Activos corporativos y desarrollo sostenible
Aunque no se va a cumplir con la Agenda 2030, es imperante que las corporaciones reimaginen y profundicen su impacto comunitario para lograr avances sociales
El ¨²ltimo de los Objetivos para el Desarrollo Sostenible (ODS) es, en cierto modo, el m¨¢s importante, ya que reconoce que solo se pueden cumplir los objetivos restantes mediante la colaboraci¨®n. Incluye metas como la movilizaci¨®n de recursos financieros de distinto origen para los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo y la promoci¨®n de asociaciones entre los sectores p¨²blico y privado, y otras partes interesadas. Sin embargo, a menos de ocho a?os de la fecha estipulada para cumplir las metas de la Agenda 2030, la asistencia oficial para el desarrollo sigue dominando la narrativa de la transformaci¨®n econ¨®mica estructural.
En 2021, la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) total prove¨ªda por los miembros del Comit¨¦ de Asistencia para el desarrollo de la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®micos (OCDE) fue de casi 179.000 millones de d¨®lares (177.000 millones de euros). Esa cifra constituye menos del 4,5% del d¨¦ficit de financiaci¨®n, de 4.142 millones de euros, para cumplir los ODS. Y, aunque en 2015 ¡ªcuando estos fueron adoptados¡ª los pa¨ªses acordaron elevar la ayuda al 0,7% del producto nacional bruto (PNB) para 2030, siguen lejos de cumplir esa meta. Mientras tanto, hay m¨¢s de 100.000 millones de d¨®lares (101.381 millones de euros) de activos gestionados en todo el mundo que podr¨ªamos aprovechar.
M¨¢s all¨¢ de la diferencia en escala, los sectores p¨²blico y privado suelen enfocarse en aspectos diferentes del desarrollo. Por ejemplo, la AOD puede destinarse a mejorar la situaci¨®n sanitaria, mientras que la inversi¨®n probablemente se oriente a acelerar el crecimiento de sectores espec¨ªficos, como la agricultura.
En las econom¨ªas emergentes, las peque?as y medianas empresas (pymes) generan siete de cada diez puestos de trabajo
Es improbable que se cumplan los ODS para 2030, pero, si las corporaciones reimaginan y profundizan su impacto comunitario, podemos lograr grandes avances hacia el desarrollo sostenible. En estos procesos ser¨¢ clave el apoyo a las peque?as y medianas empresas que, tanto en los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo como en los desarrollados, generan empleo e impulsan el crecimiento de los ingresos y la reducci¨®n de la pobreza. En las econom¨ªas emergentes, las peque?as y medianas empresas (pymes) generan siete de cada diez puestos de trabajo. Las pymes formales aportan hasta el 40% del producto interior bruto (PIB), aunque el n¨²mero es mucho mayor si incluimos adem¨¢s a las informales.
Las pymes lideradas por mujeres tienen un papel especialmente importante. Las empresas como Koolboks, en Nigeria, y Hoa Nang, en Vietnam, contratan a j¨®venes con talento, contribuyen a reducir las disparidades de g¨¦nero y reinvierten en sus comunidades la riqueza que generan.
Este tipo de empresas son la columna vertebral del desarrollo sostenible y resiliente. Est¨¢n arraigadas en las comunidades y ofrecen amplias oportunidades de conexi¨®n con las cadenas de valor mundiales. Con la adquisici¨®n de talento y el dise?o de soluciones innovadoras para los problemas existentes, aquellas que empiezan de a poco pueden crecer y convertirse en actores econ¨®micos din¨¢micos e influyentes que generen m¨¢s riqueza para las comunidades, especialmente mediante mejores oportunidades de empleo para m¨¢s trabajadores.
Vale la pena notar aqu¨ª que se estima que har¨¢n falta 500 millones de puestos de trabajo para 2030 para absorber el crecimiento de la fuerza de trabajo mundial. Pero, para crear esa cantidad de empleos, las pymes requieren capital para crecer y aumentar su resiliencia. En la situaci¨®n actual, suelen enfrentar dificultades para acceder a la financiaci¨®n.
El sector privado debe asumir el liderazgo para proporcionar la financiaci¨®n necesaria para alcanzar los ODS
Esa puede ser una funci¨®n de la AOD, pero los gobiernos donantes en todo el mundo enfrentan crecientes vientos fiscales en contra despu¨¦s de la pandemia de la covid-19 y, ¨²ltimamente, por las crisis energ¨¦tica y alimentaria disparadas por la guerra en Ucrania. El sector privado debe asumir el liderazgo para proporcionar los fondos necesarios.
Esto implica un cambio de paradigma: la asignaci¨®n del capital (y la asistencia) impulsan al desarrollo a trav¨¦s de la inversi¨®n en empleo y la creaci¨®n de riqueza. Se debe prestar especial atenci¨®n a las empresas gestionadas por mujeres, que actualmente representan al 40% de las pymes africanas, pero solo reciben el 1% de los fondos de capital de riesgo.
Ya se han logrado algunos avances en ese frente. Por ejemplo, el fondo nigeriano Aruwa Capital Management, fundado y liderado por mujeres, invierte en empresas de r¨¢pido crecimiento que ofrecen productos y servicios esenciales para la econom¨ªa femenina, y en empresas fundadas en su totalidad o en parte por mujeres, o con equipos con diversidad de g¨¦nero. Y la Iniciativa de Inversi¨®n para el Impacto Corporativo (Corporate Impact Investing Initiative) puede desbloquear m¨¢s capital para las pymes, especialmente aquellas lideradas por mujeres.
Esos esfuerzos pueden contribuir a crear una nueva generaci¨®n de mujeres nana Benz ¡ªque controlaron al menos el 40 % del sector empresarial informal en Togo entre 1976 y 1984¡ª, pero a una escala mucho mayor. La inversi¨®n en pymes en los mercados de r¨¢pido crecimiento ¡ªcomo la Zona de Libre Comercio del Continente Africano¡ª acelerar¨¢ el ritmo de la transformaci¨®n.
Esto no es beneficencia, esas inversiones tendr¨¢n una rentabilidad econ¨®mica importante. Hay estudios que muestran que el desempe?o de las empresas de prop¨®sito es superior al de sus pares, principalmente porque es m¨¢s probable que los j¨®venes ¡ªcuya abrumadora mayor¨ªa cree que los problemas sociales, desde la justicia racial hasta el medio ambiente, deben incidir en las decisiones corporativas¡ª las apoyen.
Al mismo tiempo, debemos reconocer que las inversiones m¨¢s rentables suelen ser emprendimientos a largo plazo, incluso intergeneracionales. Tal vez nosotros no disfrutemos sus frutos, pero debemos cultivarlas de todas maneras para alimentar a nuestros descendientes y proporcionar la semilla de la prosperidad futura.
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