La interminable espera de un marinero gallego para entrar en quir¨®fano

En 2005, Jos¨¦ Valverde, un marinero de Oia (Pontevedra) faenaba en el oc¨¦ano ?ndico, en el caladero de las islas Seychelles, a bordo de un barco atunero vasco con base en Bermeo cuando un fuerte dolor en sus ya deterioradas v¨¦rtebras puso punto final a su profesi¨®n. Ten¨ªa 45 a?os y llevaba desde los 18 embarcado, haciendo campa?as de cuatro meses en alta mar y descansando dos en casa. Desde entonces, y con una invalidez total, Jos¨¦ ha ido de m¨¦dico en m¨¦dico, recibiendo tratamientos paliativos para calmar el constante sufrimiento f¨ªsico hasta que el 16 de junio de 2014 lleg¨® el diagn¨®stico definitivo y entr¨® al fin en la lista de espera del Sergas (Servicio Gallego de Salud) para operarse.

Pero la paciente espera de este hombre dura ya cuatro interminables a?os en los que su estado f¨ªsico se ha ido deteriorando hasta el punto de tener dificultad para caminar. ¡°Lo peor es levantarse por las ma?anas con este dolor despu¨¦s de dormir pocas horas, y luego me paso el d¨ªa sentado sin poder ir a pescar, que es lo que m¨¢s me gusta¡±, comenta con resignaci¨®n Jos¨¦ Valverde.

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Su caso, que adem¨¢s se adscribe a una de las especialidades, traumatolog¨ªa, con m¨¢s tiempo de espera, seg¨²n el Sergas, ya est¨¢ fuera de las estad¨ªsticas oficiales que publica la Conselleria de Sanidad (las ¨²ltimas en diciembre pasado) que solo incluye a los pacientes que llevan un a?o o algo m¨¢s en las listas de espera en Vigo, aguardando una operaci¨®n quir¨²rgica en el ?lvaro Cunqueiro, unos 85 aproximadamente.

El paciente de Oia hab¨ªa sido operado de una hernia discal cuando te?¨ªa 20 a?os pero las dolencias persistieron y con el tiempo se agudizaron por lo que estuvo un a?o de baja. Pero Jos¨¦ nunca dej¨® de trabajar y en revisiones m¨¦dicas posteriores ya le comunicaron que tres de sus vertebras (L4, L5 y S1) no ten¨ªan disco y hab¨ªa que fijarlas con una cirug¨ªa de artrodesis.

Con este diagn¨®stico estuvo varios a?os sin soluciones hasta que un d¨ªa su m¨¦dico de cabecera lo mand¨® a urgencias con otro ataque de dolor y de all¨ª lo derivaron al especialista del hospital que cuando tuvo los resultados de la resonancia magn¨¦tica lo meti¨® en la lista de espera. El m¨¦dico le asign¨® un nivel de prioridad dos a la intervenci¨®n de Jos¨¦ Valverde, por lo que tendr¨ªa que haber entrado en quir¨®fano dos meses despu¨¦s, en agosto de 2014.

En 2016, dado su historial, el Sergas le ofreci¨® la posibilidad de ser intervenido en un hospital privado pero Jos¨¦ la rechaz¨®: ¡°No me pareci¨® normal que con nuestros impuestos hubiese que pagar a la privada lo que me pod¨ªan hacer en la sanidad p¨²blica, esperando un tiempo prudencial, claro¡±, dice.

Hace cuatro meses le avisaron para el preoperatorio pero cree que fue una falsa alarma porque no ha vuelto a saber nada del Sergas. ¡°Aqu¨ª no llama nadie y no s¨¦ cu¨¢ndo llegar¨¢ el d¨ªa de entrar en quir¨®fano, ni qu¨¦ m¨¦dico me va a operar, porque esta es una intervenci¨®n seria y me gustar¨ªa saber qu¨¦ puede pasar, si quedar¨¦ bien, si podr¨¦ caminar y, sobre todo, si desaparecer¨¢ este dolor constante para olvidarme de las pastillas y los pinchazos¡±, se pregunta Jos¨¦ ante su estoica espera.