La cultura de la dieta o por qu¨¦ la comida es mucho m¨¢s que alimentaci¨®n
Negar el placer de la comida y que deba ser gustosa y gratificante es una manera de dividir la alimentaci¨®n entre delgados y d¨¦biles
La cultura de la dieta hace referencia a las creencias, comportamientos, actitudes en torno a la alimentaci¨®n, imagen corporal y actividad f¨ªsica con el objetivo de p¨¦rdida de peso. Para la cultura de la dieta, la delgadez es el fin, y todo comportamiento ser¨¢ v¨¢lido con el objetivo de conseguirla. Algunos autores la definen como el sistema de creencias que venera la delgadez y equipara la salud y la virtud moral.
Hace poco, Agatha Ruiz de la Prada dijo en tono de broma (o eso espero) diciendo que se estaba poniendo de moda ir a cenar con amigas, y que ella no iba, porque engordaba. Prefer¨ªa quedarse en casa cenando un yogur natural con algo de az¨²car, o nada. Si sal¨ªa a cenar, era con se?ores, porque los se?ores beben y supongo que con ellos quiz¨¢ hay posibilidad de hacer cardio para quemar las calor¨ªas de la cena.
Estas declaraciones est¨¢n cargadas de cultura de dieta. La comida solo importa en la medida que nos hace engordar, queda desprovista de disfrute y somos capaces de cancelar planes que nos apetecen por el miedo a subir de peso. Ella puso en su boca lo que muchas mujeres hemos hecho o hemos sentido con el fin de estar delgadas: estarlo nos concede el privilegio de ser vistas, atractivas y nos acercaba a esa felicidad prometida de la delgadez, es decir, el ¨¦xito.
La comida, adem¨¢s de nutrirnos, tiene otras funciones. Como regulador emocional, la comida libera neurotransmisores como la dopamina, que nos hacen sentir bien cuando la tomamos. Las dietas, y la cultura de dieta, nos ha desprovisto de ese lujo tan asequible para todos, y lo ha te?ido de debilidad y falta de voluntad. Nos son pocos los nutricionistas, divulgadores y dem¨¢s especies que pueblan las redes sociales, que aseguran que tienen el santo grial para que dejemos de comer de forma emocional. Siento decir eqlue ese truco para dejar de comer de forma emocional no le va a gustar nada, porque solo podemos dejar de comer de forma emocional si nos morimos.
Negar el placer de la comida y que la comida deba ser gustosa y gratificante es una manera de seguir dividiendo la alimentaci¨®n entre los que comen bien y los que comen mal, los delgados y los d¨¦biles, como si el disfrute con la comida estuviera re?ido con la salud. Supongo que los que defienden una alimentaci¨®n que no sea placentera son los mismos tienen relaciones sexuales con el ¨²nico fin de procrear.
Somos emociones y comemos con y desde ellas tambi¨¦n, esa hambre es real, lo sentimos. Por mucho que se repita ese argumento simplista de ¡°si no te comieras una manzana es que no es hambre, b¨¦bete un vaso de agua¡±. ?De d¨®nde sale? ?Acaso hace falta tener hambre para comerse una porci¨®n de tarta de queso? O, si bebes un vino, ?lo haces desde la sed?
La cultura de la dieta ha profanado todo lo relacionado con la comida y la salud, convirti¨¦ndola en una v¨ªa para la p¨¦rdida de peso. De hecho, el t¨¦rmino ¡°cuidarse¡± se ha convertido en un eufemismo de adelgazar.
Algunas de las caracter¨ªsticas de la cultura de dieta son:
- La promoci¨®n de dietas restrictivas: d¨¦tox, la dieta de la pi?a, la alcachofa y ayunos. Se suelen usar modelos de antes y despu¨¦s de hacer la dieta, lo que hace entender que un cuerpo estaba mal y el otro bien y, por supuesto, el m¨¢s delgado es el ideal. Estas publicaciones de antes y despu¨¦s est¨¢n desprovistas del contexto de la persona, que puede haber pasado por una depresi¨®n, una enfermedad, haber estado en un estado de salud mental deplorable, pero lo importante es lo delgada que se ha quedado y el apoyo y el reconocimiento que va a tener a pesar de todo. La delgadez a pesar de todo; la delgadez, a costa de todo.
- Estigmatizaci¨®n del sobrepeso y la obesidad: en la medida que no te ajustes al est¨¢ndar de delgadez y a los c¨¢nones de belleza, convertidos en salud, ser¨¢s carne de mofa y burla. Esas bromas, esa crueldad extrema, se hacen ¡°por tu bien¡±, para que reacciones y no te dejes. El discurso patologizante sobre la p¨¦rdida de peso se construye como un medio para alcanzar, adem¨¢s de la salud, la autoestima, la felicidad y un estatus social superior (Harrison, 2019).
El decir que ser delgado es algo que puedes conseguir con esfuerzo y sacrificio niega la diversidad corporal y elude las consecuencias en la salud mental, el posible desarrollo de trastornos de la conducta alimentaria, el da?o metab¨®lico de tu cuerpo por hacer innumerables dietas, la frustraci¨®n, la verg¨¹enza corporal, la mella en la autoestima¡ Una paciente, que hab¨ªa pasado por un c¨¢ncer bastante duro, me dijo que prefer¨ªa volver a pasarlo antes que volver a engordar. Hasta ese punto estamos atravesadas por la cultura de la dieta.
El miedo a engordar es el miedo a vivir, es la mirada patriarcal sobre el cuerpo de la mujer, en la que no se admiten los cambios propios del tiempo y en el que solo existe un modelo de cuerpo, y es joven y delgado. Adem¨¢s es una manera de mantenernos siempre en guerra con nuestro cuerpo, y, por tanto, sumisas.
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