nueva Zelanda).

Esta coalici¨®n buscar¨¢ transformar en pol¨ªticas la sabidur¨ªa de los pueblos ind¨ªgenas en restauraci¨®n bioc¨¦ntrica y sistemas alimentarios. En este proceso es esencial el apoyo del Centro Mundial de Conocimientos sobre los Sistemas alimentarios Ind¨ªgenas. Creado en el 2020, aglutina a expertos ind¨ªgenas y no ind¨ªgenas de m¨¢s de 20 universidades, organizaciones ind¨ªgenas y de Naciones Unidas, que trabajan en procesos interculturales de cocreaci¨®n de conocimiento. El Libro Blanco-Wiphala sobre sistemas alimentarios de los pueblos ind¨ªgenas, coordinado por dicho centro, fue determinante para el reconocimiento mundial de los sistemas alimentarios de los pueblos ind¨ªgenas.

El 9 de agosto marca el D¨ªa Internacional de los Pueblos Ind¨ªgenas. Este a?o, su celebraci¨®n nos ha recordado la importancia de las mujeres ind¨ªgenas, quienes han transmitido y compartido sus saberes de manera colectiva. Mujeres-medicina, mujeres-sabidur¨ªa, conocedoras y protectoras de ecosistemas generadores de alimentos. Sin ellas, el reconocimiento cient¨ªfico de los sistemas alimentarios ind¨ªgenas no hubiese sido posible.

Sin las mujeres, el reconocimiento cient¨ªfico de los sistemas alimentarios ind¨ªgenas no hubiese sido posible

Este a?o es diferente. A las puertas de la conferencia de las Naciones Unidas sobre cambio clim¨¢tico en Egipto, COP27, vemos que hemos de buscar soluciones innovadoras hasta ahora no contempladas para solucionar la confluencia de desaf¨ªos actuales. Los pueblos ind¨ªgenas ofrecen la ventaja de hablar no desde la teor¨ªa sino desde la pr¨¢ctica. Ofrecen al mundo una oportunidad ¨²nica y generosa de combinar sus conocimientos ancestrales con tecnolog¨ªa y nuevas t¨¦cnicas capaces de abordar los desaf¨ªos alimentarios, clim¨¢ticos e h¨ªdricos que vivimos.

?Seremos capaces de escuchar y aprender?

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