?vulos que se agotan y declive del esperma: todo lo que ignoramos sobre fertilidad hasta el momento de querer hijos
Muchas parejas se enfrentan por primera vez a las limitaciones que impone la biolog¨ªa a la maternidad cuando buscan el embarazo en edades avanzadas
Desde hace milenios, la posibilidad de tener hijos ha sido un anhelo y un problema que depende de la oportunidad. Hasta hace pocas d¨¦cadas no se ten¨ªan m¨¦todos eficaces para controlar los tiempos de uno de los fen¨®menos m¨¢s fascinantes de la vida. Y aun as¨ª, parece que a¨²n no controlamos del todo la capacidad de tener hijos. La catedral de Mil¨¢n est¨¢ dedicada al nacimiento de la virgen Mar¨ªa, la madre por antonomasia para los cristianos. Una madre que, adem¨¢s, concibi¨® tras una fecundaci¨®n diferente a todas las anteriores. En esa ciudad con ese templo dedicado a la maternidad se han reunido esta semana muchos expertos internacionales en reproducci¨®n humana, en el Congreso Anual de la Sociedad Europea de Reproducci¨®n Humana y Embriolog¨ªa, el primero presencial despu¨¦s de la pandemia.
En Espa?a ya son m¨¢s del 9% los beb¨¦s nacidos a partir de tratamientos de reproducci¨®n asistida
Juan Antonio Garc¨ªa Velasco, director cient¨ªfico de IVIRMA, la mayor corporaci¨®n del mundo dedicada a la reproducci¨®n humana, cuenta que se ha avanzado much¨ªsimo desde que en 1978 naci¨® Louise Brown, la primera persona concebida por reproducci¨®n asistida. ¡°Hace a?os se ve¨ªan m¨¢s problemas de hiperestimulaci¨®n ovarica [un tratamiento con hormonas para estimular la ovulaci¨®n], porque las dosis de hormonas eran muy superiores y todas las semanas ten¨ªamos alg¨²n ingreso por esos efectos. Ahora eso est¨¢ mucho m¨¢s medido y pr¨¢cticamente no sucede¡±, apunta Garc¨ªa Velasco. La selecci¨®n de embriones, para no tener que implantar varios y evitar los embarazos m¨²ltiples, m¨¢s frecuentes en el pasado, es otro de los procesos que han mejorado.
Sentado en la misma mesa en el palacio de congresos de Mil¨¢n, Nicol¨¢s Garrido, director de la Fundaci¨®n IVI, recuerda que la infertilidad, como muchos otros problemas m¨¦dicos, tiene infinidad de facetas. ¡°Todo nuestro campo se dedica a resolver esos cientos de problemas para que nuestros pacientes puedan tener hijos y que sean gen¨¦ticamente suyos¡±, explica. ¡°En los ¨²ltimos 20 a?os, se ha mejorado una barbaridad, pero no lo resolvemos todo bien y a la primera, y tenemos mucho por mejorar¡±, a?ade.
?vulos que se agotan
En esos a?os, tambi¨¦n han cambiado los problemas que deben resolver los expertos en fertilidad. El retraso de la edad a la que se tiene el primer hijo en los pa¨ªses desarrollados hace que el principal problema que se debe resolver es el descenso de la fertilidad propio de la edad. ¡°Las mujeres nacen con una cantidad de ¨®vulos que se agota, y a partir de los 35 a?os las dificultades para concebir se incrementan¡±, apunta Garrido. ¡°Esto no sucede con los hombres, que cada 90 d¨ªas aproximadamente renuevan sus espermatozoides y pueden ser f¨¦rtiles pr¨¢cticamente hasta el final de sus d¨ªas¡±, contin¨²a.
Pero adem¨¢s de las soluciones tecnol¨®gicas y las obvias cuestiones sociales en torno al problema, existe tambi¨¦n un problema de conocimiento p¨²blico sobre la reproducci¨®n humana. Garc¨ªa Velasco afirma que a las mujeres, en las revisiones ginecol¨®gicas, ¡°no se les pregunta si en alg¨²n momento van a tener hijos¡±. Eso hace, que para muchas, su primer contacto con las limitaciones de la reproducci¨®n femenina lleguen cuando se est¨¢n quedando sin tiempo.
Ana (nombre ficticio) se?ala que la primera vez que se preocup¨® por el estado de sus ovarios fue ya con 35 a?os, cuando deseaba quedarse embarazada y no lo consegu¨ªa. La prueba de la hormona antimulleriana, que permite estimar la reserva ov¨¢rica, suger¨ªa que ten¨ªa ovario poliqu¨ªstico. Este concepto y muchos otros, que iban a condicionar si pod¨ªa cumplir su deseo de tener un hijo, le hab¨ªan sido ajenos durante toda su vida anterior y su ginec¨®logo, m¨¢s centrado en vigilar enfermedades, nunca le pregunt¨® si esa informaci¨®n le pod¨ªa interesar.
Muchas parejas, cuando ven que el embarazo no llega, no tienen tiempo para esperar a someterse a un tratamiento en un hospital p¨²blico y deben acudir con prisa a las opciones privadas. ¡°No sabemos un mont¨®n de cosas sobre lo que hace falta para tener hijos¡±, resume Ana. Seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica, en Espa?a ya son m¨¢s del 9% los beb¨¦s nacidos a partir de tratamientos de reproducci¨®n asistida. Una estad¨ªstica m¨¢s dentro de las muchas que se emplean en la reproducci¨®n asistida para gestionar las expectativas en un terreno tan emocional como es el de la procreaci¨®n para las personas que temen que quiz¨¢ no llegue nunca.
Se est¨¢ trabajando en el uso de inteligencia artificial para mejorar la selecci¨®n de embriones
Inteligencia artificial
En Mil¨¢n se presentaron novedades, en muchos casos peque?os pasos, para ir mejorando esas estad¨ªsticas, que pueden variar mucho dependiendo de cada paciente. Despu¨¦s de conseguir un embri¨®n a partir de la uni¨®n del espermatozoide y el ¨®vulo, es necesario seleccionar cu¨¢l tendr¨¢ posibilidades de implantarse y desarrollarse hasta salir al mundo como un beb¨¦ sano. En ese trabajo, en buena medida artesanal y dependiente del ojo entrenado del experto, se est¨¢ incorporando, como en otros campos de la medicina, la inteligencia artificial.
Dean Morbeck, director cient¨ªfico de la cl¨ªnica estadounidense Kindbody, se?al¨® algunas de las ventajas del uso de esta tecnolog¨ªa para seleccionar los mejores embriones para congelar con vistas a una futura implantaci¨®n. Las m¨¢quinas dan resultados m¨¢s consistentes que los humanos, propensos a variar de criterio, y aligeran en parte el trabajo de los m¨¦dicos. Por el momento, este m¨¦todo de apoyo se emplea sobre todo en su faceta de aprendizaje dirigido, en el que se acumulan muchas im¨¢genes con una serie de criterios planteados por los m¨¦dicos a partir de su experiencia. M¨¢s all¨¢, est¨¢ lo que se conoce como deep learning, que permite a la m¨¢quina aprender y aplicar sus propios criterios. Esa tecnolog¨ªa, aplicada, por ejemplo, al diagn¨®stico por imagen de c¨¢ncer, ha logrado mejores resultados que los humanos.
Pero a¨²n hay dudas. ¡°No podemos dejar esa decisi¨®n solo a la m¨¢quina, porque no sabemos exactamente c¨®mo est¨¢ eligiendo el mejor embri¨®n¡±, dijo. Ese problema, com¨²n a muchos ¨¢mbitos de la inteligencia artificial, plantea el riesgo de que, aunque la m¨¢quina acierte casi siempre haciendo cosas inalcanzables para los humanos, exista el riesgo de un peque?o porcentaje de error que tampoco ser¨¢ detectable para el experto. Esas zonas oscuras a¨²n no parecen aceptables para los expertos en reproducci¨®n humana.
Comprender la infertilidad masculina
Junto a la inteligencia artificial, otra de la ¨¢reas en las que se realizaron presentaciones en Mil¨¢n y donde hay un gran espacio para la mejora, es en la comprensi¨®n de la infertilidad masculina. ¡°Nosotros hemos sido los hermanos pobres en el tema de la fertilidad¡±, dice Garrido. Y sin embargo, se calcula que un 40% de los problemas de infertilidad en la pareja proceden de la parte masculina, mucho menos conocida y con menos tratamientos disponibles para mejorar las opciones.
El investigador canadiense Chris de Jonge, uno de los fundadores de la Iniciativa de Salud para la Reproducci¨®n Masculina, incidi¨® en ¡°el creciente problema de infertilidad masculina¡±, que se encuentra detr¨¢s ¡°de la creciente necesidad de tratamientos de reproducci¨®n asistida¡±. Por un lado, seg¨²n explic¨® De Jonge, la investigaci¨®n en fertilidad se ha centrado en las mujeres, pero adem¨¢s, como sucede en otros ¨¢mbitos de la salud, ¡°los hombres no suelen buscar tratamiento m¨¦dico hasta que hay un problema importante¡±. Adem¨¢s, aunque por una investigaci¨®n insuficiente ha costado alcanzar un consenso, se observa desde hace a?os un descenso continuado de la calidad del esperma, en particular en los pa¨ªses industrializados.
El declive de la calidad del esperma, en particular en los pa¨ªses industrializados, se debe tener en cuenta
Pese a la identificaci¨®n del problema, a¨²n son escasas las herramientas para diagnosticar la fertilidad masculina, un paso para evaluar con precisi¨®n su peso en los problemas de fertilidad en general y para empezar a buscar formas de resolverlos. Alberto Pacheco, del IVI, present¨® una de las novedades en este ¨¢mbito. Hasta ahora, la forma habitual para valorar la fertilidad del var¨®n es el seminograma, un an¨¢lisis de la cantidad del esperma y su movilidad. Adem¨¢s, se est¨¢ empezando a tener en cuenta aspectos como la fragmentaci¨®n del ADN, pero en la eyaculaci¨®n hay mucho m¨¢s que espermatozoides.
Pacheco ha analizado la informaci¨®n que contiene el semen. ¡°En la naturaleza, no hay nada que se produzca que es superfluo, y partimos de la idea de que tiene que desempe?ar un papel en la fecundaci¨®n¡±, apunta Pacheco. El investigador ha estudiado las ves¨ªculas extracelulares del plasma seminal, un sistema de informaci¨®n con el que las c¨¦lulas se comunican entre ellas. En este caso, las mol¨¦culas presentes en estas ves¨ªculas son muy diferentes en los hombres f¨¦rtiles y en los que no lo son y, aunque a¨²n se debe avanzar en la investigaci¨®n, creen que desempe?an un papel en aspectos como la modulaci¨®n del sistema materno, importante para que no reconozca el esperma como un cuerpo extra?o y lo rechace.
Albert Salas Huetos, investigador de la Universidad de Girona especializado en infertilidad masculina, tambi¨¦n abund¨® en la necesidad de mejorar el diagn¨®stico y ya ha propuesto algunos m¨¦todos sencillos para mejorar la fertilidad. Como los espermatozoides se renuevan en tres meses, es posible tomar algunas medidas para mejorar su calidad. ¡°Sabemos que depende mucho de la temperatura, tienen que estar a unos 35 grados, as¨ª que una ropa ajustada que pueda elevar esa temperatura puede ser negativa¡±, apunta. ¡°Y tambi¨¦n tiene mucha importancia el estilo de vida, sobre todo la alimentaci¨®n¡±, a?ade el investigador, que ha realizado trabajos en este ¨¢mbito (referencia). ¡°Comer frutos secos es algo que mejora la fertilidad¡±, asegura. Tambi¨¦n cree que el declive de la calidad del esperma, en particular en los pa¨ªses industrializados, es algo que se debe tener en cuenta. ¡°El estilo de vida y la exposici¨®n a la contaminaci¨®n son aspectos que pueden estar detr¨¢s, aunque es dif¨ªcil realizar estudios que identifiquen a los culpables concretos de esta crisis¡±, se?ala.
En 1975, la edad a la que las mujeres ten¨ªan su primer hijo era de 25 a?os, y en 2020 alcanz¨® los 31. La tendencia es clara y los problemas de fertilidad se incrementar¨¢n si se confirma. Adem¨¢s de confiar en los progresos de la tecnolog¨ªa, es importante que la sociedad sepa lo que dice la ciencia sobre lo que es necesario para tener un hijo.
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