La pol¨¦mica sobre el ayuno intermitente: ni es milagroso ni se puede decir que sea peligroso para el coraz¨®n
Un estudio reciente, a¨²n sin revisar, ve una asociaci¨®n entre este tipo de dieta y un incremento del riesgo de muerte por problemas cardiovasculares
Desde hace unos a?os, el ayuno intermitente est¨¢ de moda. Este tipo de dietas, que restringen las horas del d¨ªa en las que se puede comer, son promocionadas por todo tipo de personajes famosos y tienen buena imagen entre los investigadores del envejecimiento. Las revisiones de estudios que ponen a prueba las virtudes del ayuno muestran que sirve para perder peso y mejorar otros factores asociados, como la hipertensi¨®n o los niveles de glucosa. Sin embargo, como sucede con frecuencia con la alimentaci¨®n, no es f¨¢cil saber qu¨¦ es lo que provoca los cambios que se ven en los experimentos y, adem¨¢s, faltan estudios a largo plazo.
Recientemente, durante una presentaci¨®n de una conferencia de la Asociaci¨®n Americana del Coraz¨®n, se ofrecieron los resultados de un seguimiento a m¨¢s de 20.000 adultos en EE UU a lo largo de una media de ocho a?os. En ese periodo, los que restringieron el tiempo de alimentaci¨®n a ocho horas diarias vieron c¨®mo su riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular se increment¨® en un 91%. Entre los que ten¨ªan una ventana para comer de m¨¢s de ocho horas, pero menos de 10, el riesgo aument¨® en un 66% frente a los que comieron sin esa limitaci¨®n temporal.
Si el resultado se confirmase, la nueva dieta de moda ser¨ªa una pr¨¢ctica de riesgo para la salud, pero el estudio est¨¢ muy lejos de ser una condena definitiva para el ayuno intermitente. Para empezar, se trata de un trabajo que no se ha publicado en una revista cient¨ªfica ni ha sido revisado por otros expertos en la materia. Los detalles sobre el trabajo a¨²n son escasos y el estudio tiene limitaciones importantes.
Para saber lo que com¨ªan los sujetos del estudio, los investigadores de las universidades chinas de Wuhan y Jiao Tong, y las estadounidenses del Noroeste, Harvard y Massachusetts Lowell, utilizaron las respuestas de las Encuestas Anuales de Examen de la Nutrici¨®n y Salud Nacional (NHANES, de sus siglas en ingl¨¦s) entre los a?os 2003 y 2018. Los participantes explicaron en dos entrevistas, con menos de dos semanas de separaci¨®n entre ellas, a qu¨¦ horas hab¨ªan comido el d¨ªa anterior y despu¨¦s se asumi¨® que mantuvieron esos mismos h¨¢bitos durante los a?os posteriores. A continuaci¨®n, los autores del trabajo cruzaron esa informaci¨®n con la base de datos de muertes de los Centros para la Prevenci¨®n y el Control de Enfermedades (CDC, de sus siglas en ingl¨¦s), de 2003 a 2019.
Los estudios observacionales pueden ver una relaci¨®n entre dos fen¨®menos, pero la causalidad es mucho m¨¢s complicada. ¡°Alguien ha podido empezar una dieta de ayuno [en la que se come en una ventana de ocho horas y se ayuna durante el resto del d¨ªa] porque el m¨¦dico les ha dicho que necesitan perder peso; y sabemos que vivir con exceso de peso es un factor de riesgo para la enfermedad del coraz¨®n y circulatoria¡±, explicaba en una nota la Fundaci¨®n Brit¨¢nica del Coraz¨®n. Tambi¨¦n es posible que una persona tenga este tipo de pautas alimenticias porque trabaja de noche o porque tiene un trabajo muy estresante que no le permite parar a comer. En estos casos, sus condiciones laborales supondr¨ªan un factor de riesgo cardiovascular, independientemente de la dieta.
Hay una paradoja hist¨®rica en estudios observacionales, que ilustra la necesidad de cautela ante trabajos como el presentado hace unos d¨ªas sobre el ayuno. Durante d¨¦cadas, los estudios sobre los efectos del alcohol para la salud muestran que las personas que aseguran no beber jam¨¢s tienen mayores tasas de mortalidad que quienes lo hacen ocasionalmente o en peque?as cantidades. Pero los investigadores dudan de ese resultado por la dificultad para encontrar grupos de personas que no beban jam¨¢s y, adem¨¢s, que no lo hagan porque han sido alcoh¨®licos o tengan enfermedades.
Investigaci¨®n insuficiente sobre el ayuno
Aunque los estudios en modelos animales ofrecen resultados muy positivos y algunos an¨¢lisis moleculares en humanos muestran c¨®mo el ayuno fomenta la aparici¨®n de prote¨ªnas con efectos protectores frente a algunas enfermedades metab¨®licas o del cerebro, los estudios sobre la dieta, sobre todo a largo plazo, son muy complejos. Victor Wenze Zhong, profesor de la Universidad Jiao Tong de Shanghai y primer autor del estudio, enfatiza la necesidad de estudios que hagan seguimientos de a?os para entender bien los efectos del ayuno sobre la salud y cree que sus resultados animan a que se aplique ¡°un enfoque m¨¢s prudente y personalizado cuando se den recomendaciones diet¨¦ticas, asegur¨¢ndose de que est¨¦n adaptadas al estado de salud de la persona y a la ¨²ltima evidencia cient¨ªfica¡±. No obstante, Zhong reconoce que, aunque el estudio identific¨® una asociaci¨®n entre algunos tipos de ayuno y el incremento de riesgo de muerte por problemas cardiovasculares, ¡°esto no significa que la alimentaci¨®n restringida en el tiempo cause la muerte [por enfermedad] cardiovascular¡±.
Estudios anteriores hab¨ªan observado que el uso del ayuno intermitente para perder peso provoca una p¨¦rdida de masa muscular mayor que las dietas que permiten comer durante un periodo m¨¢s prolongado. Como el m¨²sculo est¨¢ relacionado con un metabolismo m¨¢s sano, esto podr¨ªa explicar la relaci¨®n entre el ayuno y los problemas cardiovasculares, pero el v¨ªnculo est¨¢ lejos de ser demostrado. Por ahora, la recomendaci¨®n m¨¢s habitual de los expertos es dudar de las dietas milagrosas y, sobre todo si se tienen problemas de salud, consultar con un m¨¦dico antes de adoptar una forma de alimentaci¨®n que, aunque cuente con resultados prometedores, a¨²n est¨¢ en una fase inicial de investigaci¨®n.
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