El ¡®prime time¡¯ del abogado del diablo
El defensor de La Manada rentabiliza su protagonismo medi¨¢tico mientras conf¨ªa en que prospere su recurso y sus clientes resulten absueltos
El viernes 8 de julio de 2016, el abogado Agust¨ªn Mart¨ªnez Becerra (Madrid, 1965) desayun¨® cerca de su despacho, en Sevilla, mientras le¨ªa en la prensa una noticia de la que hablaban todos en el bar: cinco sevillanos hab¨ªan sido acusados de agredir sexualmente a una chica de 18 a?os en las fiestas de San Ferm¨ªn. Al mediod¨ªa, cuando estaba a punto de salir a comer, son¨® su tel¨¦fono. Al otro lado de la l¨ªnea estaba Jos¨¦ Mar¨ªa Aguilar, Goku, miembro del grupo ultra del Sevilla Biris Norte, y autor del libro Mi vida ultra, en el que cuenta c¨®mo el anterior presidente del Sevilla Jos¨¦ Mar¨ªa del Nido ech¨® mano de ¨¦l en 2003 para arengar a la plantilla (¡°la sensaci¨®n de tener a un grupo de j¨®venes de ¨¦xito a mi alrededor sentados con cara de asustados es algo dif¨ªcil de olvidar¡±, escribi¨®). Aguilar, ¨ªntimo de Jos¨¦ ?ngel Prenda, es tambi¨¦n amigo de Agust¨ªn Mart¨ªnez, sevillista militante y habitual de radios y televisiones locales como tertuliano deportivo. Goku le dijo que los Biris necesitaban que Mart¨ªnez fuese a Pamplona. ¡°Nosotros te pagamos todos los gastos del viaje. Escucha al Prenda y dinos si le crees o no¡±.
Agust¨ªn Mart¨ªnez -que dice que ah¨ª empez¨® y acab¨® la financiaci¨®n de los ultras- fue a Pamplona, se entrevist¨® con Prenda y accedi¨® a la documentaci¨®n. Tambi¨¦n pudo comprobar que aquel caso, el de La Manada, hab¨ªa explotado en la sociedad espa?ola de forma incontrolada. Fue un basta ya contundente y firme del movimiento feminista que moviliz¨® desde ese d¨ªa a cientos de miles de personas en toda Espa?a, hartas de que ante cualquier denuncia por violaci¨®n de una mujer la primera juzgada sea ella. En Pamplona el abogado vio dos causas abiertas: la que afectaba al Prenda, acusado seg¨²n ¨¦l de un delito que no cometi¨®, y la que afectaba a su carrera, el caso medi¨¢tico con el que un abogado desconocido puede saltar al estrellato. Sobre la primera de las causas, dice Mart¨ªnez que crey¨® a Prenda. Sobre la segunda, se desconoce cu¨¢nto influy¨® las ganas que ten¨ªa de creerle.
Madrile?o de Chamber¨ª, Agust¨ªn Mart¨ªnez es hijo de un padre enfermero, natural de Le¨®n, y una madre ama de casa, nacida en Sevilla. Cuando Mart¨ªnez ten¨ªa cuatro a?os la familia emigr¨® a la ciudad de ella, al barrio de Nervi¨®n. All¨ª se hizo sevillista. Esa afici¨®n suya lo ha puesto en el foco decenas de veces, la ¨²ltima de ellas hace un a?o cuando denunci¨® al presidente del club, Jos¨¦ Castro, por supuestas pr¨¢cticas corruptas. Tambi¨¦n ha tenido una relaci¨®n larga y conflictiva con la familia del Nido. Perteneci¨® durante un tiempo a una pe?a, Al Relente. Y es habitual participante de las juntas de accionistas (tiene dos), donde no pasa inadvertido. No s¨®lo fue el sevillismo y Biris Norte (ha publicado en redes varios mensajes de adhesi¨®n: ¡°Los Biris son los m¨ªos¡±) lo que le llev¨® a La Manada. Tambi¨¦n el Derecho.?
Eligi¨® la carrera -se debati¨® entre Derecho y Periodismo- porque siempre fue, dice, ¡°polemista¡±. Le encanta discutir, contraponer argumentos, hacer llegar su discurso. Su primer caso como abogado profesional fue un divorcio en el a?o 1990 reclamado por una mujer que quer¨ªa separarse entre otras cosas, recuerda ¨¦l, por no mantener relaciones sexuales con su marido. Dos a?os despu¨¦s tuvo su primer caso medi¨¢tico, que puede encontrarse en la hemeroteca de EL PA?S: la defensa de un militante y excandidato de Herri Batasuna, Santiago Kiroga Astiz, acusado de haber desertado del servicio militar durante la primera Guerra de Golfo. Kiroga, detenido en Sevilla y juzgado por un Tribunal Militar, se defendi¨® atacando al Ej¨¦rcito por buscar la unidad nacional a trav¨¦s de las armas y critic¨® la Constituci¨®n por no respetar el derecho de autodeterminaci¨®n de los pueblos. Mart¨ªnez apel¨® a la realidad social de Espa?a y al ¡°estado de necesidad¡± de su cliente.
Su segundo caso medi¨¢tico fue el Arny, un local sevillano en el que se prostitu¨ªan menores y en el que fueron acusados falsamente varios personajes p¨²blicos. Y el tercero fue en 2012, cuando ejerci¨® de acusaci¨®n particular contra Francisca M. C., una vidente que se hac¨ªa llamar Su Alteza Real la princesa de Tracia, que invocaba al arc¨¢ngel San Miguel para curar enfermedades y hacer rica a la gente si se llamaba a un tel¨¦fono 806. ¡°Soy la controversia, la diosa de fuego, la rehostia¡±, se presentaba, tal y como inform¨® el Diario de Sevilla. Un comerciante la denunci¨® por apropiaci¨®n indebida de unas joyas valoradas en 300.000 euros. Fue condenada.
Ideol¨®gicamente se define como progresista, ¡°muy progresista¡±. No ha votado al PSOE ¡°sino m¨¢s a la izquierda¡±, aunque ¡°nunca¡± a los comunistas. Eso, en el pasado: ahora alega ¡°decepci¨®n¡± con toda la clase pol¨ªtica. En su cuenta de Twitter, dedicada sobre todo al Sevilla, pueden leerse cr¨ªticas al independentismo catal¨¢n y a Susana D¨ªaz, art¨ªculos con los que est¨¢ de acuerdo sobre La Manada y, desde que acept¨® la defensa de Prenda, tambi¨¦n ha colgado o retuiteado noticias relacionadas con denuncias falsas de violencia de g¨¦nero. Desde el inicio de proceso se meti¨® directamente en el ojo del hurac¨¢n como parte de su estrategia. Al contrario que los otros abogados de la defensa, y que los abogados de la acusaci¨®n particular, acudi¨® a los plat¨®s de todas las cadenas que le reclamaban para fajarse en la defensa de La Manada. Lo hizo acusando a periodistas y tertulianos de montar un juicio paralelo, pero lo cierto es que ¨¦l ha sido el ¨²nico participante del juicio en ir a la televisi¨®n. ?Le han pedido entrevistas con sus clientes?, le ha preguntado este peri¨®dico. No sabe/no contesta, aunque compa?eros cercanos a ¨¦l confirman que s¨ª, en varias ocasiones y much¨ªsimos medios, tambi¨¦n los m¨¢s cr¨ªticos a una posible entrevista.
Est¨¢ casado con detective privada (pero no la detective que le puso la defensa a la v¨ªctima) y es padre de dos hijos, entre ellos una chica adolescente. En Liarla Pardo, el programa que presenta en La Sexta Cristina Pardo, le preguntaron si no creer¨ªa a su hija si le hubiese pasado lo mismo que a la v¨ªctima de La Manada. ¡°La creer¨ªa del mismo modo que creer¨ªa a mi hijo si lo acusan de algo as¨ª y me dice que no lo hizo¡±, respondi¨®. ?Su esposa y su hija qu¨¦ piensan?, le pregunta este peri¨®dico. ¡°Est¨¢n informadas por m¨ª, por tanto tienen un conocimiento profundo del caso. No tienen ninguna duda de que mi criterio no es ninguna pose, sino que act¨²o desde el convencimiento¡±. Ellas ven los programas a los que ¨¦l acude y han asistido en primera l¨ªnea a la construcci¨®n del abogado estrella bajo la luz de las c¨¢maras; un letrado agudo que reclama atenci¨®n constante, no cobra por sus apariciones relacionadas con el juicio y mantiene una relaci¨®n de amor/odio con los periodistas que hablan o escriben habitualmente del caso. Dice ¡°cobrar poco, muy poquito, muy poquito, muy poquito¡± de las familias de La Manada, pero a cambio, ha reconocido a su entorno, le ofrecen casos de toda Espa?a. ¡°La televisi¨®n es un ca?onazo y ¨¦l lo sabe. Ahora est¨¢s con ¨¦l cinco minutos y le pita el tel¨¦fono 20 veces¡±, cuenta un colega suyo con el que comparte su afici¨®n al golf (Mart¨ªnez es h¨¢ndicap 14,3).
La estrategia de Agust¨ªn Mart¨ªnez despu¨¦s del juicio pas¨® por publicitar y defender el voto particular del magistrado que propon¨ªa absolver a La Manada, obviando el voto mayoritario. Tras la libertad provisional de los condenados, ha publicitado y defendido el voto mayoritario por encima del particular. Del mismo modo, ha confundido deliberadamente en m¨¢s de una ocasi¨®n las acusaciones que recibe en su contra: si se critican aspectos de su estrategia, responde como si se criticase el hecho de que La Manada tuviese derecho a una defensa. Su trabajo fue minucioso, propio de un estudioso que ha tenido el reconocimiento de su gremio en algunos art¨ªculos por su trabajo jur¨ªdico. Tambi¨¦n el reconocimiento de los miembros de La Manada, que han ido y¨¦ndose tras el Prenda para ser defendidos por ¨¦l (dos de los acusados llegaron a estar representados nueve horas por el abogado Manuel Casta?o, ultraderechista condenado por tenencia il¨ªcita de armas cuando militaba en Fuerza Nueva). El ¨²nico condenado al que no defiende Mart¨ªnez es el guardia civil Antonio Manuel Guerrero, que esta semana fue pillado tratando de renovar su pasaporte (¡°yo asesoro mejor a mis defendidos¡±, dice Agust¨ªn Mart¨ªnez, cuya deteriorada relaci¨®n con sus compa?eros de la defensa era conocida en el proceso).
¡°La misi¨®n del abogado es desacreditar a la denunciante, pues ella dice una cosa y sus clientes otra, y eso es lo que ha hecho. Si ha ido demasiado lejos o no, es otra cosa¡±, dice un compa?ero suyo de tribunales. Abogados que lo conocen y han coincidido con ¨¦l destacan su querencia por el reconocimiento medi¨¢tico debido a la comodidad con la que se maneja ante las c¨¢maras, producto del aprendizaje en los debates deportivos. ¡°Le saca partido. Responde bien, habla bien. ?l va al cuerpo, tiene la habilidad de tertuliano¡±. Es dif¨ªcil olvidar el inicio del teatral alegato en el juicio a La Manada: ¡°La ma?ana del 7 de julio de 2016 se inici¨® la caza de La Manada¡±, empez¨® casi recitando. Espera ahora, tras la condena a sus clientes, que su recurso sea considerado y los miembros de La Manada sean absueltos.
Los principales reproches se han dirigido a las declaraciones y actitudes del abogado que pueden llegar a afectar a v¨ªctimas que dudan en denunciar tras ser agredidas sexualmente. ¡°A Pamplona la gente joven va a los toros a beber alcohol, a ligar y mantener relaciones. Y por la noche much¨ªsimo m¨¢s¡±, dijo Mart¨ªnez en una de sus primeras apariciones en Telecinco. Otra de sus maniobras consisti¨® en convertir la actitud posterior de la v¨ªctima a la agresi¨®n en una prueba de que no la hab¨ªa sufrido. Tambi¨¦n ha utilizado la declaraci¨®n judicial de la chica en su contra por las inflexiones de voz, el tono o el hecho de que declarase sentada con una pierna cruzada bajo el trasero, como si de esa informalidad se dedujese que una chica no puede ser violada. Esa estrategia acab¨® provocando una doble victimizaci¨®n de la chica, acompa?ada de vapuleos y vejaciones hacia ella de quienes respaldan a La Manada en redes, webs y algunos medios de comunicaci¨®n. Reacci¨®n que ha sido denunciada y contestada una y otra vez por el feminismo.
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