El exilio espa?ol se apunta una victoria: la exhumaci¨®n de Franco

Los d¨ªas se?alados entre los exiliados del franquismo casi siempre tienen sabor agridulce. La exhumaci¨®n del dictador, por ejemplo: les da contento a los que viven y l¨¢grimas por los que no pudieron verlo. Pareciera, adem¨¢s, que todo lo relacionado con el s¨¢trapa espa?ol se retrasa para los que fueron sus v¨ªctimas; se demor¨® su muerte y se ha hecho eterno el cobijo que le ha proporcionado el gran mausoleo en el Valle de los Ca¨ªdos. As¨ª lo sienten los republicanos en M¨¦xico, que este jueves celebraron ¡°una gran victoria despu¨¦s de tantas derrotas¡±. Con el vino espumoso del pa¨ªs que los acogi¨® brindaron los refugiados de L¨¢zaro C¨¢rdenas, el presidente mexicano que siempre mencionan porque abri¨® las puertas del pa¨ªs a miles de refugiados tras la guerra.

¡°Nunca es tarde si la dicha es buena¡±. Fernando Rodr¨ªguez Miaja, sobrino del general republicano del mismo apellido no entra en muchos m¨¢s detalles sobre la ceremonia, que ¡°esperaba un poco m¨¢s parca¡±.? Se alegra de que por fin se haya hecho ¡°justicia a las v¨ªctimas de la dictadura¡± y a sus 102 a?os derrama su lucidez pol¨ªtica e informada a cualquiera que le pregunte: "?Qu¨¦ hacer con el Valle de los Ca¨ªdos? Pues mi duda es terrible. Yo lo volar¨ªa, pero con ese suelo de granito...¡±, se r¨ªe con la copa en la mano. ¡°Desde luego habr¨ªa que quitarle ese car¨¢cter sagrado. Eso lo hizo Franco para Franco, y ya no est¨¢, pues se acab¨®¡±. Pero no ve una salida f¨¢cil que concilie los deseos de los miles de familias que tienen enterrados en Cuelgamuros: ¡°Ya sabe, dos espa?oles, dos opiniones¡±.

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Los exiliados, sus hijos y sus nietos han vivido al detalle estos meses en que se hablaba de sacar al dictador de su descanso de m¨¢rmol. Y no ve¨ªan el final. ¡°Yo ya ni hac¨ªa caso de las noticias, el d¨ªa que dijeron que ser¨ªa el jueves a las 10 ya no pod¨ªa creerlo¡±, asegura el presidente del Ateneo Espa?ol en M¨¦xico, Ernesto Casanova Caloto, nieto de refugiados por parte de madre y de padre. En los archivos del Ateneo, se?ala el gran libro donde se recogen las vicisitudes de aquellos viajes en los barcos del hacinamiento y la esperanza, de nuevo las dos caras del exilio. En una de sus p¨¢ginas, detiene el dedo sobre el nombre de su ¡°abuelito¡±, el que daba charlas en el Ateneo cuando ¨¦l era un escolar. Y qu¨¦ orgullo le produc¨ªa aquello. En ese enorme volumen est¨¢n las huellas del desarraigo que padecieron miles de espa?oles por obra y gracia de Franco.

Los padres de A¨ªda P¨¦rez Flores-Vald¨¦s llegaron con su ni?a de tres a?os a bordo del Nyassa y criaron en M¨¦xico a una arquitecta que hoy est¨¢ jubilada y luce el pu?o y la rosa en el ojal. No es cualquier insignia para ella, porque esta se la regal¨® el presidente espa?ol ahora en funciones, Pedro S¨¢nchez, cuando viaj¨® a M¨¦xico. En este pa¨ªs hubo trabajo para los refugiados, pero el padre de A¨ªda tuvo que cambiar de oficio cuando lleg¨®: ¡°Era telegrafista, y eso solo lo pod¨ªan desempe?ar los mexicanos, as¨ª que se coloc¨® en la cervecer¨ªa Modelo¡±. Para esta mujer de 80 a?os, este jueves ¡°Espa?a empez¨® a ser una democracia moderna¡±. Feliz por ello, r¨¢pido aparece la cara agria: ¡°Mis padres no han podido verlo¡±.

Todo llega tarde para las v¨ªctimas. ¡°?Para qu¨¦ nos vamos a ir tan lejos si esto de Franco acabar¨¢ pronto?¡±, se dijeron en el campo de concentraci¨®n franc¨¦s, al acabar la guerra, los padres de A¨ªda. La muerte de un t¨ªo suyo a manos de los nazis precipit¨® el viaje a M¨¦xico. Y nunca m¨¢s regresaron porque murieron antes que el dictador.

¡°Los republicanos han tenido muchas derrotas¡±, enumera Casanova Caloto. ¡°Primero fue la guerra, luego la Segunda Guerra Mundial, tras ganar los aliados, que les renov¨® la ilusi¨®n de derrocar al dictador. Y, por ¨²ltimo, la democracia, en la que depositaron la esperanza de tener un partido republicano que nunca hubo. Se les quitaron las ganas de regresar¡±.

Por eso, en d¨ªas como este 24 de octubre de 2019, se beben un traguito de champ¨¢n con sabor a victoria. Y nunca dejan de pensar en c¨®mo mejorar Espa?a. ¡°Yo creo que el Valle debe ser un centro de memoria y homenaje, tambi¨¦n para los que lo construyeron. En ese caso, Primo de Rivera no puede estar, al menos no en esa posici¨®n de privilegio¡±, reflexiona A¨ªda P¨¦rez Flores-Vald¨¦s.? Despu¨¦s, con una sonrisa socarrona, disimula otra victoria: ¡°F¨ªjese que yo cre¨ª que iba a haber m¨¢s gente acompa?ando a la familia¡±.

Fernando Rodr¨ªguez Miaja, el actual decano del exilio mexicano, lleva tantas entrevistas como a?os tiene. Se debe a su memoria prodigiosa, su lucidez y su sentido del humor. ¡°Me entrevistan mucho, es verdad, parece que me ando exhibiendo y vendiendo por ah¨ª, pero no es cierto¡±, dice sonriendo. Y se inclina con el aud¨ªfono para escuchar la siguiente pregunta: ¡°Lo que falta en Espa?a ahora que Franco no est¨¢ en el mausoleo es aplicar por completo la ley de memoria hist¨®rica, quitar de las calles los nombres franquistas, de asesinos y el bronce de las estatuas que lo fundan, porque si no lo acabar¨¢n poniendo otra vez¡±. ?Y con Primo de Rivera? ¡°Que se lo entreguen a su familia, yo qu¨¦ s¨¦, que hagan lo que quieran¡±. La elegante raya diplom¨¢tica de su traje oscuro viste hoy a un hombre que se ha levantado destr¨®yer.

Con un lagrimeo que se resiste a aparecer en un d¨ªa de festejo, la vicepresidenta del Ateneo, Josefina Tom¨¦, muestra de nuevo las dos caras del exilio: "Cuando termin¨® todo en la tele, ten¨ªa una alegr¨ªa inmensa y una gran tristeza, porque mis padres no lo vieron". Sus padres tambi¨¦n llegaron a M¨¦xico en barco, en el Ipanema.