La cultura se ha quedado en ¡®mute¡¯
La falta de subt¨ªtulos y de tecnolog¨ªas dificulta el acceso de las personas sordas al ocio
Javier Azor¨ªn comparte con su pareja el gusto por el teatro, aunque rara vez est¨¢ a su lado cuando se abre el tel¨®n. Las veces que han ido juntos, ¨¦l se ha perdido la mitad de la historia porque asegura que la mayor¨ªa de las representaciones en cartelera no son accesibles para personas sordas como ¨¦l. Por eso prefiere quedarse en casa. La falta de subt¨ªtulos, de interpretaci¨®n en lenguaje de signos y de instalaciones adaptadas dificulta el?acceso de las personas con discapacidad auditiva a actividades culturales como el cine, el teatro, el circo o los museos en Espa?a.
A sus 39 a?os, Javier no disfruta de ir a ver la pel¨ªcula o la obra de teatro que quiere, el d¨ªa que le gustar¨ªa, en el asiento de su elecci¨®n. La mayor¨ªa de las ofertas culturales para personas sordas se concentran en semanas o programaciones especiales, en d¨ªas y horarios determinados. "Por qu¨¦ tengo que ir al cine el mi¨¦rcoles si quiero ir el viernes o puedo ir el s¨¢bado", se queja.
Las pel¨ªculas accesibles pasaron de 35 a 46 entre 2014 y 2017 y las funciones de cine accesible, de 5.500 a 34.000 en ese per¨ªodo, seg¨²n los datos del Centro Espa?ol del Subtitulado y la Autodescripci¨®n (CESyA). Las obras de teatro accesible subieron de 136 a 159 durante esos cuatro a?os y los pases accesibles, de 136 a 159. "Se ha avanzado much¨ªsimo", opina Bel¨¦n Ruiz, directora del CESyA.?Aun as¨ª, incide en que no se ha alcanzado la inclusi¨®n global de las personas sordas: "Queremos que cualquier sesi¨®n, en cualquier lugar, sea accesible".
Carmen J¨¢udenes,?directora de la de Confederaci¨®n Espa?ola de Familias de Personas Sordas (Fiapas), reclama que "todas las producciones se conciban desde el origen con la accesibilidad incorporada" para que las personas con discapacidad auditiva las consuman sin problema en los diferentes soportes ¡ªcine, DVD, televisi¨®n¡ª desde el primer momento.
Cuando se estren¨® la pel¨ªcula Ocho apellidos vascos, en 2014, Javier tuvo que esperar un a?o y medio hasta poder verla. La comedia era el tema de conversaci¨®n en la calle y en el bar y ¨¦l se qued¨® fuera porque el filme no estaba subtitulado en el cine. Para ver los estrenos espa?oles, solo le queda esperar que salgan en televisi¨®n, donde el 80% de los contenidos se subtitularon en 2017.?
O ver pel¨ªculas extranjeras que se proyecten en versi¨®n original subtituladas, comenta por correo electr¨®nico Alba Prado Mendoza, una mujer sorda de 28 a?os que vive en Madrid. "?Disfruto igual que las personas oyentes? No. ?Pago lo mismo? S¨ª", reflexiona. El de las pel¨ªculas en versi¨®n original?"es un subtitulado est¨¢ndar y no enriquecido", explica David S¨¢nchez Moreno, coordinador de producciones en lenguaje de signo espa?ola de la Conferderaci¨®n Estatal de Personas Sordas. Es decir, que?no ofrece una traducci¨®n integral de lo que ocurre en la pantalla, con el audio de los di¨¢logos, el sonido ambiente y los efectos sonoros.?Alba subraya que, de todos modos, esa alternativa existe solo para las personas sordas que viven en grandes ciudades, donde ella tambi¨¦n encuentra "barreras descomunales". "Voy al cine por casualidad", sentencia.
M¨¢s que subt¨ªtulos?
No hay una ¨²nica forma de vivir la sordera, advierte J¨¢udenes. En Espa?a, un mill¨®n de personas tienen discapacidad auditiva y solo 13.000 usan el lenguaje de signos, por ejemplo, seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica. ¡°Lo ideal ser¨ªa que las instalaciones contaran con bucle magn¨¦tico [un sistema que permite a las personas con pr¨®tesis auditivas recibir el sonido sin interferencias] y con subtitulaci¨®n¡±, se?ala J¨¢udenes, quien agrega: ¡°Tambi¨¦n son necesarios los apoyos en la lengua de signos para aquellas personas sordas que la tengan como su lengua de comunicaci¨®n".
Cine en lengua de signos
Veru Rodr¨ªguez, de 36 a?os, trabaja desde hace a?os para crear contenidos audiovisuales "con el lenguaje de signos como comunicaci¨®n, como un idioma m¨¢s, como el alem¨¢n". Hijo de padres sordos, considera que los subt¨ªtulos y los int¨¦rpretes "est¨¢n bien, pero son un parche". "Las personas sordas tienen una lengua y una cultura. Su propia forma de ver el mundo, su humor, sus referencias culturales".
Cre¨® Idendeaf hace casi una d¨¦cada y ha producido cortos y webseries con actores que signan. David S¨¢nchez Moreno, coordinador de producciones en lengua de signo espa?ola de la Conferderaci¨®n Estatal de Personas Sordas, destaca el talento de los directores e int¨¦rpretes sordos. "Para el espectador, el cine en lengua de signos con traducci¨®n oral y subtitulado en castellano, catal¨¢n, valenciano, gallego o euskera, podr¨ªa ser tan v¨¢lida y enriquecedora como cualquier otra".
"Si hablamos de cultura accesible, hay que incorporar todo", zanja. La directora de Fiapas opina que en Espa?a el marco legal que ampara a las personas sordas es "complet¨ªsimo" y que se ha avanzado mucho en la toma de conciencia. "Pero luego? la puesta en marcha es muy precaria", valora. En la televisi¨®n, por ejemplo, la falta de sincronizaci¨®n entre el texto y la imagen es uno de los problemas m¨¢s frecuentes.
Aunque le moleste que a veces los subt¨ªtulos vayan atrasados, a Candela Rodr¨ªguez, de 12 a?os, le gusta ver las series de Disney que tienen como protagonistas a personajes reales. Un verano, en la casa de sus abuelos, se olvid¨® de quitar los subt¨ªtulos que activa cuando ella mira pel¨ªculas y series: "No sab¨ªan c¨®mo quitarlos. Entonces me pregunt¨¦: ?qu¨¦ tienen de malo los subt¨ªtulos?".?
Al cine, fue tres veces en su vida. Cuando se estren¨®?Frozen, su?t¨ªa le tradujo, en la oscuridad de la sala, a lengua de signos. Con sus amigos, fue a ver Mascotas. "Ellos no saben lengua de signos y para entenderles tengo que leerles los labios. Como la sala est¨¢ oscura... Vamos, que un problema lleva al otro", explica. Por eso, prefiere ver los filmes en casa, aunque apunta por mensaje de Whatsapp: "En el cine no hay subt¨ªtulos, pero hay palomitas".?
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