El peso de la tartamudez
Prejuicios, discriminaci¨®n laboral y la falta de reconocimiento de una discapacidad marginan a las personas que sufren este trastorno
Frustraci¨®n, miedo, rechazo, falta de comprensi¨®n y aislamiento son sentimientos que se asoman con mucha frecuencia en la vida de las personas con tartamudez. El desconocimiento sobre este trastorno, las bromas continuas y los prejuicios comunes dificultan su d¨ªa a d¨ªa. Muchas empresas rechazan sus candidaturas en las entrevistas o las apartan a puestos de poca responsabilidad: siete de cada diez aseguran sufrir discriminaci¨®n laboral, seg¨²n el estudio Las personas con tartamudez en Espa?a, realizado este a?o por asociaciones de apoyo a la discapacidad. Los expertos coinciden en denunciar que la sanidad p¨²blica no reconoce a las personas con tartamudez una discapacidad y no cubre sus tratamientos, dejando a este colectivo "en tierra de nadie".
Sentado en una terraza de un centro comercial en el norte de Madrid, Francisco Campanero, de 45 a?os, cuenta c¨®mo la tartamudez, tambi¨¦n conocida como disfemia, ha plagado de trabas su recorrido profesional. Tras sacar una carrera en Inform¨¢tica, Campanero acumul¨® 15 a?os de experiencia en empresas de su sector. Poco a poco consigui¨® ganar la confianza de sus jefes y compa?eros, aunque a costa de muchas dificultades al enfrentarse a reuniones, conversaciones telef¨®nicas y gesti¨®n del personal a cargo, adem¨¢s de los prejuicios a los que est¨¢ acostumbrado desde la infancia.
Despu¨¦s lleg¨® la crisis, que para ¨¦l no fue solo econ¨®mica. La empresa cerr¨® y Campanero tuvo que volver a buscar empleo. Las entrevistas empezaron a multiplicarse, pero en la mayor¨ªa de los casos su candidatura fue descartada. El motivo era la dificultad a la hora de expresarse. La frustraci¨®n se fue acumulando, rechazo tras rechazo. Y a la par, el miedo a no poder trabajar. "No sabes c¨®mo va a reaccionar la persona que tienes enfrente. No das todo lo que puedes por el miedo a que la gente se r¨ªa y un poco por verg¨¹enza", cuenta. Ahora se conforma con un trabajo a media jornada y un sueldo inferior.
Quienes sufren este trastorno se?alan el ¨¢mbito laboral como el entorno donde experimentan m¨¢s discriminaci¨®n, seg¨²n el estudio Las personas con tartamudez en Espa?a. La Ley de Discapacidad garantiza un 2% de los puestos de trabajo en las empresas para quien tiene reconocida una discapacidad de al menos un 33%, pero casi nunca se les reconoce este m¨ªnimo a las personas con disfemia, seg¨²n denuncia la Fundaci¨®n Espa?ola de la Tartamudez.
Yolanda Sala, vicepresidenta de la Fundaci¨®n, recuerda que en ocho de cada diez casos las personas con tartamudez no superan las entrevistas de trabajo. El lunes 23, representantes de la entidad se reunir¨¢n con la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, un encuentro en el que pedir¨¢n que se pongan en marcha planes a favor de la inserci¨®n laboral de este colectivo, formado en Espa?a por casi medio mill¨®n de personas, seg¨²n los especialistas.
La falta de entendimiento, los prejuicios y la discriminaci¨®n se extienden a otros ¨¢mbitos, como la educaci¨®n o las relaciones sociales, subrayan los expertos. "Esta percepci¨®n", afirma Gloria ?lvarez, autora del estudio, "acarrea consecuencias psicosociales muy graves que afectan a todas sus esferas vitales". Todo este conjunto de vivencias acaba por cargar la "mochila" de las experiencias personales de las personas con tartamudez y les impide desarrollarse "como un adulto feliz", explica Sala. Convivir con ello es dif¨ªcil desde la infancia. Isidoro Ruiz, sevillano de 44 a?os, cuenta que de peque?o sufri¨® acoso escolar y que a¨²n tiene pesadillas con esa mala experiencia.
Muy a menudo enfrentarse a la tartamudez afecta la vida familiar. Al principio cuesta aceptarla. "Se te nubla la cabeza, no quieres hablar, no quieres pensar", cuenta Mar¨ªa Helena Luna para describir la desorientaci¨®n que la sobrecogi¨® el d¨ªa que se la diagnosticaron a su hija. Los expertos aseguran que hay que aprender a convivir con ella, porque no se puede superar, sino solo controlarla. Lo sabe bien Francisco Campanero, que tiene que explicar a su hijo Jaime, de ocho a?os, por qu¨¦ ¨¦l y su padre hablan diferente que la mayor¨ªa de la gente. Aunque confiesa que el d¨ªa que descubri¨® que Jaime compart¨ªa su mismo problema se llev¨® "el mayor palo" de su vida. ?
Las familias que empiezan tratamientos para luchar con este trastorno tienen que hacer frente a una cantidad de gastos considerable. La Seguridad Social casi no cubre las visitas con especialistas, seg¨²n afirma Raquel Escobar, logopeda de Madrid y miembro de la Fundaci¨®n. "La atenci¨®n por parte de la administraci¨®n p¨²blica es casi cero", comenta. Para una familia como la de Campanero, el aspecto econ¨®mico es uno de los m¨¢s dif¨ªciles de afrontar. "Hemos tenido hasta tres visitas semanales cada uno, mi hijo y yo", cuenta.
Este domingo se celebra el d¨ªa internacional de la tartamudez. Para la Fundaci¨®n es una ocasi¨®n para visibilizar este tema y favorecer una toma de conciencia con respecto a los prejuicios todav¨ªa frecuentes. Yolanda Sala recuerda que cuanto antes se empiece un tratamiento, m¨¢s posibilidades hay de mejorar la forma de expresarse. Para muchos es fundamental el apoyo familiar en la lucha contra la tartamudez. "Solo tu ah¨ªnco por seguir hacia adelante me hace olvidar el chiste f¨¢cil, la mofa, el paro, la precariedad laboral y la invisibilidad a la que os veis sometidos", escribe Beatriz Rivera a su marido Francisco Campanero en una carta destinada a ¨¦l en esta ocasi¨®n.
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