¡°Que el taxi quiera que se cumplan las leyes no lo convierte en inmovilista¡±

No deja de ser ir¨®nico que en el edificio madrile?o en el que habit¨® hasta su muerte el c¨¦lebre escritor P¨ªo Baroja, precursor de la literatura de viajes moderna, se encuentre la sede de una de las principales empresas de movilidad que operan en Espa?a. Nueve a?os despu¨¦s de su fundaci¨®n, la aplicaci¨®n de Mytaxi funciona en Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla y est¨¢ en el bolsillo de 8.000 de los cerca de 65.000 taxistas que trabajan en el pa¨ªs.

Pablo S¨¢nchez, director general de la compa?¨ªa a nivel nacional, est¨¢ convencido del enorme valor a?adido que aporta el an¨¢lisis de datos al servicio que prestan como intermediarios entre conductores y pasajeros. ¡°Nos ayuda a hacer los trayectos m¨¢s eficientes y a desarrollar propuestas con las administraciones para construir ciudades m¨¢s sostenibles¡±. Hablamos con ¨¦l sobre la situaci¨®n que atraviesa el sector, la competencia de las VTC y las iniciativas que est¨¢ llevando a cabo su empresa.

P. Existe cierta percepci¨®n social del taxi como un sector inmovilista. ?Est¨¢n los taxistas listos para hacer frente al reto que plantean las nuevas plataformas digitales?

R. El sector del taxi no es inmovilista: est¨¢ fragmentado. En Espa?a se compone de miles de micropymes. Cada taxista es una micropyme en s¨ª mismo que, por lo general, tiene ganas de innovar y adoptar nuevas tecnolog¨ªas. Al estar tan fragmentado, no cuentan con todas las herramientas de las que dispone una gran corporaci¨®n para mostrar toda esta innovaci¨®n. Hay muchos que ofrecen wifi, otros h¨ªbridos que apuestan por la sostenibilidad de las ciudades e incluso taxis Tesla. No debemos mezclar conceptos: es absurdo llamar inmovilista a un sector que pretende que se cumplan las reglas que establece la Administraci¨®n; esta reivindicaci¨®n no est¨¢ re?ida con la innovaci¨®n.

P. Al margen de su capacidad para innovar, est¨¢ claro que hay un problema con la regulaci¨®n.

R. El sector necesita introducir cambios. Nosotros lanzamos un estudio sobre movilidad el pasado diciembre en el que propusimos un modelo m¨¢s flexible para el que son necesarios cambios, pero con cabeza. Uno de ellos es permitir que el sector del taxi compita en igualdad de condiciones con las VTC, porque ahora mismo no es una lucha justa. El primero est¨¢ obligado a realizar una serie de descansos por ley, que garantizan la seguridad de pasajero y taxista. Frente a esto, tenemos un servicio 24 horas sin control sobre los descansos del conductor. Una de nuestras propuestas es que, gracias a la informaci¨®n de la que disponemos,?se puedan flexibilizar y controlar esos descansos, pero que permitan al profesional adaptarse y dar servicio si hay un concierto en la ciudad. De esta manera, el servicio sigue siendo el mismo, pero con la seguridad necesaria.

P. ?Se est¨¢ legislando a la velocidad que requiere el sector?

R. Se est¨¢ legislando lo m¨¢s r¨¢pido que se puede. Hemos visto c¨®mo en los ¨²ltimos meses se han tomado grandes decisiones en muy poco tiempo. La legislaci¨®n, por naturaleza, requiere an¨¢lisis y tiempo. Es imprescindible que la configuraci¨®n del modelo cuente con la participaci¨®n de todos los actores: taxis, pasajeros, Administraci¨®n y plataformas digitales. Los modelos de desregularizaci¨®n total por los que se ha optado en algunos mercados han demostrado ser ineficientes y planteaban un problema a largo plazo.

Ahora mismo, la lucha del taxi contra las VTC no es una lucha justa

P. ?Qu¨¦ necesita el taxi para adquirir una fuerte ventaja competitiva frente a Uber y Cabify?

R. El taxi ya tiene esta ventaja. Por un lado, en la calidad del servicio: el taxista es un profesional que tiene un gran conocimiento de la ciudad, conoce las mejores rutas y puede recomendar al cliente todo tipo de cosas. Por otro lado, en el precio. Tener un precio regulado como servicio p¨²blico garantiza al usuario que est¨¢ revisado por la Administraci¨®n. La alternativa son soluciones bajo demanda que, si bien es cierto que en ciertos momentos son m¨¢s baratas que el taxi, en otros momentos puedes encontrarte que un viaje desde el centro de la ciudad al aeropuerto roza los 500 euros. El taxi no juega con la demanda para sacar el m¨¢ximo; ofrece a los pasajeros una garant¨ªa de servicio, continuidad y seriedad a un precio justo.

P. Su empresa est¨¢ estudiando la viabilidad de introducir tarifas cerradas flexibles dentro de unas horquillas determinadas por la Administraci¨®n. ?En qu¨¦ estado se encuentra esta iniciativa?

R. Est¨¢ entre los planes que se est¨¢n discutiendo con las Administraciones en cada ciudad. En el caso de Madrid ya hay tarifas cerradas al aeropuerto y estamos viendo si podr¨ªan ser a un precio m¨¢s reducido durante ciertas franjas horarias para favorecer que otro tipo de p¨²blico lo pueda usar. En otras ciudades, como Barcelona, no existen estas tarifas y estamos trabajando para poder dar ese primer paso.

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P. En Varsovia y Hamburgo ofrecen a sus usuarios la posibilidad del taxi compartido y este a?o quieren empezar a prestar este servicio en Espa?a. ?Nos queda mucho para verlo?

R. Estamos trabajando con Madrid y Barcelona en la adaptaci¨®n a esa normativa, pero no podemos olvidar que el taxi compartido es algo que lleva ocurriendo toda la vida: salir con amigos y pagar a medias. Con la tecnolog¨ªa buscamos expandir esto para maximizar los trayectos, porque creemos que iniciativas como estas pueden abrir el taxi a otros segmentos.

P. Tarifas cerradas, trayectos compartidos... ?Es Uber su modelo a seguir?

R. Radicalmente no. Seguimos el modelo de lo que demanda el mercado. Nos adaptamos a diferentes normativas y buscamos flexibilidad promoviendo iniciativas que permitan abrir el servicio del taxi en las ciudades a nuevos p¨²blicos.

P. ?Qu¨¦ futuro legal le augura a este tipo de plataformas en Espa?a?

R. El futuro de Uber est¨¢ en manos de las administraciones. Nosotros hemos buscado cumplir escrupulosamente la ley, aunque a veces esto suponga un crecimiento m¨¢s lento de nuestro negocio. Creemos en la propia naturaleza del sector y en su forma de dar servicio a los pasajeros. Los pasos hay que darlos con la Administraci¨®n y el resto de actores implicados. No es cuesti¨®n de hablar y pedir para hacer lo que queramos, es cuesti¨®n de ir trabajando de la mano hacia ciudades eficientes, ecol¨®gicas e inteligentes.

P. ?Se escucha del mismo modo la voz de los taxistas que la de plataformas como la suya?

R. No son voces distintas. Nosotros hacemos de intermediarios entre el taxista y la Administraci¨®n y ayudamos a ambas partes a entenderse.

P. Mytaxi es una empresa privada que cobra una comisi¨®n al taxista por cada viaje: las voces son distintas. ?Se escucha al gremio del taxi al margen de plataformas digitales?

R. Se le escucha. Seg¨²n a qui¨¦n preguntes, puede ser suficiente o no. Pero lo bueno es que estamos en esos momentos de entablar una conversaci¨®n que beneficie a todas las partes. Y nosotros creemos que en el punto medio est¨¢ la raz¨®n.

P. Con la fusi¨®n con Hailo, Mytaxi gan¨® cuota de mercado. ?Se han planteado subir la comisi¨®n?

R. Siempre que hemos planteado un cambio en nuestro funcionamiento, hemos preguntado antes a nuestros clientes para ver c¨®mo les encaja. En este caso, despu¨¦s de hablar con ellos, decidimos mantener el mismo modelo que ten¨ªamos.

P. El sistema de puntuaci¨®n de plataformas digitales en servicios de movilidad presenta similitudes con el pol¨¦mico sistema de cr¨¦dito social chino. ?Perjudica este modelo a los taxistas?

R. Nuestro sistema de rating est¨¢ destinado a que el pasajero nos ayude a fijar un criterio de calidad. Su percepci¨®n cambia seg¨²n muchos factores y este modelo nos permite adaptarnos y dar un feedback al taxista para que cambie su comportamiento y sus h¨¢bitos si no est¨¢ teniendo buena respuesta de sus clientes. Pero esto no implica que haya que penalizar: esta herramienta sirve para que aprenda y ofrezca un mejor servicio. Cuando un taxista baja de un determinado par¨¢metro, le llamamos, compartimos con ¨¦l la informaci¨®n, la analizamos juntos y vemos qu¨¦ se puede mejorar. Muchos son receptivos y siguen con nosotros. Los pocos que no quieren entienden el problema, suelen tomar la decisi¨®n de dejarnos.