La brecha salarial son los hijos
Las ¨²ltimas investigaciones relacionan casi toda la penalizaci¨®n a las mujeres en sueldo, oportunidades laborales y cargos directivos con c¨®mo se cuidan los ni?os
?Qu¨¦ vais a hacer con los ni?os? La pregunta, a madres y padres, a la sociedad, a las empresas, casi nunca se formula as¨ª. Pero de c¨®mo se responde dependen los sueldos, las jornadas laborales, las oportunidades de trabajo, la promoci¨®n a puestos directivos, las pensiones o el ocio. Y la respuesta que se da cada d¨ªa endosa la factura a las mujeres.
¡°Los empresarios tienen una base de datos en la cabeza, y lo que les dice es que las mujeres somos mano de obra de alto riesgo, que estaremos menos disponibles para el empleo, que nos ausentaremos m¨¢s, que nuestro puesto podr¨ªa llegar a estar m¨¢s protegido del despido¡±, resume Mar¨ªa Pazos, investigadora del Instituto de Estudios Fiscales.
En la ¨²ltima d¨¦cada, la brecha salarial media entre mujeres y hombres en Espa?a fluct¨²a del 21% al 23% ¡ªpor hora trabajada, entre el 14% y el 17%¡ª, tras experimentar un notable descenso en el paso del siglo XX al XXI: en 1995, las mujeres cobraban de promedio un 33% menos que los hombres. Tras recorrer el camino hacia la igualdad laboral a trancos, en la mayor¨ªa de pa¨ªses occidentales se ha aflojado la marcha.
La brecha salarial mengu¨® en Espa?a al tiempo que se revert¨ªan las diferencias educativas y se estrecha la distancia en participaci¨®n laboral: en tres d¨¦cadas, la poblaci¨®n activa femenina se duplic¨® para llegar al 70% de las mujeres en edad de trabajar, por un 80% de hombres.
Pero otras tendencias se resisten a cambiar: el desfase de g¨¦nero en salarios y empleo aumenta con la edad, los hombres tienen m¨¢s peso en puestos y sectores mejor remunerados, las mujeres dedican el doble de tiempo al trabajo no pagado, tres de cada cuatro contratos a media jornada son de ellas. Tambi¨¦n lo son la inmensa mayor¨ªa de las excedencias, las reducciones de jornada y los permisos.
Una penalizaci¨®n que roza el 20% en Dinamarca
Un pu?ado de investigaciones, muy recientes, ha logrado cuantificar el impacto de lo que, aparentemente, explica todos esos comportamientos: tener hijos. ¡°Lo que demostramos es que hombres y mujeres reciben un salario desigual porque hay una distribuci¨®n desigual del cuidado de los ni?os. Para la mayor¨ªa de las mujeres, un trabajo en las mismas condiciones no es una opci¨®n¡±, sostiene un estudio publicado el mes pasado en EE UU, del que se hicieron eco The New York Times y las redes sociales.
La otra huelga
Para este D¨ªa de la Mujer, est¨¢ convocada la primera huelga general feminista. Pero en las ¨²ltimas d¨¦cadas se ha instaurado otro tipo de protesta social por las dificultades para conciliar vida laboral y familiar. En Espa?a se ha proclamado una "huelga de fecundidad", como la denomina el profesor Gosta Esping-Andersen, de la Pompeu Fabra, que sit¨²a a las mujeres espa?olas entre las que menos hijos tienen (1,3) y m¨¢s tarde (a los 31 a?os).
"Hay que tirar del hilo del debate social sobre los cuidados, por eso es tan importante que empecemos por igualar los permisos de paternidad y maternidad", se?ala la investigadora Mar¨ªa Pazos, que forma parte de la Plataforma Por Permisos Iguales e Intransferibles de Nacimiento y Adopci¨®n, promotora de iniciativas que han llegado al Congreso. El objetivo de la plataforma es que los permisos para los dos progenitores sean "intransferibles, de igual duraci¨®n, pagados al 100% de la base reguladora y con la misma parte obligatoria". En suma, que el permiso para los padres [ahora cuatro semanas no obligatorias] llegue a ser en todo igual al de las madres [16 semanas,de las cuales seis obligatorias].
"En aras de la equidad de g¨¦nero, las mujeres y los hombres no tendr¨ªamos que competir sobre qui¨¦n est¨¢ m¨¢s disponible para trabajar a deshoras", dice la catedr¨¢tica Sara de la Rica. Para m¨ª esa es la direcci¨®n en la que hay que avanzar: lograr que la vida familiar y la laboral sean muchos m¨¢s compatibles y por tanto tener jornadas, con entrada flexible entre las ocho y las nueve de la ma?ana, y salidas entre las cuatro y las cinco de la tarde".
Para De la Rica, "hay sectores con horarios espec¨ªficos que hay que tratar por separado, pero alrededor de un 70% de los trabajadores podr¨ªa tener ese horario si hubiera voluntad de hacerlo. El problema es que no hay esa voluntad, ya que exije un cambio y nadie est¨¢ dispuesto a liderarlo".
A partir de bases de datos administrativas y del sistema de pensiones, el estudio rastrea la vida laboral y personal de todos los daneses entre 1980 y 2013. Y comprueba qu¨¦ ocurre con los ingresos cuando se tienen hijos: respecto al a?o anterior al primer nacimiento, la retribuci¨®n de las madres llega a caer un 30%, para apenas limar el desfase despu¨¦s. ¡°Los ni?os apenas afectan a los ingresos de los hombres¡±, a?ade el informe. En diez a?os, la penalizaci¨®n en el ingreso medio de las madres respecto al de los padres roza el 20%.
Otra de las conclusiones del estudio sobre Dinamarca es que la penalizaci¨®n por tener hijos ha pasado de explicar el 40% de la brecha salarial a suponer el 80%. ¡°Esto ya no se explica por la tradicional historia de la ventaja comparativa [en formaci¨®n, en habilidades, en experiencia] de los hombres¡±, explica por correo electr¨®nico, Henrik Kleven, de la Universidad de Princeton (EE UU) y autor del estudio. ¡°La penalizaci¨®n para las madres se mantiene en el tiempo, algo que puede deberse a la transmisi¨®n de c¨®digos culturales y sociales o a preferencias intr¨ªnsecas¡±, a?ade. Encuestas internacionales apuntan a que, incluso en los pa¨ªses m¨¢s proclives a la conciliaci¨®n laboral, como Dinamarca o Suecia, la opini¨®n mayoritaria sigue siendo que la mujer debe reducir la jornada o quedarse en casa cuando hay que criar ni?os peque?os.
Otro estudio reciente, capaz de analizar la trayectoria laboral de todos los directivos de empresas suecas que ten¨ªan entre 40 y 49 a?os en 2011, concluye que ¡°la brecha de g¨¦nero en la probabilidad de ser consejero delegado de una gran empresa se debe completamente por lo que ocurre al inicio de la carrera profesional, en los cinco a?os posteriores al nacimiento del primer hijo¡±.
El trabajo del Instituto de Investigaci¨®n en Econom¨ªa Industrial de Estocolmo descarta que las supuestas diferencias de conducta entre hombres y mujeres respecto al riesgo o la competitividad tengan incidencia alguna. Una lecci¨®n similar extrae otro an¨¢lisis realizado a partir de encuestas a 2.495 graduados entre 1990 y 2006 en el m¨¢ster de administraci¨®n de empresas de la Universidad de Chicago (EE UU). ¡°La presencia de ni?os est¨¢ asociada a una menor acumulaci¨®n de experiencia laboral, m¨¢s interrupciones en la carrera profesional, menos horas trabajadas y un sustancial descenso de los ingresos para las mujeres, pero no para los hombres¡±.
M¨¢s brecha entre los 30 y los 34 a?os en Espa?a
¡°Ser¨ªa muy interesante hacer en Espa?a un estudio como el que se ha hecho sobre Dinamarca, pero no tenemos la informaci¨®n disponible¡±, se?ala Sara de la Rica, catedr¨¢tica de Econom¨ªa de la Universidad del Pa¨ªs Vasco. De la Rica s¨ª ha logrado delimitar lo que pasa con las remuneraciones de los trabajadores espa?oles que nacieron entre 1968 y 1972. Comprob¨® que las diferencias salariales de g¨¦nero se ampliaron entre los 30 y los 34 a?os, la franja de edad m¨¢s frecuente para el primer nacimiento. Y que fueron mayores en los trabajadores a tiempo completo con estudios superiores.
¡°No puedo comprobarlo emp¨ªricamente, pero en la diferencia en el salario base que aprecio para esa franja de edad en hombres y mujeres con ocupaciones muy similares no veo otra raz¨®n que el impacto de la maternidad¡±, se?ala la catedr¨¢tica de Econom¨ªa. De la Rica tambi¨¦n detecta un desfase notable en los complementos variables, pero esa brecha no crece con la edad. ¡°Los mayores complementos est¨¢n concentrados en unos pocos sectores, muy masculinos¡±, acota.
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