Un informe documenta abusos a menores en centros cat¨®licos de Escocia durante m¨¢s de 60 a?os
Las agresiones y castigos f¨ªsicos con correas de perro y crucifijos se infligieron a los menores internados en dos hogares infantiles cat¨®licos, ya clausurados
El grado de sadismo relatado en el informe preliminar de Lady Anne Smith, magistrada del Tribunal Supremo de Escocia, sobre las pr¨¢cticas de dos instituciones cat¨®licas, ya clausuradas, para ni?os durante d¨¦cadas resulta estremecedor. Se describen abusos f¨ªsicos y sexuales por parte de sacerdotes y religiosas, que inclu¨ªan palizas con crucifijos o el uso de correas para perros.
El informe es parte de una investigaci¨®n m¨¢s amplia emprendida por el Gobierno escoc¨¦s ¡ªInvestigaci¨®n sobre el Abuso Infantil en Escocia¡ª. Su misi¨®n es determinar ¡°la extensi¨®n y la naturaleza de los abusos infantiles en los centros para menores de Escocia durante el periodo a que alcance la memoria de las personas que est¨¢n a¨²n vivas y hasta el 17 de diciembre de 2014, para crear un archivo p¨²blico nacional sobre el abuso infantil durante este tiempo¡±.
Los hechos relatados hacen referencia a dos instituciones concretas, ambas pertenecientes a la congregaci¨®n de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Pa¨²l: el Orfanato de Smyllum Park, en la localidad de Lanark, y el Hogar Infantil Bellevue, cerca de Glasgow.
En un comunicado remitido por correo electr¨®nico, las Hijas de la Caridad describen las conclusiones preliminares de la investigaci¨®n como ¡°acontecimientos y pr¨¢cticas que chocan frontalmente con los valores fundamentales que sustentan nuestra vida y nuestra misi¨®n. Ofrecemos sinceramente y de todo coraz¨®n nuestras disculpas a todos los que hayan sufrido abusos bajo nuestros cuidados¡±.
El informe describe como se ¡°abus¨® emocionalmente de los ni?os de diferentes modos. Fueron frecuentemente humillados, controlados, insultados. Se les hac¨ªa sentir in¨²tiles, se les denigraba y se les somet¨ªa a castigos totalmente injustificados¡±. El abuso emocional se ve¨ªa exacerbado por la falta de apoyo familiar: los hermanos eran separados rutinariamente, a los ni?os se les dec¨ªa que su familia ya no exist¨ªa y se desalentaban las visitas de allegados (algunos familiares fueron echados del recinto), relata el documento.
Adem¨¢s de las agresiones f¨ªsicas, ¡°se abus¨® sexualmente de menores en Smyllum y en San Vicente de Pa¨²l, en la localidad de Newcastle, un hogar regentado por la Orden en nombre de la Di¨®cesis de Hexham. Los ni?os sufrieron abusos de sacerdotes, seminaristas, monjas, empleados y hasta voluntarios. Incluso surgieron comportamientos sexuales problem¨¢ticos por parte de otros ni?os¡±.
Investigaci¨®n del Abuso Infantil en Escocia se puso en marcha hace tres a?os y examina casos y acusaciones que afectan a casi noventa instituciones, la mayor¨ªa de ellas pertenecientes a la Iglesia Cat¨®lica.
¡°Para muchos de los ni?os que estaban en estos centros, los hogares eran lugares de miedo, control coercitivo, amenazas, disciplina excesiva y abuso emocional, f¨ªsico y sexual, donde no encontraron amor, compasi¨®n, dignidad ni consuelo¡±, se?ala la magistrada Smith. Para los menores las palizas se convirtieron en un aspecto normal de su vida cotidiana.
Bellevue fue cerrado en 1961. Smyllum Park se mantuvo abierto hasta 1981. Hace dos meses, la polic¨ªa arrest¨® y acus¨® a once mujeres y a un hombre, todos ellos presuntamente implicados en el abuso de menores en Smyllum.
Alimentados a la fuerza
La humillaci¨®n y malos tratos a los menores acogidos en Smyllum se extend¨ªa a lo largo del d¨ªa y cubr¨ªa todas las actividades del centro. La comida no era una excepci¨®n. El plato m¨¢s habitual eran las gachas de avena, detestadas en el recuerdo de muchos testigos, que las recuerdan ¡°grumosas e ins¨ªpidas". Las monjas y los empleados del centro forzaban a los ni?os a tragarlas violentamente, y ¡°segu¨ªan haci¨¦ndolo incluso cuando el menor lo estaba vomitando¡±, relata el informe. ¡°Si no te com¨ªas las gachas, ven¨ªan a por ti, por detr¨¢s, y te agarraban del pelo o de la barbilla¡±, relata una de las v¨ªctimas bajo el nombre de Fergie. ¡°Te met¨ªan la comida a la fuerza en la boca. Apretabas los dientes , pero aun as¨ª nos tapaban la nariz para obligarnos a abrirla¡±. Y si todo eso no bastaba, los menores acababan recibiendo la correspondiente paliza. Por eso, cuenta la autora del documento , muchos de ellos aprendieron a esconder la comida en macetas, en sus bolsillos o en sus mangas. ¡°Todo esto ocurri¨®, y fue un claro abuso f¨ªsico y, en alg¨²n sentido, emocional¡±, concluye Lady Anne Smith.
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