Cuenta atr¨¢s para el lanzamiento del mayor telescopio espacial
Expectaci¨®n en el Centro de Ciencia de Herschel de la ESA en la localidad madrile?a de Villanueva de la Ca?ada
Los n¨²meros corren en el reloj digital de la p¨¢gina web del Centro de Ciencia de Herschel, situado en el Centro Europeo de Astronom¨ªa Espacial (ESAC), en Villanueva de la Ca?ada (Madrid) . Este jueves, 14 de mayo, se prev¨¦ el lanzamiento de Herschel, el mayor telescopio jam¨¢s llevado al espacio. Pero hace ya semanas -meses- que los m¨¢s de cuarenta astr¨®nomos e ingenieros que formamos el coraz¨®n cient¨ªfico de la misi¨®n en la Agencia Europea del Espacio (ESA) sentimos que se acerca el momento de la verdad. El lanzamiento de Herschel supone la culminaci¨®n de m¨¢s de una d¨¦cada de trabajo. Pero ¨¦se no es el ¨²nico motivo para estar expectantes. Sabemos que Herschel, capaz de detectar un tipo de luz infrarroja que ning¨²n otro telescopio ha visto antes, revelar¨¢ facetas del universo totalmente nuevas. Nuestra expectaci¨®n, y la de la comunidad astron¨®mica internacional, se parece a la de un ni?o curioso e impaciente.
200 a?os despu¨¦s de que el m¨²sico y astr¨®nomo ingl¨¦s de origen alem¨¢n sir William Herschel descubriera por primera vez la existencia de la radiaci¨®n infrarroja, la industria espacial europea se dispone a lanzar al espacio el telescopio que lleva este nombre en su honor y que representa la joya de la corona de las misiones espaciales hasta ahora desarrolladas por la ESA.
Con su espejo primario de 3,5 metros de di¨¢metro el tama?o de Herschel sobrepasa al del archipopular Hubble. A diferencia de ¨¦ste, que observa el cosmos en la misma luz que nuestros ojos pueden detectar, Herschel proporcionar¨¢ una nueva visi¨®n del universo en el rango de las longitudes de onda del infrarrojo lejano y en ondas submilim¨¦tricas, un universo que nuestros ojos no pueden ver, pero s¨ª los detectores especiales que Herschel llevar¨¢ a bordo.
Gracias a sus gafas infrarrojas, Herschel estudiar¨¢ los objetos m¨¢s fr¨ªos en el universo: desde los cometas helados que viven en los confines de nuestro Sistema Solar, hasta las galaxias m¨¢s lejanas y primitivas formadas poco despu¨¦s del Big Bang, pasando por las nubes de gas y polvo donde se forman nuevas generaciones de estrellas tanto en nuestra galaxia como en otras similares a la V¨ªa L¨¢ctea, o en otras que no lo son tanto.
Un telescopio espacial que viaja con 'nevera'
Algunos de estos objetos son tan extremadamente fr¨ªos (entre 5 y 50 grados Kelvin, o lo que es lo mismo entre -268 y -223 grados cent¨ªgrados), que necesitamos detectores que operen a temperaturas incluso inferiores para que su emisi¨®n quede registrada apropiadamente. Este reto tecnol¨®gico ha sido satisfactoriamente superado por la industria espacial europea equipando a Herschel con detectores capaces de funcionar a temperaturas cercanas al as¨ª llamado cero absoluto (0 grados Kelvin, o -273 grados cent¨ªgrados), lo que se obtiene gracias al suplemento controlado de helio l¨ªquido superfluido contenido en un gigantesco criostato de m¨¢s de 2.000 litros de capacidad. Esta inmensa y g¨¦lida nevera forma parte de la carga ¨²til del sat¨¦lite, acompa?ando al propio telescopio en su misi¨®n.
?Y por qu¨¦ ir al espacio para realizar este tipo de estudios? La atm¨®sfera terrestre bloquea la mayor parte de la radiaci¨®n infrarroja que nos llega del espacio exterior, adem¨¢s de que ¨¦sta produce su propia emisi¨®n infrarroja.
Herschel ser¨¢ lanzado conjuntamente con Planck, su misi¨®n hermana -tambi¨¦n de la ESA-, encargada de estudiar los or¨ªgenes del universo. Tras un lanzamiento conjunto desde Kourou, en la Guayana Francesa, Herschel y Planck se dirigir¨¢n hacia un punto situado a 1,5 millones de kil¨®metros de la Tierra en la direcci¨®n opuesta al Sol, con condiciones inmejorables para la observaci¨®n. Misiones espaciales precursoras, como IRAS, ISO, Spitzer o AKARI, lanzadas en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas, han podido otear el nuevo panorama que el universo nos ofrece en el rango infrarrojo. Sin embargo, s¨®lo con Herschel podremos por fin estudiar en detalle algunos de los muchos misterios que hasta ahora han sido s¨®lo parcialmente desvelados. Y posiblemente, como en toda empresa cient¨ªfica de esta envergadura, Herschel identificar¨¢ nuevos interrogantes que ahora ni podemos imaginar.
Por Pedro Garc¨ªa Lario, astr¨®nomo de la ESA en el Centro Europeo de Astronom¨ªa Espacial (ESAC), en Madrid
El Centro de Ciencia de Herschel en Espa?a
En el ¨¦xito de la misi¨®n Herschel resultar¨¢ clave el Centro de Ciencia de Herschel, en el Centro Europeo de Astronom¨ªa Espacial (ESAC), en Villanueva de la Ca?ada (Madrid). El principal objetivo de este centro es garantizar el m¨¢ximo impacto y productividad cient¨ªfica de la misi¨®n, en parte haciendo de puente entre el observatorio y la comunidad cient¨ªfica. Por ejemplo el Centro de Ciencia de Herschel es responsable de organizar la agenda de observaciones del telescopio. El tiempo de observaci¨®n de Herschel, como el de todos los observatorios de la ESA, estar¨¢ disponible a los cient¨ªficos de todo el mundo; es un comit¨¦ de expertos externo el que eval¨²a y selecciona las solicitudes. Una vez decidido qu¨¦ observar¨¢ Herschel y por cu¨¢nto tiempo, el centro debe distribuir las observaciones en el tiempo de forma que el aprovechamiento del telescopio y sus instrumentos sea ¨®ptimo. En ESAC, adem¨¢s, se procesar¨¢n los datos cient¨ªficos de Herschel y se almacenar¨¢n en un archivo accesible a la comunidad astron¨®mica internacional. Hay tambi¨¦n una conexi¨®n f¨ªsica entre Espa?a y Herschel. La antena de espacio profundo de la ESA situada en Cebreros (?vila) ser¨¢ uno de los nodos de comunicaci¨®n con Herschel y con Planck, conjuntamente con otra antena gemela en New Norcia (Australia).
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