Los militantes hist¨®ricos procannabis critican la legalizaci¨®n de Canad¨¢
Agentes que durante d¨¦cadas han pedido cambios legislativos cargan contra el marco regulatorio de Trudeau por motivos econ¨®micos y visiones prohibicionistas
La legalizaci¨®n del cannabis recreativo, que entr¨® en vigor el pasado 17 de octubre, no ha sido un asunto celebrado por todos los canadienses aunque un 70% de la poblaci¨®n apoya la medida, de acuerdo con las encuestas. Diputados del Partido Conservador han criticado una ley cuyos impactos sociales negativos se ver¨¢n, seg¨²n ellos, en poco tiempo. La asociaci¨®n de m¨¦dicos de Canad¨¢ se ha referido a ella como un experimento sin control que pone en riesgo la salud de los j¨®venes. Activistas que han pedido durante d¨¦cadas un cambio en el marco legal en la materia se han sumado tambi¨¦n a este coro de protestas, aunque por razones distintas.?
Blair Longley es el l¨ªder del Partido Marihuana, agrupaci¨®n pol¨ªtica que obtuvo el 0,01% de los votos en los ¨²ltimos comicios federales de 2015. El partido fue fundado en el a?o 2000, pero la mayor¨ªa de sus miembros cuenta con d¨¦cadas de militancia para buscar un cambio de leyes y percepciones relacionadas con la planta. ¡°La legalizaci¨®n de Trudeau es una mezcla de grandes intereses econ¨®micos con una visi¨®n prohibicionista que prevalece. Va a generar muchos d¨®lares con un marco sumamente restrictivo para mucha gente. Sigue presentando a la marihuana como un monstruo¡±, afirma.?
Longley no duda en catalogar el nuevo marco legal como una ¡°prohibici¨®n 2.0¡± y, coincidiendo con varios expertos, deplora que se haya creado un oligopolio bajo el cobijo de las autoridades. ¡°Calculamos que el mercado negro emplea a unas 100.000 personas. No se brindaron las condiciones para incorporarlas dentro del sistema, teniendo en cuenta que uno de los argumentos del Gobierno era combatir la producci¨®n fuera de la ley. La legalizaci¨®n de los liberales beneficia a las grandes compa?¨ªas, pero muchos seguir¨¢n cultivando en la ilegalidad¡±, a?ade. Hugo St-Onge, portavoz del Bloc Pot, el partido procannabis de la provincia de Quebec, dice que la escasez de la marihuana legal constatada en Canad¨¢ apenas d¨ªas despu¨¦s de la entrada en vigor del nuevo marco regulatorio no es una sorpresa. ¡°Lo hab¨ªamos se?alado desde hace meses. El Gobierno no quiere ver la realidad sobre el consumo¡±, comenta. La formaci¨®n de Quebec, fundada en 1998, obtuvo un 0,12% de los votos en las elecciones del pasado mes de octubre.?
St-Onge y Longley critican, al igual que varios periodistas y diputados de la oposici¨®n, los v¨ªnculos cercanos entre expol¨ªticos del Partido Liberal y algunas firmas que recibieron las licencias federales para producir la hierba. Adam Miron, quien fungi¨® como director nacional y l¨ªder de las juventudes de ese partido, fund¨® con otro socio la compa?¨ªa The Hydropothecary. Chuck Rifici, extesorero de esa agrupaci¨®n pol¨ªtica, fue uno de los impulsores de la empresa Tweed. Martin Cauchon, ministro de Justicia en el Gobierno de Jean Chr¨¦tien, forma parte del consejo de administraci¨®n de DelShen. Adem¨¢s, hay otros actores m¨¢s con pasado liberal.
El primer ministro, Justin Trudeau, particip¨® el 21 de octubre en el programa de entrevistas m¨¢s visto de la televisi¨®n franc¨®fona en Canad¨¢. Trudeau respondi¨® al respecto: ¡°Tambi¨¦n hay gente del Partido Conservador. Est¨¢ Brian Mulroney [primer ministro de 1984 a 1993] y Julian Fantino [exjefe de la polic¨ªa de Toronto y diputado de 2010 a 2015]. Es una nueva industria y muchas personas se han implicado en ella. Les deseo buena suerte. Hubo un proceso muy riguroso e independiente para evaluar qui¨¦n pod¨ªa participar. No fueron decisiones pol¨ªticas. No hubo favoritismo¡±.?
Otro tema blanco de cr¨ªticas sobre la legalizaci¨®n, por parte de los militantes hist¨®ricos, tiene que ver con la prohibici¨®n de fumar la hierba en sitios p¨²blicos decretada por algunas autoridades municipales y de distritos. Cabe destacar que los arrendadores tienen derecho a dictar la misma disposici¨®n. ¡°Si eres rico, la legalizaci¨®n est¨¢ muy bien. Puedes comprar acciones de las firmas productoras, adquirir la marihuana al precio que marquen las tiendas autorizadas y consumirla en la casa de tu propiedad. No es el caso de todo el mundo¡±, comenta Longley.
Diversas autoridades han pedido un ambiente de mayor apertura respecto al consumo. Tal fue el caso de Val¨¦rie Plante, alcaldesa de Montreal, quien se?al¨® d¨ªas antes de la entrada en vigor de la legalizaci¨®n que muchos individuos son arrendatarios, por lo que vetar el humo del cannabis en los lugares p¨²blicos no es una medida realista.
Ya hace dos semanas desde que la legalizaci¨®n de la marihuana recreativa en Canad¨¢ entr¨® en vigor. Blair Longley comenta que los miembros de su partido seguir¨¢n difundiendo informaci¨®n sobre la realidad del cannabis, pero reconoce que los esfuerzos est¨¢n m¨¢s concentrados en asegurar su existencia electoral. ¡°Me parece que el escenario se complica por los recursos del Gobierno y de las compa?¨ªas para posicionar su idea de la legalizaci¨®n¡±, comenta. No obstante, Hugo St-Onge muestra optimismo. ¡°El lado positivo que veo en la ley de Trudeau es que permite que al menos hablemos directamente del cannabis. Los medios lo abordaron muy poco durante d¨¦cadas. Necesitamos generar un debate serio que vaya m¨¢s all¨¢ de las opiniones simplistas. Parece que hablamos de dinamita y no de una planta. La marihuana responde a otra realidad¡±, afirma.?
St-Onge, que ha aparecido constantemente en medios canadienses tras la legalizaci¨®n, dice que Trudeau no rob¨® la causa a los militantes pro cannabis de larga data. ¡°Lo que hizo nada tiene que ver con nuestras propuestas. Ojal¨¢ nos copie varias ideas. Queremos que la marihuana no aparezca m¨¢s en el c¨®digo criminal, que su cultivo se autorice para peque?os y medianos productores, que se puedan abrir clubes para su consumo. Hay que pensar en el cannabis como lo hacemos con la cerveza artesanal¡±, dice St-Onge. Y agrega: ¡°Justin Trudeau ha se?alado que la legalizaci¨®n servir¨¢ para proteger a los j¨®venes y combatir al crimen organizado. Es curioso. Invito a que la gente revise los archivos: son las mismas razones que dio el Gobierno durante d¨¦cadas para justificar la prohibici¨®n¡±.
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