Compa?¨ªas abiertas para nuevos talentos
La mayor¨ªa de los j¨®venes con buena preparaci¨®n que se incorporan al mercado laboral exigen de sus empleadores una retribuci¨®n justa, proyectos interesantes, con impacto social y guiados por los valores. Reclaman, adem¨¢s, una mayor conciliaci¨®n laboral y flexibilidad. De lo contrario, los pierden
El mundo quiere una rosa de tallo largo sin espinas. Pero la realidad es corta y desprende gotas de sangre. Porque cada 15 d¨ªas ocurre una despedida. ¡°Lo vemos constantemente. Un chico que acabamos de incorporar hace dos semanas aparece con una bandeja de cruasanes para celebrar su marcha. Ya resulta un triste h¨¢bito¡±, narra, bajo la condici¨®n de anonimato, el ejecutivo de un banco del Ibex 35. ¡°Casi no nos da tiempo a recordar su nombre. Adem¨¢s, la regla es nunca renegociar el salario; as¨ª que se van, sin m¨¢s, por la puerta¡±. Y poco ayuda la ¡°nube negra de reputaci¨®n que arrastra el sector desde hace a?os¡±, sostiene. Los destinos son las grandes tecnol¨®gicas o las compa?¨ªas de reciente creaci¨®n. Tras la pandemia, flotaba en el aire una promesa de cambio. La persona iba a ser el centro, el Hombre de Vitruvio de Leonardo. ?Plegarias incumplidas?
En la oficina de cristal anaranjado de Bankinter saben que resulta dif¨ªcil atraer a los j¨®venes. Comparten mesa y teletrabajo cerca de 8.050 empleados, con una media de 44 a?os. Y la instituci¨®n quiere rejuvenecer la plantilla. Durante el primer semestre del ejercicio han incorporado a 141 chicas y chicos menores de 29 a?os y el objetivo son dos centenares m¨¢s cuando el calendario descuelgue el 31 de diciembre. Esos son los m¨¢rgenes de la juventud para ellos. La competencia de Uber, Amazon, Google o Microsoft es una presencia brillante bajo un sol naranja. Y pesa la sombra de la banca. ¡°Nuestro objetivo es que formen parte de un proyecto atractivo, que les aporte una carrera profesional y donde la formaci¨®n (60 horas por a?o) sirva para vincularlos¡±, resume Mar¨ªa Param¨¦s, directora de personas, comunicaci¨®n corporativa y calidad de Bankinter. Y la salud resulta esencial. Va m¨¢s all¨¢ de la f¨ªsica (con chequeos m¨¦dicos), incluye tambi¨¦n la mental. ¡°Es algo que cuidamos mucho¡±, detalla.
Desde un edificio de 50 plantas de altura, el mundo se contempla de otra forma. Los d¨ªas de viento victoriano el rascacielos madrile?o de las Cuatro Torres ruge al igual que Atlas. Pues transporta bajo sus hombros el peso del mundo de los servicios profesionales. ¡°El nivel de rotaci¨®n de la consultor¨ªa abarca entre el 23% y el 25%¡±, analiza Teresa Coelho, socia responsable de recursos humanos de KPMG Espa?a.
Cambios improrrogables
Las Big Four (EY, PwC, Deloitte y KPMG) deben transformar lo que hasta ahora ha sido su brillante milagro dorado en una tierra f¨¦rtil para captar el talento joven. Cerca del viento de ese piso 50?, aproximadamente del 25% al 40% trabaja a distancia. Tambi¨¦n se imparten sesiones semanales de mindfulness, acompa?amiento psicol¨®gico, ex¨¢menes m¨¦dicos y ayuda a los familiares que cohabitan en el mismo edificio. Adem¨¢s, comparan las actualizaciones de la remuneraci¨®n con la competencia. Y si los j¨®venes quieren viajar, est¨¢n presentes en 145 pa¨ªses. Existen geograf¨ªas. Mientras, en su carrera, pueden consultar ¡ª?en un entorno muy competitivo¡ª a un asesor. En el ¨²ltimo a?o, KPMG nombr¨® 32 directores y 182 gerentes.
Muchos analistas creen que estos cambios ocurren con la lentitud de un minueto y solo en las grandes empresas. Tras la famosa Gran Renuncia de 2021, en la que m¨¢s de 40 millones de estadounidenses dejaron su trabajo o buscaron uno nuevo, el mundo supo que la Tierra giraba en rotaci¨®n contraria. Algo impensable en Espa?a por la rigidez del mercado laboral. Pero la pandemia reinvent¨® el sentido de la vida de millones de j¨®venes. Horas interminables, ?para qu¨¦? Salarios ¨ªnfimos, ?para qu¨¦? Presi¨®n, ?para qu¨¦? Infelicidad, ?para qu¨¦? En un pa¨ªs como Estados Unidos, donde el paro es estructural (3,4%), las opciones de encontrar una nueva existencia laboral resultan f¨¢ciles. Pese a la inflaci¨®n, la estanflaci¨®n o la recurrente violencia. Es el futuro de los chicos. Aunque uno de cada cinco estadounidenses teme que cada vez la sociedad est¨¦ m¨¢s abierta hacia lo autocr¨¢tico.
Sin miedo a estar out
Otra barrera que hay que derribar para la entrada de los j¨®venes es la meritocracia. ?Qu¨¦ m¨¦rito tiene Nabokov de ser un genio de la literatura? ?O Einstein de la f¨ªsica? El mero esfuerzo no sirve para casi nada. El profesor Michael Sandel, de la Universidad de Harvard, califica de ¡°tiran¨ªa¡± a la meritocracia, y Daniel Markovits, de Yale, emplea la palabra ¡°trampa¡±.
Muchos chicos de nuestro tiempo abominan de trabajos donde impera la competencia, los horarios interminables, las reuniones cuando est¨¢n solos en la madrugada o una habitaci¨®n sin cuna; entonces, qu¨¦ importa la n¨®mina. ¡°Han perdido el miedo a salir del mercado de trabajo¡±, describe Francisco Loscos, profesor del Departamento de Direcci¨®n de Personas y Organizaciones en Esade. Los dados ruedan y siempre marcan un seis doble. La Asociaci¨®n Espa?ola para la Digitalizaci¨®n estima (datos a 15 de mayo) que hay 120.400 vacantes tecnol¨®gicas. Y el salario de un experto en tecnolog¨ªas de la comunicaci¨®n es de 37.660 euros anuales. Unos 11.000 euros m¨¢s que la media nacional. Pero ?este es un art¨ªculo de dinero o de chicos y su futuro?
Hermes Ferreras, de 28 a?os, doble grado en Econom¨ªa y Derecho en la Universidad Carlos III (Madrid), es un alumno brillante y guapo. Tiene un pelo casta?o peinado en voladizo con la misma forma de un sicomoro azotado por el viento. Trabaj¨® hasta hace poco en el bufete estadounidense White & Case, en el n¨²mero 7 de la Castellana de Madrid. Un lugar donde si crecen los dientes de le¨®n entre las losetas grises de la entrada ser¨¢ una rareza bot¨¢nica.
¡ª?C¨®mo era trabajar para el despacho?
¡ªAgobiante. La presi¨®n resultaba enorme. Hab¨ªa clientes que hab¨ªa que contestarles (aunque no tuvieras una respuesta concreta) a las dos, tres, cinco de la madrugada. Una compa?era m¨ªa que se form¨® en Harvard no aguant¨® y se fue. El sueldo era bueno; la calidad de vida, mala. No te dejaban nunca en paz. Ten¨ªas que cumplir los objetivos o estabas fuera. No hab¨ªa sentido de vida.
A los cuatro a?os se march¨® para sorpresa de muchos compa?eros, que corr¨ªan detr¨¢s del ¨¦xito y el dinero. Y cuya formaci¨®n ¡ªreconoce Hermes¡ª estaba orientada hacia ese destino desde sus estudios iniciales. Ahora prepara las oposiciones a bombero en Le¨®n. Ama el campo. Y, por lo menos, admite: ¡°Soy feliz¡±. Le fall¨® la 14? (a solo una de conseguirlo) dominada para pasar la ¨²ltima prueba, pero lo lograr¨¢. Tiene el empe?o de quien persigue lo que anhela.
En otras tierras, donde s¨ª rompen los dientes de le¨®n, atraer a la gente joven resulta dif¨ªcil. Peter Sisseck ¡ªuno de los grandes en¨®logos de este pa¨ªs¡ª se queja de que ¡°no encuentra chicas o chicos veintea?eros que quieran trabajar en la Espa?a vaciada de Valladolid¡±, donde elabora su famoso Pingus. Llega el tiempo de vendimia. Y Pablo ?lvarez, consejero delegado de Tempos Vega Sicilia, pasea entre las vi?as. Pese a que en Ribera de Duero hay 307 bodegas y unas 25.000 hect¨¢reas de vi?edo, ¡°faltan podadores, tractoristas, bodegueros: todo ese personal intermedio no existe en Castilla y Le¨®n. Desde luego, tienen que estar bien pagados. Pero la Administraci¨®n deber¨ªa tomar medidas¡±, observa ?lvarez. El mito espa?ol del vino ha decidido ense?ar a sus propios trabajadores. ¡°Al tonelero que elabora las barricas le enviamos cada dos a?os a toneler¨ªas francesas para que se siga formando¡±, recalca. ?Y los chicos? ?lvarez habla desde la resignaci¨®n. ¡°Desgraciadamente, existen j¨®venes que no quieren trabajar y que se conforman con una subvenci¨®n para seguir tirando¡±, critica. Por ahora, de acuerdo a la encuesta de poblaci¨®n activa (EPA) de julio, los chavales de 20 a 24 a?os suman 102.400 m¨¢s ocupados, y de 25 a 29 a?os, unos 86.800. Despu¨¦s del bum del verano, los n¨²meros ser¨¢n, seguramente, distintos.
En este tema de los j¨®venes se acumula mucha gram¨¢tica. Usar el presente, el pret¨¦rito o el futuro cambia las condiciones de trabajo. Tambi¨¦n la construcci¨®n de las frases. Se comprenden diferentes en pasiva que en activa. ¡°En Mutua Madrile?a, nuestro objetivo no es retener el talento, sino crear las condiciones que hagan que el talento no quiera marcharse¡±, subraya Carmen Campos, subdirectora general de personas, talento y cultura. Confianza, seguridad, apoyo y reconocimiento son palabras que se hallan en la narrativa.
Y entre tantos objetivos, dinero, promociones y conciliaci¨®n, nos olvidamos de la salud mental. Todo est¨¢ narrado en el cuento Luvina, de Rulfo. ¡°Yo dir¨ªa que es el lugar donde anida la tristeza. Donde no se conoce la sonrisa, como si a toda la gente le hubieran entablado la cara¡±, escribe el maestro mexicano. La tristeza no es una patolog¨ªa si no progresa hacia la depresi¨®n. Casi tres millones de personas, acorde con Fundamed (Fundaci¨®n de Ciencias del Medicamento y Productos Sanitarios), la padecen en Espa?a. Es la enfermedad m¨¢s prevalente en nuestro pa¨ªs. En ?BBVA han empezado por cuidar el sue?o. Si se duerme mal, se llega a un territorio peor que Luvina. Por eso incorporan yoga o meditaci¨®n. Y un sistema de telemedicina para detectar (de forma confidencial, mediante algoritmos) posibles enfermedades graves como el c¨¢ncer.
Otra tierra donde tambi¨¦n anida la tristeza es la retenci¨®n del talento. El ¨ªndice de rotaci¨®n general de BBVA es del 0,4% y el de los chicos j¨®venes va del 10% al 12%. Unos 2.000 entran todos los a?os al ¨¢rea de ciencias de datos y similares. Es polvo de oro sobre el ordenador. La evidencia de que existe ¡°una guerra global por el talento¡±, incide Inma Catal¨¢, responsable de cultura y engagement de BBVA. La forma de mantenerlos es una retribuci¨®n justa, impacto social, valores, conciliaci¨®n laboral, proyectos interesantes y flexibilidad en la oficina. Porque las estad¨ªsticas revelan que los desplazamientos interiores carecen de efecto. Los espa?oles no se est¨¢n yendo al campo o a la Espa?a vaciada a trabajar. Una idea que pervive m¨¢s en los suplementos de los peri¨®dicos que en las cifras. Lo que tampoco arraiga es la jornada reducida semanal. Una bienaventuranza period¨ªstica m¨¢s. Telef¨®nica pretend¨ªa plantear cuatro d¨ªas voluntarios de trabajo. Pero ?qui¨¦n desea ganar menos con una inflaci¨®n del 10%? ¡°Los j¨®venes quieren estar cerca de la toma de decisiones y tener responsabilidades inmediatas¡±, condensa Francisco Loscos, de Esade.
Hijos ignorados
Espa?a corre un riesgo grave en un mundo m¨¢s caro y donde se puede debilitar el sistema de bienestar. Ya est¨¢ ocurriendo en Estados Unidos. ¡°Hay aproximadamente 1,2 millones de mujeres muy bien cualificadas que no regresan al trabajo¡±, advirti¨® el presidente Joe Biden. ¡°La raz¨®n es muy simple: No existe un sistema de cuidado de los ni?os asumible [econ¨®micamente] para sus padres¡±. Triste lamento. Necesitamos j¨®venes bien preparados, pero ignoramos a los hijos.
En uno de los bufetes hist¨®ricos de Espa?a, Ur¨ªa Men¨¦ndez, proponen una soluci¨®n a esta madeja. Las mujeres que est¨¢n embarazadas y las que han dado a luz tienen durante tres meses, respectivamente, un 30% menos de horas en las que deben justificar su gesti¨®n. Como todas las grandes firmas, es competitiva. Up or Out. O subes o sales. Pero es un sistema flexible. No una regla matem¨¢tica. De los 4.000 candidatos que reciben al a?o, incorporan unos 80. Y a veces con sorpresa. ¡°Es cierto que el compromiso antes era mayor, ahora hay j¨®venes con proyecci¨®n que, por sus inquietudes, deciden dejar su carrera profesional para realizar otro m¨¢ster, incorporarse a una ONG o emprender¡±, relata Iciar Rodr¨ªguez-Inciarte, secretaria general del despacho y responsable de Talento. Sin embargo, utilizan propuestas como la formaci¨®n constante, el mentoring, coaching, programas de liderazgo femenino, un plan de trabajo flexible o la posibilidad de trasladarse a las oficinas internacionales de la firma para fidelizar a los j¨®venes..
Todo atravesado por una entretela de datos. El tejido con el que se supone que est¨¢ elaborada la prosperidad de esta era. El Instituto de Estudios Econ¨®micos (IEE), que produce ensayos con la perseverancia de una linotipia, estima que por cada euro que aumenta esa actividad crece 1,8 euros el PIB. Tambi¨¦n cuenta que llevamos un 25% de retraso en profesionales de estas disciplinas con respecto a la Uni¨®n Europea. Quedan las palabras de los profetas escritas sobre las paredes de cemento desconchado: ¡°Tiene que diluviar un cambio joven sobre el pa¨ªs¡±.
El trabajo inteligente
Cuentan en CaixaBank que el talento no entiende de generaciones ni de géneros. Cuentan en CaixaBank que el talento es aprendizaje y superación, y cuentan también que los jóvenes se ven, a veces, “obligados” a explorar nuevos caminos profesionales que ni imaginaron. Los chicos, tal vez, sean más atrevidos y quizá no piensen tanto en la estabilidad como sus padres. A lo mejor no les queda más remedio, después de dos crisis mundiales y una pandemia. Pero la institución reconoce que se conducen de otra forma. Y que a esos chavales tan buscados, con habilidades tecnológicas, una forma de integrarlos es a través de becas antes de que completen la carrera. Fidelizar desde los pupitres. Es otro mundo, otra era. Manda la flexibilidad. Smartworking, escribe el banco. Trabajo inteligente, traduce la academia. Los servicios corporativos pueden trabajar seis días al mes desde casa y tienen un margen de una hora de entrada y de salida. La crisis sanitaria ha cambiado a las personas. O quizá ha destapado lo que siempre estuvo ahí. Nosotros, los de entonces, ya no somos los de ahora. Por eso, todos los trabajadores cuentan con atención psicológica. Por eso, casi nada volverá a ser lo que un día fue. CaixaBank busca un nuevo balance.
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