El gran (y jorobado) dinosaurio espa?ol
Hallada en Cuenca una nueva especie carn¨ªvora que vivi¨® hace 125 millones de a?os
Un dinosaurio de un g¨¦nero y una especie completamente desconocidos hasta el momento siempre es un descubrimiento que causa sensaci¨®n en la paleontolog¨ªa mundial. Ahora un ejemplar de buen tama?o, carn¨ªvoro y con una extra?a joroba, ha sido descubierto en Cuenca, en el yacimiento de Las Hoyas. Vivi¨® hace 125 millones de a?os y es el dinosaurio m¨¢s completo que se ha encontrado en Espa?a, afirman los investigadores. Con sus seis metros de largo, el nuevo ejemplar conquense, un animal adulto, era cuatro veces mayor que los ¨¢giles y temibles velocirr¨¢ptores que sal¨ªan en la pel¨ªcula Parque Jur¨¢sico. Y este es mucho m¨¢s antiguo.
El esqueleto f¨®sil se presenta hoy en lugar destacado en la prestigiosa revista Nature con un art¨ªculo firmado por los tres cient¨ªficos espa?oles que lo han encontrado y estudiado (Francisco Ortega, Fernando Escaso y Jos¨¦ Luis Sanz).
El dinosaurio, carn¨ªvoro, ha sido bautizado cient¨ªficamente Concavenator corcovatus y apodado Pepito pese a ser un animal adulto. El propio nombre oficial, que significa Cazador jorobado de Cuenca, aporta datos interesantes sobre el animal: "Era un depredador, que cazar¨ªa sin hacer ascos a la carro?a que se encontrase, como los leones actuales", explica Sanz, especialista espa?ol en dinosaurios reconocido internacionalmente.
En cuanto a lo de jorobado, es un rasgo peculiar y sorprendente del concavenator, porque no se conoce en ning¨²n otro dinosaurio, aunque algunos de estos animales prehist¨®ricos ten¨ªan una estructura dorsal que podr¨ªa tener una funci¨®n termorreguladora, como un radiador. En el caso de Pepito los cient¨ªficos no saben para qu¨¦ le serv¨ªa la joroba.
El nuevo dinosaurio espa?ol destaca no solo por su novedad, su tama?o y su excelente conservaci¨®n, sino porque aporta informaci¨®n inesperada sobre la historia de este tipo de animales del Cret¨¢cico inferior. Pertenece a los carcadorontosaurios, una familia de dinosaurios que se consideraba hasta hace no mucho original del hemisferio Sur. El hallazgo de un ejemplar de esta familia en el Reino Unido hace unos a?os y, ahora, el muy completo f¨®sil de Las Hoyas, ambos muy primitivos y en el hemisferio Norte, exige rectificar la idea que se ten¨ªa de su trayectoria evolutiva y geogr¨¢fica.
Otra peculiaridad de este dinosaurio son unos bultos que se distinguen en el hueso del antebrazo, que son similares a los que sirven de punto de inserci¨®n de las plumas remeras en las aves actuales. Est¨¢ claro que Pepito no volaba, pero "la presencia de los peque?os bultos en la ulna [equivalente al c¨²bito de los humanos] de concavenator indica que este dinosaurio conquense ya ten¨ªa estructuras en la piel que constituyen un estadio ancestral de las plumas de las aves", explican los cient¨ªficos.
No hay que olvidar que, como han demostrado los f¨®siles hallados en Las Hoyas desde hace unos a?os -y, paralelamente, en yacimientos de China-, los dinosaurios no se extinguieron hace 65 millones de a?os (probablemente como consecuencia del impacto de un gran meteorito en la Tierra), sino que algunos de ellos, los voladores, lograron sobrevivir y acabaron siendo los p¨¢jaros actuales.
Pepito apareci¨® hace ya varios a?os y supuso desde el primer momento una sorpresa para los paleont¨®logos, pero han tardado bastante tiempo en recuperar y conservar los huesos f¨®siles de las planchas de roca en que estaban incrustados. "Es un trabajo minucioso, con instrumentos como los de dentista, para ir retirando la roca sin llegar a tocar el f¨®sil", explica Sanz.
De esta operaci¨®n se han encargado sobre todo Ortega y Escaso (de la UNED), en el Museo de las Ciencias de Castilla-La Mancha, en Cuenca, donde ahora est¨¢ el ejemplar. El esqueleto est¨¢ aplastado y acostado hacia su lado izquierdo y la roca en que reposa estaba fragmentada en varias losas, por lo que su reconstrucci¨®n fue, lo primero, "como montar un rompecabezas en tres dimensiones", recuerda Sanz, catedr¨¢tico de la Universidad Aut¨®noma de Madrid. "Al principio pensamos que podr¨ªa ser un reptil marino, un gran cocodrilo, o un dinosaurio", a?ade.
Los restos del concavenator destacan por su excelente estado de conservaci¨®n, una caracter¨ªstica que resulta singular en las condiciones del yacimiento de las Hoyas, poco favorables a la preservaci¨®n de esqueletos grandes. Pepito, para suerte de los cient¨ªficos, se ha conservado sin esos problemas y se aprecian en sus huesos detalles de las escamas de las patas y de la cola.
Cuando la serran¨ªa conquense era una marisma subtropical
El h¨¢bitat de la nueva especie de dinosaurio era un humedal, una marisma con altibajos en el nivel de agua, con una estaci¨®n seca y una h¨²meda en un clima subtropical, deducen los cient¨ªficos a partir de la informaci¨®n que van recabando. Tendr¨ªa un tapete vegetal no necesariamente tupido, con grandes helechos arb¨®reos y los bosques de con¨ªferas rodear¨ªan el humedal. Ahora, 125 a?os despu¨¦s, este espacio es la Serran¨ªa de Cuenca.
De aquella ¨¦poca, el Cret¨¢cico inferior, son las primeras plantas con flores, tal vez acu¨¢ticas. En cuanto a otros animales, el concavenator Pepito compartir¨ªa territorio "con una cohorte enorme de insectos de todo tipo, voladores y terrestres", explica el experto Jos¨¦ Luis Sanz. Tambi¨¦n habr¨ªa abundantes peces, cangrejos, lagartos... Por all¨ª estar¨ªan, adem¨¢s, las aves primitivas como Iberomesornis -del tama?o de un gorri¨®n-, cuyos restos f¨®siles catapultaron el yacimiento de Las Hoyas a la fama internacional de la paleontolog¨ªa.
Otro habitante de la zona ser¨ªa el Pelecanimimus, un dinosaurio ter¨®podo de unos dos metros y medio de largo, m¨¢s peque?o que Pepito, tambi¨¦n descubierto en el rico yacimiento conquense.
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