H¨¦roe de la Guardia Civil por decisi¨®n judicial
La Audiencia Nacional reconoce a un espele¨®logo la cruz con distintivo rojo que Interior reserva a los agentes del instituto armado
Hilari Moreno, barcelon¨¦s de 45 a?os, electricista de profesi¨®n, nunca se plante¨® hacerse guardia civil. Pero la Audiencia Nacional acaba de reconocerle el derecho a lucir una de las condecoraciones m¨¢s preciadas del cuerpo: la cruz con distintivo rojo, reservada para ¡°premiar hechos o servicios realizados con riesgo de la propia vida o demostraci¨®n de valor personal¡±.
Hilari practica la espeleolog¨ªa desde hace m¨¢s de un cuarto de siglo y el buceo en cuevas desde el a?o 2000. Tiene una tienda en Barcelona especializada en equipos subacu¨¢ticos, es instructor de la unidad de buceo de los Mossos d'Esquadra y forma parte, como voluntario, del equipo de rescate de la Federaci¨®n Catalana de Espeleolog¨ªa.
El 16 de abril de 2017, Domingo de Resurrecci¨®n, un compa?ero de Mallorca le avis¨® de que un conocido suyo hab¨ªa quedado atrapado en la cueva Pirata-Pont-Piqueta, una oquedad laber¨ªntica y parcialmente inundada en el t¨¦rmino de Manacor.
El espeleobuceador se hab¨ªa refugiado en una burbuja de aire en el interior de la caverna tras romperse el hilo que le serv¨ªa como gu¨ªa y no dispon¨ªa de ox¨ªgeno suficiente para salir.
Hilari lo coment¨® con un miembro del Grupo Especial de Actividades Subacu¨¢ticas (GEAS) de la Guardia Civil, con el que hab¨ªa compartido numerosas inmersiones; y el agente le pidi¨® que se incorporara al operativo. No se lo pens¨® dos veces. Esa misma tarde estaba, pertrechado con todo su equipo, en el aeropuerto de Sabadell, donde un helic¨®ptero de la Guardia Civil recogi¨® a ambos.
Hilari y el guardia civil estudiaron el terreno: era una caverna sinuosa y laber¨ªntica, pr¨¢cticamente sin explorar. Eligieron la ruta m¨¢s larga, de casi un kil¨®metro, por la que se manten¨ªa intacto el hilo. Deb¨ªan sujetarlo con extremo cuidado para que no se rompiera. Llevaban doble carga de botellas. El electricista iba en cabeza, el agente detr¨¢s. El paso era tan angosto que, a veces, quedaban encajados o se hund¨ªan en el fango.
Cuando llegaron a la c¨¢mara donde aguardaba su compa?ero, todo estaba a oscuras. ¡°?Xisco!¡±, voce¨® Hilari. Se encendi¨® una luz que hab¨ªa apagado para ahorrar bater¨ªa y el espeleobuceador se acerc¨® a abrazarlos. Al quitarse el regulador de la boca, Hilari not¨® que el aire estaba viciado. Faltaba ox¨ªgeno. Xisco acusaba la fatiga. Llevaba m¨¢s de 60 horas encerrado. ¡°Sinceramente, no creo que hubiera aguantado mucho m¨¢s¡±.
Le dieron botellas de glucosa, para que se recuperara y, al cabo de 15 minutos, emprendieron regreso. A¨²n fue m¨¢s exigente que la ida. Si llegar les cost¨® casi una hora de buceo, regresar les llev¨® 100 minutos. Esta vez el guardia iba delante, Xisco en medio e Hilari cerrando la fila.
El agua se hab¨ªa enturbiado al removerla y la visibilidad era nula. Avanzaban a tientas, palp¨¢ndose unos a otros para confirmar su presencia. El momento m¨¢s dram¨¢tico se produjo cuando se extraviaron. Tomaron la ruta equivocada en uno de los cruces y, cuando se percataron, tuvieron que darse la vuelta. ¡°En ese momento, no se puede poner uno a discutir con el compa?ero ni perder los nervios¡±, advierte Hilari. Debes confiar ciegamente en ¨¦l. ¡°He hecho exploraciones muy complicadas, pero ninguna como esa. Saber que una vida depende de ti te lleva a arriesgar la tuya¡±.
El Ministerio del Interior concedi¨® la Cruz de la Orden del M¨¦rito de la Guardia Civil con distintivo rojo al agente y blanco al electricista. Para justificar esta diferencia, aleg¨® que el primero dirigi¨® la operaci¨®n de rescate, mientras que el segundo se limit¨® a colaborar con ¨¦l.
Cuando Hilari acudi¨® al abogado Antonio Su¨¢rez-Vald¨¦s, para pleitear por el distintivo rojo, este le advirti¨® de que no conoc¨ªa ning¨²n precedente de que se hubiera ganado un recurso similar.
La Audiencia Nacional, sin embargo, le ha dado la raz¨®n. Reconoce que la concesi¨®n de recompensas es una potestad discrecional de la Administraci¨®n, pero alega que no puede ser arbitraria y no encuentra ning¨²n motivo por el que Hilari deba ser tratado peor que su compa?ero guardia civil.
Tan novedosa es la decisi¨®n que no se sabe qu¨¦ pensi¨®n le corresponde por su distintivo rojo. La ley dice que es el 15% de su sueldo como guardia civil. Pero Hilari no lo es, aunque no por falta de m¨¦ritos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.