La rana ib¨¦rica vence a la trucha en Pe?alara
Los trabajos cient¨ªficos para recuperar la especie en el Parque Nacional de la Sierra del Guadarrama se han prolongado durante m¨¢s de 12 a?os
La rana patilarga o rana ib¨¦rica?se ha recuperado en el macizo de Pe?alara, situado en el Parque Regional de la Sierra del Guadarrama, tras un ¡°enorme¡± esfuerzo que ha durado m¨¢s de 12 a?os y que contin¨²a ahora con labores de seguimiento, describe Jaime Bosch, investigador del CSIC y responsable de los trabajos. La especie, un endemismo de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica, estuvo a punto de desaparecer por la introducci¨®n de dos tipos de trucha a partir de los a?os 70: la trucha de arroyo (Salvelinus fontinalis), especie invasora procedente de Estados Unidos y Canad¨¢, y la trucha de aqu¨ª, la com¨²n (Salmo trutta). Sin esa intervenci¨®n del hombre, en el h¨¢bitat de alta monta?a de esa rana y otros anfibios no habr¨ªan existido peces debido a la existencia de barreras naturales. Los resultados de la investigaci¨®n se publican hoy en la revista cient¨ªfica PLoS One.
El salvelino apareci¨® en la laguna Grande de Pe?alara, la m¨¢s emblem¨¢tica, situada a 2.040 metros de altitud, en los a?os setenta, desde donde saltaron a los arroyos de Pe?alara y Dos Hermanas. All¨ª se hicieron fuertes convirti¨¦ndose en la pesadilla no solo de la rana patilarga, en peligro en las zonas monta?osas del centro de Espa?a, sino del sapo partero y de la salamandra com¨²n. Estas especies corrieron mejor suerte, al contar con otras masas de agua alternativas donde se refugiaron. El ¨²nico que consigui¨® salir indemne de la invasi¨®n fue el sapo com¨²n, porque sus renacuajos son t¨®xicos y los peces, aunque los prueban, no se los comen.
No fue el ¨²nico problema. Al mismo tiempo, pescadores locales llevaron ejemplares de trucha com¨²n a otro arroyo, al Pepe Hernando, desde las zonas bajas del valle hacia las partes m¨¢s altas donde no habr¨ªan llegado de forma natural.
¡°La gente va trasladando alevines peque?os arroyo arriba para m¨¢s tarde poder capturarlos y no se dan cuenta del da?o que hacen, porque la introducci¨®n de especies es la primera causa de destrucci¨®n de biodiversidad¡±, advierte Bosch. Sobre todo, concreta, en un mundo globalizado y afectado por el cambio clim¨¢tico en el que cada vez se dan m¨¢s casos de especies invasoras. Bosch califica el ¨¦xito de su trabajo como ¡°un granito de esperanza, una muestra de que se pueden hacer cosas¡±.
La rana patilarga ten¨ªa complicado sobrevivir a la batalla con las truchas en los arroyos de alta monta?a de Pe?alara, debido a que es una especie muy sensible que necesita agua corriente limpia y oxigenada y no tiene posibilidades de refugiarse en zonas sin esas caracter¨ªsticas. En otro tipo de r¨ªo, m¨¢s ancho y con cierta profundidad en su parte central, ambas especies pueden llegar a convivir. En esos cursos de agua cada uno ocupa su espacio: la trucha se va al medio del r¨ªo y los renacuajos a las orillas, donde es imposible que les alcancen por su poca profundidad. La rana, adem¨¢s, permanece quieta cuando detecta la presencia de la trucha y esta, al ser un depredador visual, no la ve. Un sistema defensivo que en Pe?alara no sirve para nada, porque el espacio que comparten es muy reducido y no hay orillas con poca profundidad. ¡°Les puede funcionar cinco minutos, pero luego caen¡±, dice el cient¨ªfico.
La ¨²nica soluci¨®n en Pe?alara era la erradicaci¨®n de los peces invasores que hab¨ªan formado colonias reproductoras. En la Laguna Grande, de la que se consiguieron sacar hace a?os, de 1998 a 2002, se utilizaron redes. Pero en los arroyos ese mecanismo no era efectivo y se emple¨® la pesca el¨¦ctrica durante 12 a?os consecutivos, de 2002 a 2014. ¡°Es un m¨¦todo muy manual, tienes que ir metro a metro emitiendo peque?as descargas que act¨²an en un par de metros y si una trucha se refugia debajo de una piedra ya no hay forma de llegar a ella", relata. Paso a paso, con paciencia, lograron sacar a todos los peces de los r¨ªos y comenz¨® la recolonizaci¨®n. Capturaron 912 salvelinos y 196 truchas comunes. A partir de 2005 detectan las primeras reproducciones de la rana, pero en la Hoya de Pe?alara fue necesario establecer un programa de cr¨ªa en cautividad y reintroducirlas. Desde 2011 han liberado 1.358 individuos en diferentes etapas de crecimiento. La Consejer¨ªa de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid financi¨® la actuaci¨®n.
"El estudio proporciona informaci¨®n crucial para el manejo de las poblaciones de anfibios que habitan en arroyos de alta monta?a", explica Bosch. Ahora siguen vigilando a esta poblaci¨®n, "que todav¨ªa es peque?a". La amenaza de los peces est¨¢ controlada, ahora queda el hongo que transmite una enfermedad letal (quitriodiomicosis) responsable, adem¨¢s del cambio clim¨¢tico, de que los anfibios est¨¦n desapareciendo no solo de los humedales de Pe?alara, sino de otras muchas partes del mundo. Los registradores instalados en las aguas de la laguna Grande desvelaron en 2017 que su temperatura media m¨¢xima hab¨ªa pasado de 22 grados cent¨ªgrados a 23,8 en la ¨²ltima d¨¦cada.
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