Las protestas marcan la agenda de la reforma universitaria europea
El espacio com¨²n a¨²n "no est¨¢ suficientemente aceptado" por profesores y alumnos, dice un informe encargado por la UE
Los ministros europeos de los 47 pa¨ªses inmersos en el proceso de Bolonia han reconocido fallos en la aplicaci¨®n de la reforma, pero tambi¨¦n insisten en destacar las bondades de que tantos sistemas universitarios se pongan de acuerdo en sus l¨ªneas b¨¢sicas. La declaraci¨®n oficial del reciente encuentro de Budapest y Viena asegur¨®: "Reconocemos y tendremos en cuenta las voces cr¨ªticas que se han levantado entre el profesorado y los estudiantes".
Ya no se trata s¨®lo de qui¨¦n de tiene toda o parte de la raz¨®n o si se trata de verdaderos problemas o miedos y fantasmas, sino que se trata de que los impulsores del proceso deben ser conscientes de que "la ola actual de la resistencia y las protestas (aunque muchas de ellas sean por cuestiones ajenas al proceso de Bolonia) muestra que el Espacio Europeo de Educaci¨®n Superior no est¨¢ suficientemente aceptado por alumnos y profesores como un proyecto positivo", dice el informe encargado por la Comisi¨®n Europea a varios grupos independientes de expertos. Y a?ade: la "arquitectura" de Bolonia ya est¨¢ lista, ahora es necesario "convertirlo en realidad", y eso s¨®lo es posible implicando a la sociedad en general y a los profesores y alumnos, en particular.
Las protestas contra el proceso han sido "ampliamente" cubiertas por los medios de comunicaci¨®n en Alemania, Austria o Suiza, dice el informe, y tambi¨¦n se?alan movimientos estudiantiles contrarios a Bolonia en B¨¦lgica, Croacia, Grecia, Francia, Italia, Serbia, adem¨¢s de Espa?a. Precisamente, se trata de los pa¨ªses d¨®nde los cambios est¨¢n siendo m¨¢s profundos o donde se est¨¢n acompa?ando de retoques en la gesti¨®n de las universidades o subiendo el precio de las matr¨ªculas, como es el caso de Austria o Alemania, argumenta el estudio. Asimismo, los expertos han detectado varios puntos en com¨²n en las cr¨ªticas: una "mercantilizaci¨®n" que pretender¨ªa "convertir las universidades en f¨¢bricas", con espacio ¨²nicamente para los estudios "rentables" y con orientaci¨®n m¨¢s profesional, con un sistema de ense?anza m¨¢s parecido al de un instituto, y donde la "eficiencia" se colocar¨ªa por encima de la calidad.
Normalmente las protestas est¨¢n ligadas "m¨¢s a las interpretaciones de cada pa¨ªs del proceso, cuyos objetivos mismos raramente son criticados", dice el texto, que p¨¢ginas antes identifica las verdaderas metas: aumentar la movilidad de alumnos y profesores, hacer los sistemas comparables y equiparables, igualdad y equidad en el acceso a la universidad y aumentar la competitividad y el atractivo internacional de las universidades europeas. Y los medios son los siguientes: una estructura com¨²n (con grado, m¨¢ster y doctorado, o con una ense?anza centrada en el alumno, por ejemplo); cooperaci¨®n de los organismos que aseguren una calidad m¨ªnima en todos los pa¨ªses; marcos de cualificaci¨®n (un esqueleto claro de los conocimientos y capacidades que se deben adquirir en cada escal¨®n formativo); f¨®rmulas claras de reconocimiento de aprendizajes y t¨ªtulos, pol¨ªticas de flexibilidad y aumento del acceso a la universidad.
Que objetivos como movilidad o la homologaci¨®n de los sistemas est¨¦n muy lejos de conseguirse (aunque si parece que est¨¢ aumentando el atractivo internacional, con casi el doble de alumnos de fuera de Europa que en 1999) no tiene nada que ver con esas cr¨ªticas generalizadas. Pero las confusiones no han surgido de la nada, ya que el proceso "ha sido utilizado en muchos pa¨ªses para promover otras reformas que son parte de los programas nacionales", de tal forma que en un buen n¨²mero de ellos "casi todas las reformas de la educaci¨®n superior, como la reforma de la gesti¨®n y la financiaci¨®n universitaria se comunican como pertenecientes al proceso de Bolonia". As¨ª, los cr¨ªticos han conseguido elevar su voz de tal manera que los Gobiernos se han comprometido a escucharles y a actuar en consecuencia. Pero cada cosa con su nombre.
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