Una nueva t¨¦cnica descubre que las botellas de pl¨¢stico contienen miles de nanopart¨ªculas capaces de infiltrarse en las c¨¦lulas
Este sistema permite detectar fragmentos individuales m¨¢s peque?os que los micropl¨¢sticos y con efectos desconocidos sobre la salud
En los ¨²ltimos a?os, numerosos estudios han encontrado restos de pl¨¢sticos en los lugares m¨¢s remotos del mundo, incluidos ambos c¨ªrculos polares. La preocupaci¨®n por este tipo de contaminaci¨®n ha llevado a prohibir los cubiertos de pl¨¢stico o la purpurina. De este material no solo contaminan los objetos completos, que tardan siglos en degradarse, sino tambi¨¦n las part¨ªculas de menor tama?o que se van desprendiendo de ¨¦l. Los micropl¨¢sticos, fragmentos que van desde los cinco mil¨ªmetros hasta otros de una millon¨¦sima de metro, 50 veces m¨¢s finas que un cabello humano, han centrado la atenci¨®n hasta ahora, pero se sabe que el pl¨¢stico se puede seguir dividiendo en fracciones a¨²n menores, casi hasta el infinito.
Los nanopl¨¢sticos, de hasta una milmillon¨¦sima de metro, son tan peque?os que pueden atravesar todos los tejidos humanos, viajar por el torrente sangu¨ªneo y llegar al cerebro o a la placenta de las embarazadas. Aunque existe preocupaci¨®n por sus efectos en la salud, los estudios est¨¢n en fases iniciales e incluso el conocimiento sobre su presencia es limitado. Esta semana, investigadores de la Universidad de Columbia publican en la revista PNAS un an¨¢lisis en el que estudiaron si hab¨ªa nanopl¨¢sticos en el agua embotellada, de qu¨¦ tipo y en qu¨¦ cantidades. Empleando una t¨¦cnica llamada microscop¨ªa de dispersi¨®n estimulada Raman, uno de cuyos inventores es Wei Min, coautor del estudio, detectaron que, de media, en cada litro se pod¨ªa encontrar alrededor de un cuarto de mill¨®n de estos trocitos de pl¨¢stico.
Uno de los componentes m¨¢s frecuentes encontrados entre estos nanopl¨¢sticos fue el PET (tereftalato de polietileno), el material del que suelen estar hechas las botellas de pl¨¢stico. Seg¨²n los responsables del estudio, estas part¨ªculas se pueden desprender cuando las botellas se calientan, cuando se estrujan o al abrir y cerrar el tap¨®n. Sin embargo, era m¨¢s abundante la poliamida, un tipo de nailon que, seg¨²n apunta el coautor Beizhan Yan en un comunicado de la Universidad de Columbia (EE UU), proviene, probablemente, de los filtros de pl¨¢stico que se utilizan antes de embotellar el agua para, supuestamente, purificarla. El resto de los materiales m¨¢s comunes hallados se suelen utilizar en diversos procesos industriales relacionados con el embotellamiento.
¡°Se hab¨ªan desarrollado m¨¦todos para ver nanopart¨ªculas, pero no se sab¨ªa qu¨¦ se estaba mirando¡±, explica Naixin Qian, coautor del estudio. Con el nuevo m¨¦todo han podido observar las cantidades de nanopart¨ªculas de siete tipos de pl¨¢sticos ordinarios y contarlas individualmente. Sin embargo, esa selecci¨®n solo representa el 10% de las part¨ªculas encontradas. No se sabe si el resto son restos de pl¨¢sticos u otro tipo de part¨ªculas, algo que muestra lo complicado de analizar elementos tan diminutos y todo lo que se desconoce a¨²n sobre la composici¨®n de muchas cosas que consumimos.
En una revisi¨®n de estudios publicada en enero por eBioMedicine se advierte de que cada vez m¨¢s pruebas sugieren que la exposici¨®n a micropl¨¢sticos y nanopl¨¢sticos puede tener efectos negativos en distintos ¨®rganos humanos. Sin embargo, los autores se?alan que se desconocen los mecanismos por los que se podr¨ªan producir estos efectos o si la exposici¨®n a largo plazo a estas part¨ªculas incrementa el riesgo de sufrir enfermedades. En general, aunque se han estudiado los efectos de algunas part¨ªculas concretas para evaluar su toxicidad, hay muchas de ellas, que ¡ªcomo muestra este estudio¡ª son abundantes en productos de consumo habitual o en el medio ambiente, y que no han sido analizadas con detalle. Los autores del trabajo, liderados por Jorge Bernardino de la Serna, de Imperial College de Londres, afirman que en futuros estudios se deber¨ªa investigar la exposici¨®n a micro y nanopl¨¢sticos, considerando concentraciones realistas, la susceptibilidad de cada individuo a estas sustancias o la dosis necesaria para tener un efecto negativo importante.
Los autores del estudio quieren utilizar su t¨¦cnica para analizar tambi¨¦n el agua del grifo, donde, en una concentraci¨®n mucho menor que en el agua embotellada, tambi¨¦n se han encontrado micropl¨¢sticos. En un mundo en el que se producen cerca de 400 millones de toneladas de pl¨¢stico al a?o y el material se emplea para fabricar casi de todo, hay infinitas oportunidades para que las nanopart¨ªculas pl¨¢sticas se sigan liberando y dispersando por el ambiente o integr¨¢ndose en los organismos de los seres vivos. Identificar con mayor precisi¨®n las cantidades y la composici¨®n de estas part¨ªculas es un paso para evaluar la dimensi¨®n del problema, sus posibles efectos sobre la salud y empezar a pensar en las formas de reducir las potenciales amenazas.
Puedes seguir a EL PA?S Salud y Bienestar en Facebook, X e Instagram.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.