Las consecuencias de no incluir el ejercicio f¨ªsico en el sistema sanitario
Es prioritario y urgente actuar e implementar pol¨ªticas p¨²blicas que permitan al personal sanitario prescribir la actividad f¨ªsica de forma reglada
El pasado mes de diciembre se celebr¨® en Madrid el Exercise for Summit Health, congreso internacional cuyo objetivo principal fue explorar las diferentes oportunidades para la interacci¨®n y colaboraci¨®n p¨²blico-privada entre el sector de la actividad f¨ªsico-deportiva con la salud (principalmente la salud p¨²blica y el cuidado asistencial). En dicho evento, la doctora Juana Willumsen, representante de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) repas¨® la situaci¨®n actual de los niveles de actividad f¨ªsica de la poblaci¨®n e hizo ¨¦nfasis en los desaf¨ªos a los que se enfrenta nuestra sociedad para luchar contra el sedentarismo. El mensaje fue claro, la importancia de la actividad f¨ªsica para la salud global no precisa de m¨¢s evidencias cient¨ªficas y es prioritario y urgente actuar e implementar pol¨ªticas p¨²blicas dise?adas a nivel mundial y nacional/regional como medio para revertir la situaci¨®n y poder avanzar.
Se sabe desde hace tiempo que el sistema sanitario a medio y largo plazo no ser¨¢ sostenible si ¨²nicamente se centra en tratar o curar enfermedades. Por tanto, es imprescindible realizar pol¨ªticas de prevenci¨®n entre las que deben adquirir consideraci¨®n de prioritarias las pol¨ªticas de fomento de la actividad f¨ªsica y de lucha contra el sedentarismo como herramienta tanto de prevenci¨®n como de tratamiento coadyuvante de enfermedades presentes y futuras. En este contexto, se debe instar a los poderes p¨²blicos a implementar estas medidas de forma decidida y con absoluto convencimiento, ya que la evidencia cient¨ªfica lo respalda con rotundidad.
El coste del sedentarismo
Una de las expertas a nivel mundial sobre el coste econ¨®mico de la inactividad, Melody Ding de la Universidad de S¨ªdney (Australia), explic¨® en ese mismo foro que se calcula que para el a?o 2030 los casos de enfermedades no transmisibles y problemas de salud mental (hipertensi¨®n, diabetes tipo 2, infartos, diferentes tipos de c¨¢ncer, depresi¨®n, demencia¡) tendr¨¢n una incidencia de m¨¢s de 500 millones de nuevos casos a nivel mundial. Y con un coste asociado en los sistemas sanitarios de casi 500.000 millones de euros, de acuerdo al ¨²ltimo estudio publicado recientemente en la revista cient¨ªfica Lancet Global Health.
La forma principal en que el aumento de los niveles de actividad f¨ªsica puede ahorrar costes econ¨®micos se centra principalmente en tres aspectos: la reducci¨®n del n¨²mero de hospitalizaciones, la disminuci¨®n de la mortalidad prematura y el descenso de las bajas laborales.
Seg¨²n la experta australiana, a todo esto habr¨ªa que sumarle los beneficios sociales que tiene la actividad f¨ªsica, que incluyen no solo aquello relativo a las propias personas (eficacia, autoestima, logros acad¨¦micos¡), sino tambi¨¦n a aspectos comunitarios (mejora de la cantidad y calidad de las relaciones sociales, reducci¨®n de comportamientos antisociales¡) y los aspectos relativos a las empresas (mejora de la capacidad productiva).
Con relaci¨®n al consumo de f¨¢rmacos, cada vez existen m¨¢s evidencias que demuestran que las personas con diferentes condiciones m¨¦dicas que comienzan a realizar programas de ejercicio f¨ªsico, logran reducir no solo la cantidad de medicaci¨®n que necesitan, sino que adem¨¢s provoca importantes sinergias y mejoras en su efectividad. Un ejemplo de ello son los estudios llevados a cabo con pacientes con s¨ªndrome metab¨®lico que despu¨¦s de un programa de ejercicio f¨ªsico de alta intensidad supervisado por personal cualificado tuvieron una significativa reducci¨®n de la cantidad de medicaci¨®n que tomaban respecto al grupo control a lo largo de un periodo de 5 a?os. Las implicaciones de reducir el consumo de medicamentos son enormes: limitan los costes (visitas al m¨¦dico, anal¨ªticas sangu¨ªneas, compra de medicamentos¡), reducen los efectos secundarios asociados y mejoran la calidad de vida de las personas.
Receta deportiva
En la actualidad, la insuficiente formaci¨®n en aspectos relacionados con la prescripci¨®n de ejercicio f¨ªsico para la poblaci¨®n es un problema que existe y est¨¢ presente en una parte importante de los colectivos sanitarios. La iniciativa global Exercise is Medicine del Colegio Americano de Medicina del Deporte (que en Espa?a se articula a trav¨¦s de la Red de investigaci¨®n EXERNET) precisamente pretende contribuir a introducir la prescripci¨®n de ejercicio f¨ªsico en los sistemas nacionales de salud, con una integraci¨®n multidisciplinar de profesionales sanitarios y sociosanitarios. Entre estos ¨²ltimos se encuentran los educadores f¨ªsico-deportivos (titulados universitarios en Ciencias de la Actividad F¨ªsica y del Deporte) que son aquellos profesionales con una mejor cualificaci¨®n para dise?ar y realizar programas de ejercicio f¨ªsico para todo tipo de personas (con o sin patolog¨ªas). A modo de ejemplo, desde el a?o 2022 las comunidades aut¨®nomas tienen la posibilidad de implementar el Plan de Prescripci¨®n de Actividad y Ejercicio F¨ªsico (en algunas comunidades tambi¨¦n conocido como ¡°receta deportiva¡±) y financiado a trav¨¦s del Consejo Superior de Deportes. Este plan trata de potenciar y fomentar los programas que ya se estaban llevando a cabo antes de esa fecha, y de impulsar nuevos en aquellos territorios donde todav¨ªa no se hab¨ªan emprendido y consolidado acciones de este tipo.
Sin embargo, y a pesar de que como dice la OMS en sus recomendaciones, ¡°cada movimiento cuenta¡± y ayuda a mejorar la salud, la eficacia del ejercicio f¨ªsico al igual que ocurre con cualquier otro ¡°f¨¢rmaco/medicina¡± depender¨¢ en gran medida no solo de la dosis, sino tambi¨¦n del grado de supervisi¨®n y la forma en que se realiza. Por ejemplo, con datos recogidos en personas mayores de la Consulta de Fragilidad del Hospital Virgen del Valle de Toledo (del grupo de investigaci¨®n GENUD-Toledo, UCLM), se ha observado que cuando el m¨¦dico recomienda hacer ejercicio f¨ªsico y la persona lo lleva a cabo por su cuenta se consigue un 3% de reducci¨®n de la fragilidad. Pero cuando es un educador f¨ªsico deportivo quien dise?a el programa individualizado, lo supervisa en persona y se ejecuta en el ¨¢mbito cl¨ªnico, la reducci¨®n de la fragilidad que se obtiene alcanza el 33%. No todo el ejercicio f¨ªsico es igual y la dosis, la prescripci¨®n individualizada y el nivel de supervisi¨®n son factores cr¨ªticos.
Por otro lado, caben medidas econ¨®micas. Lleva tiempo reivindic¨¢ndose la posibilidad de aplicar un IVA reducido en los centros deportivos y/o en los servicios deportivos destinados para la poblaci¨®n con y sin problemas de salud asimilados y la deducci¨®n en todas las CCAA de los gastos de actividades f¨ªsico-deportivas en la declaraci¨®n de la renta para favorecer el aumento de la pr¨¢ctica f¨ªsico-deportiva.
Las personas m¨¢s activas y m¨¢s ¡°en forma¡± (con niveles de fuerza y resistencia aer¨®bica superiores) tienen un menor riesgo de mortalidad por todas las causas/enfermedades y una mejor salud mental. Con una poblaci¨®n cada vez m¨¢s envejecida, con unos niveles elevados de obesidad y sedentarismo y unos niveles insuficientes de actividad f¨ªsica en todos los grupos de edad, una de las prioridades estrat¨¦gicas para hacer sostenible el sistema sanitario es la implantaci¨®n de programas de ejercicio f¨ªsico como parte de las prestaciones del servicio sanitario de salud. Para que el personal sanitario lo pueda prescribir, incluyendo para su implementaci¨®n a los profesionales m¨¢s cualificados, educadores f¨ªsico-deportivos, y aumentado la existencia de instalaciones y recursos donde llevar a cabo dichos programas de ejercicio f¨ªsico.
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