El reto de ser feminista hoy en Espa?a
Las j¨®venes toman el relevo de las veteranas luchadoras de los setenta con un objetivo: convertir la igualdad legal en real
¡°El ocho de marzo de este a?o fue para m¨ª una revelaci¨®n, porque hasta ahora iba y me sent¨ªa la joven de la manifestaci¨®n¡±. Lo dice Marisa Mediavilla, una hist¨®rica de la lucha feminista. A sus 72 a?os es una leyenda aunque ella lo niega. Pero ese fue el t¨ªtulo que le dio el Gremio de Libreros por su trabajo recuperando autoras sepultadas por la historia en su Biblioteca de Mujeres. Cuando habla de la ¨²ltima marcha del d¨ªa ocho, los ojos de esta septuagenaria se iluminan como los de una adolescente. Como si fuera una de esas chicas que este a?o se sumaron a las movilizaciones en toda Espa?a. ¡°Por fin dije, vale, la gente joven ha recogido el testigo¡±. Las veteranas del movimiento lo tienen claro. Carmen Mart¨ªnez Ten, pionera del feminismo en la Espa?a franquista y directora a finales de los ochenta del Instituto de la Mujer, siente la misma emoci¨®n al recordarlo. ¡°Hab¨ªa abuelas, madres, hijas y muchos chicos. Ves a las j¨®venes y piensas: ellas no van a dejar que retrocedamos. Hay muchas j¨®venes que han cogido la antorcha¡±.
Se ve cada d¨ªa en la Universidad. Lo cuenta Asunci¨®n Bern¨¢rdez que es directora del Instituto de Investigaciones Feministas de la Complutense y profesora de la Facultad de Ciencias de la Informaci¨®n. ¡°Hay grupos de mujeres muy j¨®venes, muy combativas, que hacen sus publicaciones y sus jornadas. El feminismo supone una militancia siempre, estar en contacto con otras mujeres para plantear din¨¢micas¡±. Casi medio siglo despu¨¦s de la eclosi¨®n del movimiento feminista en el 68, los m¨¦todos siguen siendo muy parecidos y pasan por la asociaci¨®n. Aquellas reuniones todav¨ªa clandestinas en las que participaban Marisa Mediavilla o Mart¨ªnez Ten no se diferencian tanto de las de hoy en d¨ªa. Sus descripciones de esos debates son calcadas a las de las activistas actuales. ¡°Nos encontramos semanalmente para poner sobre la mesa temas internos y de agenda: a qu¨¦ campa?as nos podemos sumar, asociaciones con otros grupos que lo necesiten y contenidos¡±. Lara Alc¨¢zar, la l¨ªder de Femen en Espa?a, explica que el trabajo cotidiano va m¨¢s all¨¢ de sus protestas m¨¢s visibles. Para ella tan importante como las acciones es dejar un corpus ideol¨®gico. Por eso, adem¨¢s de su manifiesto, ahora el mayor esfuerzo de Femen est¨¢ en traducir del franc¨¦s un libro que recoge la doctrina del movimiento. ¡°Estamos formando ya parte del relato de esta lucha¡±.
Lara Alc¨¢zar se hizo famosa por protagonizar en el Congreso una espectacular acci¨®n contra la reforma de la ley del aborto de Gallard¨®n en 2013. ¡°Se estaban produciendo protestas muy grandes y se estaban desoyendo. Nos pareci¨® que ten¨ªamos que hac¨¦rselo ver directamente. Si no nos quieres escuchar desde fuera, nos vas a escuchar desde dentro¡±. Y las escucharon. Lara Alc¨¢zar ten¨ªa entonces 21 a?os. El proyecto de ley de Gallard¨®n supuso para muchas j¨®venes de su edad un punto de inflexi¨®n. Se dieron cuenta de que los derechos por los que el movimiento feminista hab¨ªa luchado durante d¨¦cadas pod¨ªan perderse de un plumazo.
¡°Hemos visto muchos avances¡±, dice Marisa Mediavilla ¡°pero por cada avance hay dos retrocesos. Yo estuve en la comisi¨®n por el derecho al aborto de los ochenta y cuando llega 2013 la reforma de Gallard¨®n, dices no¡±. Marisa alarga el no con cierto cansancio. ¡°Es volver otra vez, es un gasto de energ¨ªa que te agota¡±. Explica que ese es uno de los problemas del feminismo: como la historia escrita por los hombres borra los logros de las mujeres. Por eso, porque ama los libros, y porque es bibliotecaria ¨C¡°ahora se dice documentalista¡± bromea- lleva cuatro d¨¦cadas recuperando nombres de autoras silenciadas. ¡°Imag¨ªnate cuando me encontr¨¦ con un libro de 1898 en el que estaba la palabra feminismo en el t¨ªtulo. ?Adem¨¢s era de un se?or, Adolfo Posada! Y claro, te cabreas porque piensas ?c¨®mo es posible que esto se haya ocultado durante tanto tiempo?¡±
¡°Todav¨ªa hoy hay muchas dificultades para que las mujeres ocupen terrenos de creatividad¡±. En esos terrenos de la creatividad en el cine y el arte, ha centrado sus estudios Asunci¨®n Bern¨¢rdez. ¡°Estamos infrarrepresentadas. Por ejemplo, un dato curioso: solamente el 27% de las protagonistas individuales en el cine son mujeres. Y no hay casi premios nacionales en pintura o escultura¡±. Bern¨¢rdez explica la paradoja de g¨¦nero de las facultades de Bellas Artes. Las mujeres son mayor¨ªa, pero en su vida profesional no llegan f¨¢cilmente a puestos de responsabilidad. ¡°En los puestos donde hay oposiciones, como las conservadoras en los museos, son mayor¨ªa. Estudian, se examinan y no hay problema¡±. El problema llega cuando hay que elegir a alguien sin una prueba de por medio, ¡°cuando no es objetivable en una oposici¨®n, porque por una especie de inercia parece que son los hombres los ¨²nicos que saben. Y es a los hombres a los que eligen¡±.
Si la lucha por la igualdad es dif¨ªcil en los espacios donde las mujeres son mayor¨ªa, donde se atreven a ser las primeras se vuelve imposible. Para Patricia Campos esa es la historia de su vida. Fue la primera piloto de reactores de las Fuerzas Armadas. Pero lo tuvo que dejar harta de la homofobia y el sexismo que vivi¨® en el ej¨¦rcito. ¡°La verdad es que no pens¨¦ que iba a ser tan dif¨ªcil. No te miran como a una profesional jam¨¢s. Tienes que demostrar todos los d¨ªas que eres mejor que ellos. Me ten¨ªan apartada constantemente. No s¨¦ si era bullying. Lleg¨® un momento que dije: he conseguido lo que quer¨ªa que era volar, pero este sufrimiento no me compensa¡±. Y lo dej¨®. El camino tampoco iba a ser sencillo en su otra vocaci¨®n, el f¨²tbol. Convertida en entrenadora profesional, se encontr¨® con que en Espa?a no se pod¨ªa ganar la vida. ¡°Si acaso te dejan entrenar a ni?os de tres o cuatro a?os para decir que tienen una mujer entrenadora. Pero yo no soy ni?era. No creo que veamos nunca una entrenadora en el Bar?a o en el Madrid¡±. Patricia decidi¨® marcharse a Estados Unidos, el pa¨ªs donde el futbol que triunfa es el femenino. Tres jugadoras de su equipo, el Honolulu Bulls Soccer Club, est¨¢n en la selecci¨®n nacional. ¡°Aqu¨ª pasas una prueba y si vales, te quedas. Miran los resultados, que es lo que yo pido. Dame la misma opci¨®n que les das a ellos¡±.
Hay un mundo de hombres que s¨ª ha cambiado en los ¨²ltimos a?os, el del c¨®mic. Una nueva generaci¨®n de dibujantes est¨¢ demostrando que se puede ser mujer y triunfar en la ilustraci¨®n. A sus 33 a?os, la valenciana Mireia P¨¦rez es un buen ejemplo. En 2011 gan¨® el Premio Internacional FNAC- Sins Entido de novela gr¨¢fica por Muchacha Salvaje. ¡°Cont¨¦ en un documental que era un personaje feminista y se me echaron encima. Me criticaron much¨ªsimo. Pero es que hace unos a?os se re¨ªan de ti por decir que eras feminista¡±. A¨²n as¨ª, un grupo de ilustradoras con alma de pioneras decidieron hacer una asociaci¨®n ¡°por demostrar que las chicas podemos hacer pi?a, formar equipo y trabajar juntas. Que parece que el equipo siempre tiene que ser el de Los Goonies¡±. Mireia defiende que sean las mujeres las que escriban su propia historia, ¡°porque el patriarcado est¨¢ ah¨ª y hay que construir desde otro punto de vista, el nuestro¡±.
La educaci¨®n como ant¨ªdoto
El principal ant¨ªdoto contra el machismo y la violencia es la educaci¨®n. Es el mantra que se repite desde los setenta hasta nuestros d¨ªas. Pero cuarenta a?os despu¨¦s, tambi¨¦n es la asignatura pendiente. Kika Fumero, feminista y activista, lleva casi dos d¨¦cadas como profesora. ¡°Cuando vemos las estad¨ªsticas de la violencia machista siempre digo que esas personas no surgen de la nada. Tienen un proceso, una educaci¨®n y todo viene de esa base¡±. Para cambiarlo, Fumero conf¨ªa en una escuela que fomente la igualdad de oportunidades. Por eso le gusta definirse como coeducadora. Y por eso celebra las leyes de igualdad. Pero se lamenta de que los libros de texto no recojan esos valores. ¡°A ninguna editorial se le ocurre no cambiar sus temarios si lo dice la LOMCE, pero no lo hacen con las leyes de igualdad o de violencia de g¨¦nero. Los libros de texto son puras bombas, terrorismo machista puro y duro¡±.
El problema est¨¢ seg¨²n Fumero en la desconexi¨®n entre la igualdad legal y la igualdad real, en la vida cotidiana y en la escuela. Una brecha que se?alan otras feministas. Seg¨²n In¨¦s Alberdi, exdirectora de UNIFEM -el organismo de Naciones Unidas para la Mujer- las leyes avanzan a veces por delante de la realidad. Recuerda c¨®mo eso sucedi¨® con la legalizaci¨®n de la p¨ªldora, la ley del aborto del 85 o la del divorcio del 81. ¡°No hay que confundir que el feminismo sea un tema importante en la sociedad con que nos hayamos vuelto igualitarios. No somos igualitarios. Por eso hay que seguir adelante, sobre todo en el tema de la educaci¨®n¡±.
Construir esa nueva mirada pasa por implicar a toda la sociedad. Porque, como dice Carmen Mart¨ªnez Ten, ¡°el feminismo es un proyecto civilizatorio¡±. Coinciden las veteranas y las j¨®venes en que hay que acabar con el machismo entre todos: entre los hombres, pero tambi¨¦n entre las mujeres. Lara Alc¨¢zar, que ha tenido que soportar ataques de unos y otras, lo tiene claro. ¡°La misoginia entre mujeres es una de las armas m¨¢s potentes que tiene la sociedad contra nosotras. No hay nada mejor que envenenar a las mujeres contra ellas¡±.
A Lara Alc¨¢zar le molesta especialmente la connotaci¨®n negativa con la que se quiere cargar al feminismo. ¡°Todo este cu?adismo de que el feminismo hace m¨¢s da?o a la mujer que la ayuda¡ Cuando me lo dicen, pienso: perdona, pedazo de cavern¨ªcola, el que no ayuda eres t¨² y no voy a perder mi tiempo en intentar educarte porque t¨² no has perdido el tiempo en intentar interesarte por lo m¨ªo. Esto no es una escuela. Nosotras aprendimos a base de darnos le?azos contra la realidad¡±. Se queja Alc¨¢zar del mansplaining, ese paternalismo con el que algunos chicos se acercan a las reuniones de Femen. El uso del anglicismo es nuevo, pero el hecho se repite desde hace siglos. ¡°Si te descuidas¡±, apunta Carmen Mart¨ªnez Ten ¡°ellos te vuelven a decir lo que tienes que hacer. Todav¨ªa sigo discutiendo con mis amigas. En aquellos tiempos a veces pens¨¢bamos que los hombres ten¨ªan que debatir con nosotras, aunque lo que quer¨ªamos era un lugar donde poder trabajar con nuestro propio discurso¡±.
¡°Los hombres no pueden ser feministas en el mismo sentido¡±. Dice Marisa Mediavilla que aunque ellos quieran sumarse nunca podr¨¢n entender completamente la situaci¨®n de las mujeres, ¡°porque ellos nunca lo han sufrido, nunca han tenido que decir que no a nada¡±. Y se r¨ªe a carcajadas con la pregunta que le vienen haciendo desde hace d¨¦cadas: ¡°Te dicen: ?por qu¨¦ hay una biblioteca de mujeres y no de hombres? A ver¡ Pues porque todas las otras son suyas¡±.
Pero si el movimiento tiene un reto urgente, es acabar con la violencia. ¡°Porque si hay violencia, todo lo dem¨¢s es mentira¡±, reflexiona Carmen Mart¨ªnez Ten. Y Lara Alc¨¢zar est¨¢ de acuerdo. ¡°Muchas veces vivimos en una burbujita, con tus amigos, con tu pareja, con tu familia. Y cuando vas una calle m¨¢s all¨¢ de donde normalmente vas, sigues viendo v¨ªctimas de acoso, a una vecina a la que han apu?alado, a una madre que tiene que dar a sus hijos a un maltratador¡±. Por eso todas repiten la palabra feminismo. Un feminismo plural y diverso. De las pioneras de entonces y las de ahora. Y as¨ª van a seguir. Hasta que no haga falta utilizarla porque las desigualdades hayan dejado de existir.
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