Hallado un marcador precoz del da?o cardiaco de los tratamientos contra el c¨¢ncer
Un 25% de los pacientes oncol¨®gicos desarrolla dolencias en el coraz¨®n por la medicaci¨®n
Alrededor de un 25% de las personas con un c¨¢ncer que reciben tratamientos con antraciclinas, los quimioter¨¢picos m¨¢s usados, desarrollar¨¢ dolencias cardiacas. Detectarlas lo antes posible es fundamental para evitar que, literalmente, el remedio sea peor que la enfermedad. E investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) han descubierto lo que definen como el m¨¦todo de diagn¨®stico m¨¢s precoz: una prueba de imagen (una resonancia magn¨¦tica) que detecta sus primeras manifestaciones, que son edemas (hinchazones) de agua intracelular. ?
En el dif¨ªcil equilibrio de sanar y no da?ar, tan importante en los procesos oncol¨®gicos, la quimio es el caso extremo: aunque cada vez se afina y controla m¨¢s, se asumen ciertos efectos adversos (desde la anemia a la calvicie) a cambio del beneficio ante un problema mayor, el avance del tumor. Dentro de esos da?os colaterales, uno importante es el coraz¨®n. Y detectar cu¨¢ndo se produce es clave para regular el tratamiento. Con este hallazgo, que publica hoy la revista de la Sociedad Americana de Cardiolog¨ªa JACC, se puede suspender la medicaci¨®n si aparece el da?o. "La toxicidad cardiaca puede llegar a ser muy grave y condenar al superviviente del c¨¢ncer a insuficiencia cardiaca cr¨®nica o, incluso, a fallecer por esta complicaci¨®n", afirma el CNIC en una nota. "Este marcador descubierto se ve afectado mucho antes que cualquiera de los marcadores utilizados en la actualidad de manera cl¨ªnica, por lo que el hallazgo tiene gran impacto", a?ade el organismo.
La relaci¨®n entre ambos tipos de patolog¨ªas es cada vez mejor conocida. Tanto, que ya existe una especialidad que es la cardio-oncolog¨ªa dedicada precisamente a estudiar esa interacci¨®n. "Actualmente hay tres grandes retos en la cardio-oncolog¨ªa: conocer mejor los mecanismos fundamentales responsables del da?o cardiaco asociado a estos tratamientos tan eficaces; realizar un diagn¨®stico precoz del da?o mioc¨¢rdico, que actualmente se realiza cuando es irreversible en muchos casos, y desarrollar terapias espec¨ªficas" basadas en el conocimiento del mecanismo por el que empieza el perjuicio (ese peque?o edema) para sustituir "los tratamientos usados hoy d¨ªa para la cardiotoxicidad, que son inespec¨ªficos y poco eficaces en general", dice el coordinador del estudio, Borja Ib¨¢?ez, director de Investigaci¨®n Cl¨ªnica del CNIC y cardi¨®logo en la Fundaci¨®n Jim¨¦nez D¨ªaz de Madrid.
Ana Santaballa, vocal de junta directiva de Sociedad Espa?ola de Oncolog¨ªa M¨¦dica, confirma la importancia de encontrar este tipo de marcadores. "En oncolog¨ªa nos pasamos el d¨ªa equilibrando. Conforme avanzamos en el tratamiento del c¨¢ncer, y ahora muchos se van a curar, nos preocupan m¨¢s los efectos secundarios de los tratamientos a largo plazo, como la toxicidad cardiovascular", dice la jefa de secci¨®n de Oncolog¨ªa M¨¦dica del hospital de La Fe de Valencia. "Ahora vemos que muchos tumores los curamos y los pacientes se mueren de patolog¨ªas cardiovasculares".
La m¨¦dica afirma que las antraciclinas son fundamentales en el tratamiento de muchos c¨¢nceres, como los de mama y los linfomas, entre otros. Un marcador ofrece "la posibilidad de saber qu¨¦ paciente va a desarrollar ese efecto secundario, que si detecta precozmente podr¨ªa incluso revertirse. O detectar que el riesgo es tan elevado que no justifica tratarlo" concluye.
Para el estudio, los investigadores han usado cerdos, el modelo animal con el coraz¨®n m¨¢s similar al humano, tanto que se ha planteado varias veces usarlo para trasplantes. Se les inyect¨® el f¨¢rmaco, y se les hicieron resonancias cardiacas hasta descubrir la lesi¨®n utilizando la denominada T2 mapping,? una metodolog¨ªa de resonancia magn¨¦tica card¨ªaca.
Adem¨¢s del valor del indicador en s¨ª, tambi¨¦n se da una explicaci¨®n de la causa. La medicaci¨®n empieza a da?ar a las mitocondrias dentro de las c¨¦lulas cardiacas, y esto genera un edema intracelular, explica Carlos Gal¨¢n-Arriola, primer autor del estudio.?
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