El dif¨ªcil camino hacia la justicia social en Mal¨ª sin un acceso universal a la educaci¨®n
El auge de los desaf¨ªos yihadistas ha impactado frontalmente en el ya fr¨¢gil sistema educativo maliense y ha dejado fuera a miles de menores de entre cinco y 17 a?os
Cada 20 de febrero la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas (ONU) celebra el D¨ªa Mundial de la Justicia Social, cuya finalidad es la de impulsar acciones orientadas a concienciar a la poblaci¨®n sobre el respeto a los derechos humanos, la erradicaci¨®n de la pobreza, la paridad entre los sexos y el acceso a la educaci¨®n de calidad.
El paradigma de justicia social, que trasciende al concepto tradicional de justicia legal, se fundamenta en la noci¨®n de igualdad como promoci¨®n de los derechos y las obligaciones de los individuos de manera objetiva, equitativa e imparcial. Sus principios b¨¢sicos constituyen el germen para alcanzar la prosperidad mundial y propugnan, entre otros, el libre acceso al disfrute de los derechos humanos fundamentales, a la igualdad de oportunidades, a la defensa del respeto y la dignidad humana y a la protecci¨®n de la educaci¨®n como vector de desarrollo.
Desde 2012, Mal¨ª atraviesa una grave crisis multinivel agravada por la inseguridad, la inestabilidad pol¨ªtica e institucional y la descentralizaci¨®n, que afecta a todos los sectores econ¨®micos y sociales, aunque de sobre manera al sector de la educaci¨®n. Seg¨²n Unicef, esta crisis ha obligado a que miles de menores de entre cinco y 17 a?os carezcan de acceso a la educaci¨®n b¨¢sica, especialmente en el norte del pa¨ªs, donde el yihadismo violento se expande sin control, obligando al desplazamiento interno de la poblaci¨®n y al cierre masivo de escuelas.
Los yihadistas utilizan las sillas y los pupitres de las escuelas como combustible para las hogueras
El auge de los desaf¨ªos yihadistas ha impactado frontalmente en el ya fr¨¢gil sistema educativo maliense y las consecuencias derivadas de esta grave situaci¨®n de inseguridad no se han hecho esperar. Los continuos ataques y enfrentamientos de estos grupos armados est¨¢n provocando el deterioro y la destrucci¨®n de las infraestructuras e instalaciones escolares, que son usadas en numerosas ocasiones como centros log¨ªsticos de operaciones. Llegan incluso a utilizar las sillas y los pupitres como combustible para las hogueras con las que calentarse durante la noche y a transformar el patio de recreo en lugar de pasto para los animales.
Hacia la ense?anza religiosa
Ante esta situaci¨®n, el actual Gobierno de transici¨®n ha indicado instrucciones precisas para que el estudiantado desplazado sea acogido incondicional y gratuitamente en otras instituciones educativas p¨²blicas o privadas diseminadas por todo el pa¨ªs. Sin embargo, esta medida ha provocado, a su vez, una masificaci¨®n en las aulas sin parang¨®n, ha agravado la escasez de personal docente cualificado y ha favorecido que afloren las enormes dificultades asociadas a la gesti¨®n de los centros educativos. Si bien estos fen¨®menos ya exist¨ªan de manera incontestable antes de la actual crisis, multiplic¨¢ndose en las zonas rurales y periurbanas, la inseguridad latente ha legitimado estas deficiencias estructurales y ha allanado el camino de la ense?anza religiosa, especialmente en la educaci¨®n primaria.
Cabe la sospecha de que la expansi¨®n de las escuelas cor¨¢nicas aumente el adoctrinamiento de futuras generaciones
Seg¨²n las orientaciones promulgadas en la ley n¨²mero 2022-010 del 03 de junio de 2022 de Mal¨ª, han sido creadas las denominadas escuelas o centros cor¨¢nicos renovados, en los que adem¨¢s de la ense?anza del Cor¨¢n, se imparte una educaci¨®n complementaria que da acceso a la formaci¨®n reglada en los centros e instituciones de formaci¨®n profesional estatales. La expansi¨®n de este tipo de centros educativos en las regiones del norte pretende paliar las necesidades acuciantes de escolarizaci¨®n que sufre el pa¨ªs, si bien, cabe la sospecha de que podr¨ªan ser utilizados como centros de adoctrinamiento de futuras generaciones al amparo de la impunidad y el caos reinante.
La pobreza de los hogares, la falta de recursos y entornos escolares inseguros son solo algunas de las causas que explican las elevadas tasas de no escolarizaci¨®n en Mal¨ª. En la actualidad, seg¨²n el informe de Global Education Cluster, al menos el 40% de menores en edad escolar carece de acceso a la educaci¨®n formal, lo que favorece que la desprotecci¨®n y las inequidades sean cada vez mayores y que la vulneraci¨®n de los derechos promovidos desde el marco de la justicia social sea una constante. Por ende, no se entiende la justicia social sin el acceso universal a la educaci¨®n, dado que ambas son la clave para alcanzar el bienestar social.
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