Radiograf¨ªa de la obesidad en Espa?a: m¨¢s de la mitad de los adultos y un tercio de los ni?os tienen exceso de peso

Hay un problema de salud que lleva a?os esparci¨¦ndose por el mundo a la vista de todos: imparables, la obesidad y el sobrepeso ya son considerados por la comunidad cient¨ªfica como una nueva epidemia al alza que, adem¨¢s, abre las puertas a otras patolog¨ªas graves, como el c¨¢ncer o las enfermedades cardiovasculares. Seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, alrededor de 2.000 millones de adultos en el mundo tienen exceso de peso y la tendencia, a ojo de los expertos, continuar¨¢ ascendente en los pr¨®ximos a?os. Tambi¨¦n en Espa?a. Una investigaci¨®n del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y la Agencia Espa?ola de Seguridad Alimentaria (AESAN) ha estimado la prevalencia de la obesidad y el sobrepeso en el pa¨ªs y ha concluido que el 55,6% de los adultos y un tercio de los menores tienen exceso de peso. El estudio, hecho a partir de datos recogidos en la encuesta ENE-COVID en 2020, constata que la prevalencia de estos cuadros es mayor en hombres. Otros factores de riesgo son tener un menor nivel educativo o familiares en casa con obesidad.

La investigaci¨®n del ISCIII y AESAN recopil¨® informaci¨®n reportada en la encuesta ENE-COVID, un estudio que sirvi¨® para estimar la seroprevalencia de la covid en Espa?a hace tres a?os. Los participantes, m¨¢s de 57.000 adultos y 10.500 ni?os, autoinformaron entonces su talla y su peso, unos datos que han servido ahora a los cient¨ªficos para estimar, a trav¨¦s del c¨¢lculo del ¨ªndice de masa corporal, la prevalencia del sobrepeso y la obesidad y contextualizarla con otras variables geogr¨¢ficas y socioecon¨®micas. Los expertos advierten, en el caso del exceso de peso en la infancia, de que esta situaci¨®n cl¨ªnica no solo ¡°aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades cr¨®nicas que antes eran casi exclusivas de los adultos¡±, como la diabetes tipo 2 de aparici¨®n temprana, la hipertensi¨®n o trastornos hormonales y psicosociales; sino que tambi¨¦n se asocia con una mayor probabilidad de arrastrar este exceso de peso tambi¨¦n en la edad adulta. Esto supone, a su vez, ¡°un factor de riesgo establecido para muchas enfermedades cardiovasculares y varios c¨¢nceres¡±, recuerdan los autores en un art¨ªculo publicado en la revista Pediatric Obesity.

A tenor de los resultados encontrados en la poblaci¨®n infantil, los autores han admitido que la obesidad y el exceso de peso infantil y adolescente ¡°son altamente prevalentes en Espa?a¡±. Los cient¨ªficos encontraron que el 33,7% de los menores de entre dos y 17 a?os y el 26% de las ni?as de estas edades, ten¨ªan exceso de peso (sobrepeso u obesidad). De ellos, el 13,4% de los ni?os y casi el 8% de las ni?as sufr¨ªan obesidad. ¡°La obesidad y el exceso de peso son un importante problema de salud p¨²blica y una prioridad en la salud infantil y adolescente en Espa?a. Nuestros resultados se?alan que uno de cada tres ni?os y una de cada cuatro ni?as tiene exceso de peso y uno de cada 10 en ambos sexos tiene obesidad. En n¨²meros absolutos, eso significa que casi un mill¨®n de ni?os y adolescentes de entre dos y 17 a?os tienen obesidad y m¨¢s de dos millones tienen exceso de peso en Espa?a¡±, sintetizan los autores.

La prevalencia, no obstante, difiere, entre otras cosas, con la edad: los niveles m¨¢s altos se encuentran en el grupo de menores de entre seis y nueve a?os. Tambi¨¦n por regiones geogr¨¢ficas hay diferencias: las prevalencias m¨¢s bajas se han encontrado en provincias de la mitad norte de Espa?a. ¡°Nuestros datos muestran que tambi¨¦n algunos factores relacionados con el hogar (es decir, un nivel educativo m¨¢s bajo en el hogar o tener un adulto con exceso de peso en casa) se asocian con el doble de prevalencia de obesidad¡±, a?aden los autores.

Transmisi¨®n generacional de la obesidad

A prop¨®sito de la influencia del contexto familiar, la llamada transmisi¨®n generacional de la obesidad es un fen¨®meno m¨¢s presente en la obesidad que en el sobrepeso, asumen los investigadores, y ¡°ampliamente descrito en la literatura cient¨ªfica¡±. ¡°A pesar de que parte de este fen¨®meno puede explicarse por un trasfondo gen¨¦tico compartido, el componente de la heredabilidad no puede explicar totalmente el doble riesgo de tener obesidad en ni?os que viven con adultos con sobrepeso. El peso de la familia, y especialmente de los padres, tambi¨¦n determina la obesidad y el exceso de peso en los ni?os, ya que el estilo de vida influye en gran medida en los h¨¢bitos de sus hijos. Por ello, a la hora de desarrollar intervenciones para combatir el problema de la obesidad infantil y adolescente, el entorno familiar deber¨ªa ser tomado en cuanta¡±, reflexionan los autores. La investigaci¨®n concluye tambi¨¦n que el nivel socioecon¨®mico como el educativo son ¡°factores clave¡±, relacionados con diferencias en el estilo de vida, como los h¨¢bitos alimentarios o la actividad f¨ªsica.

Con todo, a?aden los autores, ¡°hay importantes diferencias inexplicables entre regiones, probablemente debido a otros factores que no se tuvieron en cuenta la ENE-COVID¡±. Por ejemplo, cuestiones gen¨¦ticas, culturales, diet¨¦ticas, psicol¨®gicas, la actividad f¨ªsica, el sedentarismo, la duraci¨®n del sue?o, las infraestructuras y equipamientos disponibles en la zona de residencia o el entorno alimentario, entre otras. Hay, por tanto, ¡°amplio margen de intervenci¨®n¡±, sugieren.

Por otra parte, los resultados en los adultos reportaron que el 18,7% de la poblaci¨®n mayor de 18 a?os en Espa?a tiene obesidad y un 37,1%, sobrepeso. ¡°Estas prevalencias aumentaron con la edad y la discapacidad, y disminuyeron con la educaci¨®n, los ingresos del sector censal y el tama?o del municipio¡±, explican los autores en otro art¨ªculo publicado en la revista Frontiers in Public Health. El sur y el noroeste de Espa?a registran los niveles de obesidad y sobrepeso m¨¢s altos.

La influencia de la edad en adultos

La edad, en este grupo poblacional, es clave, aunque la curva de influencia baila seg¨²n el sexo: en los hombres, el exceso de peso aumenta m¨¢s r¨¢pidamente en edades tempranas y luego se estabiliza, mientras que en las mujeres, crece progresivamente hasta la vejez. ¡°Es bien sabido que la actividad f¨ªsica suele disminuir con la edad, mientras que la ingesta de energ¨ªa permanece m¨¢s estable, lo que puede contribuir parcialmente a una mayor adiposidad en los adultos de mediana edad y mayores¡±, justifican los autores. Aunque a?aden, tambi¨¦n, que otra explicaci¨®n de la ca¨ªda de prevalencia en adultos mayores puede deberse al sesgo de supervivencia, ya que las personas con obesidad tienen menor esperanza de vida. ¡°Algunos estudios tambi¨¦n han informado que la edad influye claramente en los h¨¢bitos alimentarios, mostrando, por ejemplo, un mayor consumo de frutas, verduras o pescado entre las personas de 65 a 75 a?os en comparaci¨®n con los participantes m¨¢s j¨®venes, lo que tambi¨¦n puede explicar la ligera disminuci¨®n del exceso de peso en esta edad¡±, exponen.

A pesar de que los hombres registran prevalencias m¨¢s elevadas de obesidad y sobrepeso, las mayores desigualdades en las cifras de prevalencia asociadas a factores socioecon¨®micos se registraron entre las mujeres. ¡°Un menor nivel educativo se ha asociado con peores estimadores de actividad f¨ªsica, especialmente entre las mujeres, as¨ª como con peores h¨¢bitos alimentarios, como un menor consumo de frutas y verduras¡±, explican los investigadores. Y abundan en otras razones asociadas con el g¨¦nero: ¡°Las mujeres con un nivel socioecon¨®mico m¨¢s bajo siguen desempe?ando un papel diferente en comparaci¨®n con sus pares femeninas con un nivel socioecon¨®mico m¨¢s alto, y tienen menos oportunidades de realizar actividad f¨ªsica en su tiempo libre, mostrando un comportamiento m¨¢s sedentario, mientras que estas diferencias de roles por nivel socioecon¨®mico no son tan marcadas entre los hombres¡±.

Manuel Franco, epidemi¨®logo, profesor e investigador en las Universidades de Alcal¨¢ y Johns Hopkins y portavoz de la Sociedad Espa?ola de Salud P¨²blica y Administraci¨®n Sanitaria, califica los resultados de sendos estudios como ¡°muy preocupantes¡±. ¡°En t¨¦rminos de sobrepeso y obesidad infantil, Espa?a presenta, junto con Grecia e Italia, los datos m¨¢s preocupantes de toda Europa, con prevalencias de sobrepeso y obesidad cercanas al 40 %, mientras que en pa¨ªses como Dinamarca o la Rep¨²blica Checa las prevalencias son exactamente la mitad¡±, explica el cient¨ªfico en declaraciones al portal Science Media Centre (SMC). En la misma l¨ªnea, Manuel Tena, jefe de grupo del Centro de Investigaci¨®n Biom¨¦dica en Red (CIBER) de Obesidad y Nutrici¨®n considera que los datos reportados de obesidad infantil ¡°van en la l¨ªnea de lo que se hab¨ªa publicado [anteriormente en la literatura cient¨ªfica] y definen la persistencia de un problema que no se consigue remediar pese a los esfuerzos que se dedican¡± a combatirlo.

Por su parte, Luis Cereijo, investigador en epidemiolog¨ªa social y cardiovascular de la Universidad de Alcal¨¢, apunta a SMC que el ¨ªndice de masa corporal (IMC), que es el indicador empleado para medir el sobrepeso y la obesidad en estas investigaciones, es ¡°una medida cada vez m¨¢s contestada en el ¨¢mbito cient¨ªfico como indicador v¨¢lido de salud, debido a diferentes elementos como, por ejemplo, que no mide el porcentaje de masa corporal o que utiliza est¨¢ndares universales de clasificaci¨®n que no atienden a las diferencias demogr¨¢ficas¡±. Tena advierte tambi¨¦n de que, efectivamente, la clave no es el exceso de peso, sino de adiposidad: ¡°No se puede sacralizar el umbral de un IMC de 25 [nivel a partir del cual se considera que una persona tiene exceso de peso] y pensar que con un IMC de 24,5 ya no tenemos ning¨²n problema. Puedes tener exceso de adiposidad sin exceder el umbral del 25¡å.

Los expertos cuestionan, adem¨¢s, la precisi¨®n de los datos de peso y talla al ser cifras autorreportadas: ¡°La evidencia nos dice que, cuando el IMC es identificado a partir de medidas autorreportadas, tienden a sobrestimar los valores de IMC de pacientes con bajo peso y a infraestimar en quienes tienen un mayor peso, lo que puede conllevar sesgos en las medidas utilizadas en ambos estudios¡±, conviene Cereijo. Tena incide tambi¨¦n en este aspecto y explica que en el estudio Aladino, que tambi¨¦n estudi¨® la obesidad infantil en Espa?a, ¡°hab¨ªa una exploraci¨®n directa de los sujetos y ah¨ª las cifras de obesidad era mayores¡±. En los estudios del ISCIII, prosigue, ¡°al ser cifras que reportan los propios individuos, puede haber cierta infrarrepresentaci¨®n del problema y que este sea a¨²n mayor¡±, advierte.

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