Manuel Valls: ¡°El nacionalismo abre camino al supremacismo¡±
Tras toda una carrera pol¨ªtica en Francia, el ex primer ministro habla de lo que desea para Barcelona y del ocaso de los viejos partidos
Par¨ªs, Barcelona. Manuel Valls recibe en el luminoso sal¨®n del piso donde vive, en la calle de Par¨ªs de la ciudad donde naci¨® hace 56 a?os. Los libros ¡ªensayo pol¨ªtico, historia, novela¡ª llenan las estanter¨ªas. En las paredes cuelgan algunos cuadros de su padre, el figurativo Xavier Valls, que pint¨® contracorriente en tiempos de experimentaci¨®n y abstracci¨®n. En los balcones del edificio, unos vecinos han puesto una bandera catalana y otra estelada.
Valls hijo lo fue casi todo en Francia: alcalde, diputado, ministro del Interior, primer ministro. Abandon¨® el Partido Socialista, en el que hab¨ªa ingresado a los 18 a?os, tras perder en las primarias para las elecciones presidenciales de 2017. Se implic¨®, tras el refer¨¦ndum independentista del 1-O, en el debate catal¨¢n. Y a finales de septiembre de 2018 anunci¨® su candidatura para la alcald¨ªa de su ciudad, que cuenta con un ¨²nico apoyo: el de Ciudadanos.
Publica Barcelona, vuelvo a casa (editorial Espasa). Una carta de presentaci¨®n. Un esbozo de su idea de Barcelona, Catalu?a, Espa?a y Europa. Una biograf¨ªa. Una genealog¨ªa ideol¨®gica: desde la segunda izquierda y el parler vrai ¡ªdecir las cosas claras¡ª de su mentor, Michel Rocard, hasta la recomposici¨®n pol¨ªtica del actual presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron: el ocaso de los viejos partidos, la polarizaci¨®n entre progresistas y populistas, y el fin de la divisi¨®n entre izquierda y derecha.
PREGUNTA. ?La divisi¨®n entre derecha e izquierda ha muerto?
RESPUESTA. Siempre habr¨¢ un debate entre quienes quieren m¨¢s o menos Estado. Yo pienso que la potencia p¨²blica tiene que regular el mundo, Europa, cada pa¨ªs. Necesitamos una escuela potente: la mejor forma de luchar contra la desigualdad. Pero si consideramos que hoy en Europa ¡ªpero no solo, tambi¨¦n en Estados Unidos¡ª hay un enfrentamiento entre quienes defienden la idea que represent¨® la reconciliaci¨®n franco-alemana, la paz, y la democracia en Portugal, Espa?a, Grecia y despu¨¦s los pa¨ªses del bloque sovi¨¦tico, de un lado, y del otro quienes quieren destruir Europa, las diferencias entre izquierda y derecha ya no son las mismas. Hoy la prioridad es defender el modelo europeo y la libertad, la democracia y el Estado de derecho. Y esto hace imprescindible la alianza entre el centroderecha y el centroizquierda ante el populismo.
P. ?Dir¨ªa que los socialistas espa?oles y catalanes lo han entendido?
¡°La potencia p¨²blica tiene que regular el mundo. Una escuela potente lucha contra la desigualdad¡±
R. Aqu¨ª no se puede inventar En Marche! [el partido de Macron], cada pa¨ªs tiene su historia, pero lo que afrontamos es demasiado importante para jugar, especular y no tener sentido del Estado ni del inter¨¦s general. Habr¨ªa que inventar nuevas alianzas. El PSOE, Ciudadanos y el PP deber¨ªan pactar y no dejar tanto protagonismo al populismo de izquierdas, a Podemos, o a los separatistas, los nacionalistas. Si hoy tienen protagonismo es porque los tres partidos que han gobernado, gobiernan o quieren gobernar no son capaces de hablar y pactar.
P. ?Considera que los socialistas pecan de dejar espacio a los populistas?
R. Hago un llamamiento, porque pienso que Europa y la democracia est¨¢n en peligro. Europa es el fruto de la alianza entre la democracia cristiana y la socialdemocracia. Ambas familias pol¨ªticas est¨¢n en mal estado. Europa puede salir de la historia: con el Brexit, el populismo, lo que ocurre en Italia. No podemos dejar espacio a los populismos. Es responsabilidad del Gobierno aqu¨ª, pero tambi¨¦n de las oposiciones. Lo que pido y espero, con humildad, es que unos y otros sean capaces de avanzar, con iniciativas comunes para aprobar los presupuestos u ofrecer una visi¨®n con mayor¨ªas amplias en temas como el proc¨¦s o la construcci¨®n institucional espa?ola.
P. El PP se abstuvo o vot¨® para defender al presidente h¨²ngaro, Viktor Orb¨¢n, en la votaci¨®n en el Parlamento Europeo para poner en marcha las sanciones contra Hungr¨ªa. Y tiene una ret¨®rica a veces complaciente con el peque?o partido de extrema derecha Vox.
R. Lo que digo vale para todos. El voto en el Parlamento Europeo fue muy importante, con una mayor¨ªa calificada para abrir el proceso de sanciones respecto a Hungr¨ªa y Orb¨¢n. La mitad del PPE vot¨® con los ecologistas, los liberales y los socialistas. La derecha francesa, como la espa?ola, se ha dividido ante este voto. Deben reaccionar. Deber¨ªa haber un cord¨®n sanitario ante el populismo: las alianzas con los populismos de izquierdas y de derechas son peligrosas para las democracias.
P. ?Quiere decir que tendr¨ªa que haber un cord¨®n sanitario ante Podemos y con Vox?
R. Hasta que estos partidos no cambien. Con Vox est¨¢ claro. Con la extrema derecha y con la izquierda populista.
P. Ciudadanos no ha sido tan contundente con Vox como usted.
¡°Necesitamos una trinchera frente a los populismos de izquierdas y de derechas¡±
R. Entiendo que en Espa?a no se quiera dar m¨¢s protagonismo a Vox, porque no se sabe a¨²n si es un movimiento que est¨¢ creciendo o no. Aqu¨ª se pide a unos y otros que sean muy claros respecto a Vox, y hay que serlo y rechazar a la extrema derecha. Me gustar¨ªa que esta pregunta sea tan clara respecto a una antigua presidenta del Parlamento catal¨¢n, la se?ora N¨²ria de Gispert, que le dice a In¨¦s Arrimadas que vuelva a su casa a Jerez. Frente al racismo y al supremacismo ¡ªvenga del nacionalismo, de la izquierda o de la extrema derecha¡ª hay que ser contundentes. Debe haber una frontera, una trinchera y un cord¨®n sanitario clar¨ªsimo respecto a este discurso y a estos partidos que suben y subir¨¢n en todas partes, en Europa y el mundo.
P. ?Se puede comparar el nacionalismo catal¨¢n con Vox y Salvini y el Brexit?
R. Hay diferencias y no se puede comparar todo. En el independentismo hay gente generosa, progresista. Pero el nacionalismo abre el camino al supremacismo y el racismo. Los escritos del presidente de la Generalitat, el se?or Torra, o los ataques de la se?ora De Gispert son discursos de exclusi¨®n. Cuando se dice a alguien que es una bestia espa?ola, o se le dice a alguien que no es catalana porque ha nacido en otra provincia de Espa?a, es racismo. Si esto lo escribe o dice alguien de Vox o del Frente Nacional (FN) de Marine Le Pen, todo el mundo se le echar¨ªa encima. Pedro S¨¢nchez, cuando no era presidente del Gobierno, dijo que el se?or Torra no encontrar¨ªa sitio ni en las filas del FN de Le Pen.
P. ?En qu¨¦ ha fallado la generaci¨®n de pol¨ªticos que, como usted, han gobernado en los ¨²ltimos 10 o 15 a?os para que los electores, y muchos de clase trabajadora, acaben votando opciones populistas?
¡°El problema es no saber ilusionar con un nuevo relato, el contrarrelato del populismo¡±
R. El primer mea culpa es por la falta de memoria hist¨®rica, de todos: pol¨ªticos, intelectuales, prensa, la gente en general. Porque estos fen¨®menos, en un contexto diferente, ya los hemos conocido, no son nuevos. ?Qu¨¦ es el populismo sino ir a buscar un enemigo? El inmigrante, el refugiado, el musulm¨¢n, el rico, el burgu¨¦s, Europa, Bruselas, Espa?a, Madrid. Segundo, pagamos las consecuencias de la crisis de los a?os 2000, que sale de Estados Unidos y los bancos, y deja en la calle a millones y millones de americanos y europeos. Y se est¨¢n creando nuevas burbujas financieras. Si no se crean formas de regulaci¨®n nuevas, o si se abre una guerra comercial como hace Trump, conoceremos otra crisis, y el resultado es que los ricos son m¨¢s ricos y los pobres m¨¢s pobres. Tercer mea culpa: no ver subir este movimiento de identidad. La gente tiene miedo. Los populistas juegan con este miedo, y los Gobiernos no saben decir cu¨¢l ser¨¢ el futuro. En un mundo que es el del cambio clim¨¢tico, que es el problema n¨²mero uno, con las nuevas tecnolog¨ªas, la inteligencia artificial, la biomedicina, los cambios extraordinarios que a la vez abren espacios que dan miedo, la demograf¨ªa que cambia los centros de poder, la crisis europea que es demogr¨¢fica, el problema es no saber ilusionar a la gente con un nuevo relato, que sea el contrarrelato del populismo. La fuerza del populismo es que tiene su relato. Busca un enemigo, forma una comunidad, juega con los miedos y ofrece un camino. ¡°Saldremos de Europa y lo arreglaremos todo, saldremos de Espa?a y lo arreglaremos todo, sacaremos a los inmigrantes y ya no tendremos problemas, ma?ana sin musulmanes todo ir¨¢ mejor¡±. Este discurso que es el de Trump, Orb¨¢n, Salvini, la extrema derecha, la extrema izquierda o el nacionalismo, es potente, porque no habla a la inteligencia, sino a los sentimientos.
P. ?Falta un relato?
R. En Francia existe un relato que, pese a todas las dificultades, une al pa¨ªs: la Rep¨²blica, la naci¨®n, el mensaje de Francia al mundo. A Espa?a, por su historia reciente, le cuesta inventar un relato que sea el de nuevo patriotismo. Los 40 a?os de la Constituci¨®n, una de las m¨¢s democr¨¢ticas del mundo, son los a?os m¨¢s extraordinarios de Espa?a de los dos o tres ¨²ltimos siglos. Claro, la gente que lo pasa mal, que est¨¢ en el paro, que vive con menos de mil euros, que no encuentra piso y debe irse del centro de Barcelona para ir a vivir lejos: queda claro que este discurso quiz¨¢ no les llegue y que, sin soluciones concretas, el relato no tiene posibilidades de convencer. Pero ?por qu¨¦ aqu¨ª no somos capaces de hablar m¨¢s de los hombres o mujeres que han representado tanto para Espa?a? Hablo al final del libro de dos hombres muy importantes para Espa?a, un pol¨ªtico y un intelectual, ambos enterrados en Francia: Machado en Colliure y Aza?a en Montauban. Un gran poeta y un moderado, republicano. Representan lo mejor de Espa?a: son factores de unidad y de convivencia.
¡°LOS SEPARATISTAS SACRIFICAN EL INTER?S DE BARCELONA¡±
Manuel Valls se labr¨® en Francia la reputaci¨®n de pol¨ªtico de ideas claras. Hombre de convicciones, dir¨ªan sus simpatizantes. Intransigente, seg¨²n sus rivales. Su estilo ¡ªal contrario del de l¨ªderes como el presidente Fran?ois Hollande, de quien fue primer ministro¡ª no buscaba el punto medio entre todas las opciones en discusi¨®n. En Barcelona, Valls no ha cambiado. Sostiene que hay que definir las l¨ªneas claras entre los partidarios y los detractores de la secesi¨®n de Catalu?a. Que en este ¨¢mbito no hay espacio para las concesiones.
"La equidistancia entre ?independentistas y no independentistas es imposible. O eres independentista o no lo eres", responde a la pregunta sobre si, como intenta hacer la alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, ?conviene estar en medio y tender puentes con los independentistas. Y cuestiona que Colau sea de verdad equidistante "cuando [su] partido propone una moci¨®n que votan todos los partidos independentistas contra el Rey".
"Si los independentistas ganasen las municipales, Barcelona retroceder¨ªa a¨²n m¨¢s, porque los independentistas o separatistas han actuado sacrificando el inter¨¦s de Barcelona", contin¨²a. "Una Barcelona independentista quedar¨ªa al margen de la construcci¨®n europea, excluida del gran concierto de grandes ciudades europeas y del Mediterr¨¢neo. Es el debate m¨¢s importante desde la muerte de Franco, la llegada de la democracia y la Constituci¨®n de 1978".
?La soluci¨®n? "Barcelona. Si Barcelona cae en las manos del independentismo, apoyado adem¨¢s por el populismo de izquierdas, Barcelona caer¨¢", dice. ?C¨®mo evitarlo? "No debemos dejar este protagonismo a los nacionalismos y a los populismos. Por eso necesito, y Barcelona sobre todo necesita, en el marco de la plataforma que presento, que todos vengan: Ciudadanos, el catalanismo moderado, los socialistas. Yo necesito a los socialistas. Barcelona necesita a los socialistas". Y a?ade: "No puedo pensar ni un solo momento que no pactaremos, antes o despu¨¦s de las elecciones".
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