El joven que susurraba a los brigadistas
Un documental rememora los ¨²ltimos d¨ªas de la Guerra Civil a trav¨¦s del testimonio de Patricio de Azc¨¢rate, int¨¦rprete de las Brigadas Internacionales
Patricio de Azc¨¢rate descubri¨® Espa?a durante la Guerra Civil. Hasta entonces, el pa¨ªs simbolizaba los veranos de la infancia en la casa solariega de Le¨®n y un pu?ado de recuerdos familiares. El golpe militar le sorprendi¨® en Ginebra, donde su padre era secretario de la Sociedad de Naciones. Meses m¨¢s tarde, el gobierno republicano presidido por Juan Negr¨ªn le nombr¨® embajador en el Reino Unido, una plaza estrat¨¦gica que hab¨ªa quedado vacante cuando Julio L¨®pez Oliv¨¢n renunci¨® a su cargo y se uni¨® a los sublevados. Patricio volvi¨® a Londres, donde naci¨® en 1920. Sin embargo, su cabeza estaba en el frente espa?ol, donde ya luchaba su hermano mayor, dirigente de las Juventudes Socialistas Unificadas. Una vez concluidos sus estudios de bachillerato tom¨® un tren hasta Barcelona y se incorpor¨® como voluntario al Ej¨¦rcito Popular de la Rep¨²blica.
¡°No me recibieron con mucho entusiasmo. Era el hermanito y no hab¨ªa cumplido a¨²n los 18 a?os. Fuimos a ver a Santiago Carrillo al hotel Col¨®n y me pregunt¨® qu¨¦ sab¨ªa hacer. Yo no ten¨ªa formaci¨®n militar. No hab¨ªa visto un fusil en mi vida. Ni siquiera hab¨ªa o¨ªdo un tiro, pero hablaba cuatro idiomas¡±, reconoce Azc¨¢rate. Tres d¨ªas despu¨¦s de aquel encuentro, Carrillo le encomend¨® la misi¨®n de servir como secretario personal del Jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito. Aquella aventura le convirti¨® en testigo de excepci¨®n de su ¨¦poca y ahora, en el hilo conductor del documental La amarga derrota de la Rep¨²blica. La pel¨ªcula, que se estrena este martes en el Festival de Cine y Televisi¨®n Reino de Le¨®n, rememora la ofensiva republicana en la batalla del Ebro y los ¨²ltimos d¨ªas de la contienda.
No ten¨ªa formaci¨®n militar. No hab¨ªa visto un fusil en mi vida. Ni siquiera hab¨ªa o¨ªdo un tiro, pero hablaba cuatro idiomas"
Azc¨¢rate muri¨® en junio de 2018. Su amigo F¨¦lix Vidal y la periodista Rosa Brines le entrevistaron meses antes y la fuerza de sus testimonios les anim¨® a realizar el montaje. Ahora les gustar¨ªa que el documental pudiese verse en los colegios. Las aportaciones de Azc¨¢rate contextualizan la contienda en la Europa de entreguerras y, seg¨²n Brines, permite superar ¡°ese concepto reduccionista de que fue un conflicto interno¡±. Espa?a entonces era un tablero de ajedrez donde confluyeron todos los problemas internacionales. El preludio de la Segunda Guerra Mundial. ¡°Por eso cada vez son m¨¢s los autores que se plantean denominarla como Guerra de Espa?a¡±, indica la periodista. En su opini¨®n, la Rep¨²blica sufri¨® el olvido de la Sociedad de Naciones y de las potencias occidentales, por lo que ¡°el deber de memoria de Espa?a es parte ineludible del deber de memoria de Europa. Existe una responsabilidad colectiva¡±.
Defender la democracia
La internacionalizaci¨®n del conflicto dio lugar a un importante movimiento de solidaridad, las Brigadas Internacionales, unas unidades militares compuestas por voluntarios extranjeros de 54 pa¨ªses. La mayor¨ªa no ten¨ªa ning¨²n tipo de formaci¨®n militar. Los expertos calculan que unos 60.000 j¨®venes de todo el mundo se enrolaron en ellas para defender la democracia. M¨¢s de 15.000 se dejaron la vida en el intento. Azc¨¢rate fue su int¨¦rprete. ¡°Una noche estuve hablando con un chico ingl¨¦s y me impresion¨® mucho. Ten¨ªa mi edad, pertenec¨ªa a una familia humilde de Londres y se hab¨ªa escapado de casa para luchar en Espa?a. Me entreg¨® una carta para su familia, pero nunca la encontr¨¦¡±, rememora en el documental. Los brigadistas vinieron a auxiliar a la Rep¨²blica ante la inhibici¨®n de las democracias occidentales. Franco, en cambio, cont¨® con la determinante ayuda de la Italia fascista y la Alemania nazi.
El desequilibrio de fuerzas no impidi¨® a los republicanos resistir hasta la extenuaci¨®n, hasta la batalla del Ebro, que decidi¨® el destino de millones de personas. A pesar del ¨¦xito inicial, la ofensiva que lanzaron durante la calurosa noche del 25 de julio de 1938 no tuvo el efecto deseado: tomar el municipio de Gandesa para unir Catalu?a y Valencia. Azc¨¢rate apunta que el objetivo real era ganar tiempo para que la situaci¨®n internacional diera un vuelco. ¡°Franco encontr¨® siempre un culpable: los comunistas. Y a Negr¨ªn como juguete de los comunistas. Sin embargo, fue el hombre que m¨¢s contribuy¨® a que la Rep¨²blica sostuviera la guerra para enlazarla con un conflicto europeo que todos consideraban ya inevitable. Cuando se demostr¨® imposible, tras los acuerdos de M¨²nich, trat¨® de evitar que los cuadros pol¨ªticos, militares, sindicales y organizativos de la Rep¨²blica cayeran en manos de la represi¨®n franquista. Hasta en eso fracas¨® por culpa de la traici¨®n de Casado¡±, explica en el v¨ªdeo el historiador ?ngel Vi?as.
¡°Hab¨ªa una gran ruptura. Negr¨ªn no era comunista, pero tampoco era antisovi¨¦tico, porque comprend¨ªa que, sin su ayuda, la Rep¨²blica no ten¨ªa ninguna posibilidad¡±, explica Azc¨¢rate en los 32 minutos que dura la pel¨ªcula. Perdida toda esperanza, al Gobierno republicano no le qued¨® m¨¢s salida que el exilio. El joven int¨¦rprete volvi¨® a Londres, estudi¨® Ingenier¨ªa electr¨®nica y, tras un periplo por Europa, regres¨® a Espa?a en 1960. ¡°Comenz¨® a trabajar, pero tuvo problemas por su pasado rojo¡±, reconoce Luis de Azc¨¢rate. En su opini¨®n, su padre nunca tuvo ambici¨®n, por eso jam¨¢s se dedic¨® a la pol¨ªtica activa. A ¨¦l le gustaba pasar desapercibido, algo que no consigui¨® en febrero de 2017, en el homenaje que le brindaron por el 80 aniversario de la batalla del Jarama. Los descendientes de los brigadistas le abrazaban y le besaban. ¡°Estaban muy emocionados. Donde ha habido dolor hay emoci¨®n¡±, sentencia Luis.
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