Sin colchones para la ralentizaci¨®n econ¨®mica
Ning¨²n partido propone medidas para bajar el d¨¦ficit y la deuda, tal y como instan los organismos internacionales
¡°El principal riesgo es que ning¨²n Estado en el siglo XXI toma prestado pensando que tendr¨¢ que devolver el dinero¡±, dijo este mes Lee Buchheit, asesor de gobiernos que renegocian sus deudas como Grecia, M¨¦xico, Rusia o Argentina, en las reuniones del Fondo Monetario Internacional (FMI). Aunque la deuda no se devuelva de un d¨ªa para otro, hay que refinanciarla. Y ah¨ª se halla la principal vulnerabilidad de la econom¨ªa espa?ola ante una ralentizaci¨®n. El Tesoro espa?ol tiene que refinanciar este a?o 204.526 millones de euros en los mercados. En estos momentos, la recaudaci¨®n de las Administraciones crece a ritmos del 6%, que permiten ir poco a poco reduciendo el agujero presupuestario, el llamado d¨¦ficit p¨²blico. Pero eso podr¨ªa cambiar si hay una desaceleraci¨®n.
¡°El escenario central que barajamos para la eurozona es el de una ralentizaci¨®n que no acabe en recesi¨®n. La actividad se recuperar¨¢ del ligero bache que atraviesa ahora durante la segunda mitad del a?o. Entre los motivos, la reacci¨®n del Banco Central Europeo, la resistencia que ha demostrado la inversi¨®n, las subidas de salarios que deber¨ªan tirar del consumo y la voluntad de las empresas de seguir contratando. Adem¨¢s, no se observa que se est¨¦ acumulando ning¨²n desequilibrio alimentado por el cr¨¦dito¡±, explica Marko Mrsnik, director de bonos soberanos de S&P.
En este contexto, el Banco de Espa?a espera que la econom¨ªa espa?ola registre crecimientos m¨¢s moderados seg¨²n pierda fuerza el ciclo. Pero incluso bajo ese supuesto, los problemas pueden aparecer. Como advirti¨® el FMI a principios de abril, los ingresos p¨²blicos de Espa?a podr¨ªan ir creciendo menos y dejando de tapar la falta de ajustes en el gasto. La principal partida del Estado, las pensiones, que ahora alcanza los 150.000 millones, engorda a tasas del 7%, por encima de lo que crece la econom¨ªa sumando la inflaci¨®n, un 3,6% en 2018. Y conforme se jubile el baby boom, esta r¨²brica ir¨¢ subiendo a¨²n m¨¢s, poniendo presi¨®n sobre las finanzas p¨²blicas. Adem¨¢s, el FMI alert¨® de que el coste por intereses, ahora en m¨ªnimos, tambi¨¦n podr¨ªa dispararse. Todo ello dejar¨ªa a Espa?a con muy poco margen, se?alaba el Fondo.
Enfrentados con un deterioro de la econom¨ªa, los manuales sostienen que de primeras solo se cuenta con tres palancas. La pol¨ªtica cambiaria y la monetaria ya no dependen de Espa?a. As¨ª que solo queda la fiscal. Organismos como el FMI, la Comisi¨®n Europea o el Banco de Espa?a hablan de construir colchones fiscales. Es decir, sanear las cuentas por si la cosa empeora. En su estrecha vigilancia de Espa?a, la Comisi¨®n insiste en que haya medidas estructurales, ya sea por los impuestos o por los gastos, que corrijan el d¨¦ficit y la deuda.
Sin embargo, ninguno de los partidos habla de esto en campa?a. M¨¢s bien lo contrario. El PP promete una rebaja de impuestos de 16.000 millones. Pero la propia experiencia reciente de un Gobierno del PP desmiente que estas subidas puedan autofinanciarse. Tras bajar impuestos en 2015 y 2016 de cara a las elecciones, luego se vio forzado por Bruselas a abordar un ajuste a mitad de 2016. Y ello a pesar de una coyuntura de ingresos al alza. Para colmo, las bajadas de Vox son todav¨ªa mayores. Las de Ciudadanos, en cambio, son algo m¨¢s moderadas, si bien incluyen el gasto del complemento salarial.
En cuanto a compensar las rebajas de impuestos con recortes del gasto superfluo, los Gobiernos de Zapatero y Rajoy ya abordaron fuertes recortes entre 2010 y 2013. Ahora el margen quiz¨¢s sea bastante m¨¢s limitado.
En el otro lado, el PSOE defiende subir impuestos a la banca, las grandes empresas y los ricos. Tambi¨¦n los medioambientales. Pero para elevar la presi¨®n fiscal hasta niveles europeos hace falta m¨¢s. Y al mismo tiempo anuncia aumentos del gasto como el ingreso m¨ªnimo vital, ampliar los servicios sociales, una renta b¨¢sica de emancipaci¨®n o un bono el¨¦ctrico. Al final, lo comido por lo servido. Y Podemos lleva esto a mayores extremos con un impuesto a las grandes fortunas m¨¢s potente y medidas que implican incluso m¨¢s desembolsos. En definitiva, ninguno recoge en el programa c¨®mo reconducir las cuentas p¨²blicas pese a que todos dicen que cumplir¨¢n con Bruselas. Si bien Podemos aboga por dejar el d¨¦ficit en el 2% del PIB, y no suprimirlo como quiere la UE.
Otra palanca son las reformas estructurales que mejoren la productividad, combatan el paro y la precariedad. Todos hablan de ellas. El ¨¦nfasis de Ciudadanos est¨¢ en la educaci¨®n, el contrato ¨²nico o la mochila austriaca. PSOE y Podemos destacan la inversi¨®n en transici¨®n energ¨¦tica o cerrar la brecha salarial de g¨¦nero. Los socialistas proponen un nuevo estatuto del trabajador. El PP, la unidad de mercado y la mochila austriaca. Pero para las reformas se precisa tiempo e importa mucho la letra peque?a. Y, sobre todo, se necesitan consensos. De lo contrario, se tendr¨¢n que hacer a prisa y obligados porque, bajo la presi¨®n de los mercados, no se pueda financiar el Estado del Bienestar. El FMI ya lo ha advertido.
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