El Gobierno del PSOE renuncia a desarrollar la 'ley Sinde'

El Gobierno no desarrollar¨¢ el reglamento de la ley Sinde, que permitir¨ªa el cierre de p¨¢ginas web que sirvan sin autorizaci¨®n contenidos sujetos a derechos de autor. As¨ª de tajante se ha mostrado un portavoz del Consejo de Ministros sobre el futuro de la norma antidescargas, una de las m¨¢s pol¨¦micas de la historia reciente. La patata caliente queda por tanto servida en el plato del nuevo gobierno del Partido Popular. A nadie se le escapa, y mucho menos a los miembros del PP que est¨¢n pilotando la transici¨®n de poderes, que este, un proyecto legislativo que provoca un fuerte rechazo popular, sabr¨¢ a regalo de bienvenida envenenado al Ejecutivo de Mariano Rajoy.

La oportunidad de aprobar el reglamento en el pen¨²ltimo Consejo de Ministros se ha dejado pasar. Y tampoco se prev¨¦ aprovechar el ¨²ltimo, convocado para el viernes que viene. Ahora queda en manos del PP. La norma super¨® en febrero el tr¨¢mite del Senado gracias al apoyo de los populares y de CiU, tras el severo tropez¨®n sufrido en v¨ªsperas de la navidad pasada, cuando fue tumbada en el Congreso. El reglamento deb¨ªa venir a aclarar uno de los puntos de la discordia: la composici¨®n de la Comisi¨®n de la Propiedad Intelectual encargada de recibir las quejas de particulares por vulneraci¨®n de los derechos de autor y solicitar el cierre de las webs.

El d¨ªa hab¨ªa comenzado con el anuncio de Ram¨®n J¨¢uregui de que el borrador del reglamento se estudiar¨ªa en el Consejo de Ministros. Al conocerse la noticia, las redes sociales quedaron inmediatamente soliviantadas y blogueros de renombre como Julio Alonso se opusieron inmediatamente con elaborados textos en contra de la ley Sinde. "Los gobiernos van y vienen. La red resiste", sentenci¨®. La sorpresa lleg¨® cuando Jos¨¦ Blanco explic¨®, al t¨¦rmino del Consejo, que el reglamento, que ya amag¨® con aprobarse la semana pasada, hab¨ªa quedado "encima de la mesa".

El eufemismo escond¨ªa la realidad de una discusi¨®n en la que, seg¨²n fuentes conocedoras de lo sucedido, la ministra de Cultura se ha quedado "sola" en su defensa de la norma. Se han opuesto a su aprobaci¨®n varios titulares de los ministerios a los que afectar¨ªa la ley, como Industria, Justicia o Interior. Y se ha dudado de la conveniencia de desarrollar una legislaci¨®n impopular en los estertores de un Gobierno tan castigado por los resultados de las elecciones del 20-N. Tambi¨¦n se ha afeado a J¨¢uregui la precipitaci¨®n en hacer el anuncio.

?ngeles Gonz¨¢lez-Sinde hab¨ªa reconocido en conversaci¨®n telef¨®nica esta misma semana que la aprobaci¨®n depend¨ªa a estas alturas del acuerdo entre los encargados de la transici¨®n: Ram¨®n J¨¢uregui y Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, del PP, que, por razones obvias, se habr¨ªa mostrado especialmente interesada en el ¨¦xito de este tr¨¢mite.

Lo sucedido hoy suena a en¨¦simo e inesperado volantazo en el viaje de una ley que ech¨® a andar hace dos a?os en medio de una fuerte contestaci¨®n popular canalizada en la Red a trav¨¦s de iniciativas como el Manifiesto en Defensa de los Derechos de Internet. Muchos acusaron entonces al Ministerio de Cultura de taimada la maniobra de tratar de colar una norma importante camuflada de disposici¨®n adicional de la Ley de Econom¨ªa Sostenible.

Tras una accidentada sucesi¨®n de varapalos parlamentarios, fallidas reuniones con internautas en sede ministerial y la dimisi¨®n de Alex de la Iglesia como presidente de la Academia de cine a consecuencia de un debate agriamente aireado en la Red, la norma qued¨® aprobada en el Senado y pendiente de un desarrollo reglamentario que parec¨ªa f¨¢cil y que qued¨® pendiente del dictamen del Consejo de Estado, que se aprob¨® al fin el 24 de noviembre.

Pero una vez m¨¢s, la ley Sinde tendr¨¢ que esperar.