Hoy m¨¢s que nunca, los gobiernos locales y regionales deben tener voz

Nuestro mundo se encuentra en un momento que podr¨ªamos definir como fundacional. El n¨²mero de crisis solapadas al mismo tiempo, el car¨¢cter universal de las mismas y su grado de interconexi¨®n nos sit¨²a frente a un escenario sin precedentes. El alcance de algunos de estos desaf¨ªos es palpable en nuestro d¨ªa a d¨ªa, mientras que las repercusiones de otros son m¨¢s dif¨ªciles de medir, incluso todav¨ªa de identificar.

Vemos los sue?os truncados, las vidas perdidas en conflictos armados, las pateras llegando a las costas, la persecuci¨®n del pueblo Tigray en Etiop¨ªa, las muertes, la destrucci¨®n, y los desplazados en las ciudades de Ucrania. Los impactos de los conflictos reverberan a nivel global y local, afectando a necesidades tan cotidianas como la alimentaci¨®n y la energ¨ªa.

Estos desaf¨ªos parecen hoy m¨¢s visibles, pero los sufren desde hace mucho tiempo las personas m¨¢s vulnerables de nuestras comunidades. Y encuentran sus ra¨ªces en emergencias sist¨¦micas como el cambio clim¨¢tico, o la pandemia y su consecuente crisis econ¨®mica. Todo ello supone una importante llamada de atenci¨®n para transformar, entre todas, nuestros sistemas y modos de vida.

Los gobiernos locales y regionales lo saben bien. Lo global tiene impacto local y lo local determina lo global. En momentos en los que nos sentimos m¨¢s vulnerables y desprotegidos se ponen a prueba la capacidad, los valores y los l¨ªmites de nuestras comunidades. Y ha sido en estas circunstancias cuando los gobiernos locales y regionales han estado, y siguen estando, a la vanguardia de los esfuerzos para salir adelante juntos, garantizando la provisi¨®n de servicios p¨²blicos, garantizando derechos, y fomentando maneras de vivir inclusivas, solidarias, justas e igualitarias.

Debemos reevaluar nuestras prioridades y asegurarnos de que la llamada de atenci¨®n de la pandemia sirva para transformar c¨®mo interactuamos entre nosotras, con nuestro entorno e instituciones

Es en instantes como este cuando debemos reevaluar nuestras prioridades y asegurarnos de que lo vivido sirva para transformar c¨®mo interactuamos entre nosotras, con nuestro entorno y con nuestras instituciones.

Pacto para las personas, el planeta y el Gobierno

La organizaci¨®n mundial Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU), heredera del centenario movimiento municipal internacional, est¨¢ convencida que estas transformaciones solo van a ser posibles si los gobiernos locales y regionales tienen un papel fundamental como actor pol¨ªtico, con la responsabilidad propia del nivel de gobierno m¨¢s cercano a las personas, yendo m¨¢s all¨¢ de las competencias o los recursos hoy a su disposici¨®n.

Para lograr estas transformaciones, CGLU est¨¢ desarrollando un Pacto para el Futuro de las Personas, el Planeta y el Gobierno que recoja los principios, valores y aspiraciones compartidas de nuestras comunidades para renovar el contrato social desde las ciudades, pueblos y territorios.

El pacto quiere ser un documento a la altura de este momento fundacional. Pretende sincerarse con los retos, asumir responsabilidades y construir sobre el saber colectivo que hemos sido capaces de acu?ar. El punto de partida hacia un futuro m¨¢s sostenible, con la igualdad de g¨¦nero y la justicia social como pilares indispensables de cualquier comunidad creativa, resiliente, empoderada y comprometida. Lo hace poniendo a las personas en el centro, profundizando en las necesidades de las generaciones actuales y ampliando los derechos de las futuras. Lo hace a trav¨¦s de garantizar los servicios p¨²blicos y los bienes comunes, desarrollando una relaci¨®n armoniosa con la naturaleza, y renovando la relaci¨®n entre esferas de gobierno para mejorar la confianza y representatividad de las personas.

A lo largo de la historia, nuestros territorios han prosperado gracias al ingenio de nuestra gente. El Pacto para el Futuro busca preservar y fomentar sociedades de proximidad, emp¨¢ticas y solidarias, que potencien las capacidades de sus individuos a trav¨¦s de la cultura y del derecho a la ciudad. Para favorecer que nuestros territorios tengan herramientas para poner fin a la crisis de vivienda, transformar nuestros h¨¢bitos de producci¨®n y consumo, y construir puentes entre ciudadan¨ªa e instituciones fundamentados en una prestaci¨®n de servicios innovadora, sostenible, e inclusiva. Para crear, en definitiva, espacios donde florezcan las ideas que lideren las transformaciones que necesitamos.

De abril a octubre, alcaldes, alcaldesas, gobernadores y gobernadoras de entre nuestros miembros eligen a sus pares para que les representen en el Consejo Mundial de nuestra organizaci¨®n. Son 341 esca?os repartidos entre los cinco continentes. Es un ejercicio democr¨¢tico de multilateralismo local sin parang¨®n, que comenz¨® en mayo en Africities, la mayor reuni¨®n de gobiernos locales y regionales del continente africano, donde la energ¨ªa vibrante del movimiento municipalista se dej¨® sentir con estruendo, vehiculando el empoderamiento de las voces locales y la diversidad.

El ejercicio democr¨¢tico vivido en Kisumu aporta los 45 esca?os correspondientes a ?frica en el Consejo Mundial de CGLU, y se replicar¨¢ en el resto de regiones del planeta. Esos representantes electos presentar¨¢n mociones para promover acciones concretas que lleven el pacto a las calles y presupuestos de nuestros territorios. Los resultados se adoptar¨¢n el 14 de octubre en Daejeon, en la cumbre m¨¢s representativa de gobiernos locales y regionales y uno de los mayores ejercicios democr¨¢ticos del planeta. La hoja de ruta del movimiento municipalista quedar¨¢ as¨ª marcada y definir¨¢ en gran medida la contribuci¨®n local y territorial a la Cumbre para el Futuro de las Naciones Unidas.

En un contexto en el que los gobiernos nacionales se arman para proteger soberan¨ªas y acceso a recursos, los gobiernos locales y regionales se muestran como los mayores aliados para definir una agenda de cuidados que nos ayude a refundar las bases del sistema multilateral hacia un desarrollo universal, inclusivo y sostenible.

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