Las suizas salen a la calle en una jornada de paro nacional para reclamar la igualdad real
Miles de mujeres participan en las protestas para exigir el fin de la brecha salarial, medidas de conciliaci¨®n y contra la violencia de g¨¦nero
Suiza no es pa¨ªs de grandes protestas, y mucho menos de huelgas generales. Pero este viernes, decenas de miles de mujeres se han lanzado a la calle para exigir la igualdad real, el fin de la discriminaci¨®n salarial, medidas de conciliaci¨®n y tolerancia cero ante la violencia de g¨¦nero. Veintiocho a?os despu¨¦s de que medio mill¨®n de mujeres protagonizaran el primer paro general para reivindicar sus derechos, muchas suizas se han visto cargadas de motivos para volver a la protesta, convocadas por organizaciones feministas y sindicatos.
Las primeras mujeres salieron a la calle cuando a¨²n era de noche para despertar a la movilizaci¨®n con caceroladas y pitadas, mientras la catedral de Lausana se iluminaba en morado, y el s¨ªmbolo feminista se proyectaba sobre la fachada de una torre de Basilea. ¡°Las mujeres cambiamos la sociedad. Ahora¡±, anunciaba desde primera hora una gran pancarta en la Bundesplatz de la capital, Berna. En todo el pa¨ªs se han organizado actividades en plazas y parques a lo largo de la jornada, que ha culminado por la tarde en grandes manifestaciones en las principales ciudades, en las que los asistentes han reclamado m¨¢s "sueldo, tiempo y respeto".
"Nos hemos dado cuenta de que las cosas no han cambiado desde 1991. La igualdad es un derecho constitucional que no existe de manera real, material, efectiva, para las mujeres", ha criticado Tamara Knezevic, organizadora de una de las marchas que hoy ha vivido Z¨²rich. "Todav¨ªa hay muchas desigualdades que debemos cambiar. En Suiza hay mucho sexismo y prejuicios que sufren las mujeres frente a los hombres', ha afirmado en la manifestaci¨®n de Ginebra Stephanie, de 25 a?os y educadora.
"El 14 de junio de 2019 entrar¨¢ en la historia reciente de Suiza como la mayor manifestaci¨®n pol¨ªtica", ha asegurado a ¨²ltima hora de la tarde la Uni¨®n Sindical Suiza, que agrupa a 16 organizaciones de trabajadores y ha cifrado en varios centenares de miles las mujeres que participaron en acciones o la huelga a lo largo de la jornada.
La patronal de empleadores advirti¨® contra el paro, que consider¨® ¡°ilegal¡± al no ser laboral y record¨® que en las empresas con convenio colectivo prevalece el principio de la ¡°paz social¡±, que impide las huelgas en favor de la negociaci¨®n, seg¨²n la normativa suiza. Algunas empresas han ofrecido el d¨ªa libre a las empleadas que lo han pedido, en otros centros de trabajo se han realizado pausas largas o los hombres han cubierto a sus compa?eras. Las organizaciones feministas y sindicales han llamado a las mujeres a terminar la jornada a las 15.24 para cobrarse por un d¨ªa ese 20% de media que ganan menos que los hombres.
Los sindicatos esperan que la movilizaci¨®n desaliente posibles sanciones a las participantes que han optado por parar todo el d¨ªa. En ello conf¨ªa Natascha Wey, miembro de la direcci¨®n del sindicato de servicios p¨²blicos VPOD y copresidenta de la secretar¨ªa de mujeres del Partido Socialista Suizo, que considera necesaria la huelga. ¡°No avanzamos¡±, afirma por tel¨¦fono desde Z¨²rich en v¨ªsperas del paro, antes de recitar una larga lista de razones que abonan el malestar: la brecha salarial, m¨¢s mujeres en empleos peor pagados, el peso principal en el cuidado de ni?os y mayores, pensiones hasta un 37% m¨¢s bajas que los hombres, el acoso sexual, y una violencia de g¨¦nero que no se visibiliza lo suficiente y deja una mujer asesinada cada dos semanas a manos de su pareja o expareja.
La igualdad de mujeres y hombres se introdujo en la Constituci¨®n suiza en 1981, pero una d¨¦cada despu¨¦s, apenas se hab¨ªan producido avances, lo que llev¨® al primer paro general el 14 de junio de 1991. La ley de igualdad lleg¨® cinco a?os despu¨¦s, la despenalizaci¨®n del aborto en 2002 y las 14 semanas de permiso de maternidad en 2005. En ese largo camino ¨Cel derecho al voto no se aprob¨® hasta 1971- se ha ganado en igualdad, pero no lo suficiente. ¡°Hay una gran necesidad de recuperar terreno¡±, abunda Wey, de 37 a?os. ¡°No tenemos permisos de paternidad, por ejemplo, y las guarder¨ªas son muy caras¡±. Las mujeres contin¨²an llevando el peso de la crianza, de modo que seis de cada 10 trabajadoras, pero solo 1,8 de cada 10 hombres, tienen un empleo a tiempo parcial, seg¨²n datos de la Administraci¨®n federal. Eso conduce a pensiones m¨¢s bajas, menos oportunidades de formaci¨®n y de carrera profesional.
Suiza disfruta de un alto nivel de vida, con una renta per c¨¢pita de 82.411 d¨®lares (unos 73.160 euros, seg¨²n el FMI), pero no se distribuye de manera igualitaria, a juicio de los organizadores del paro. ¡°La riqueza de un pa¨ªs tambi¨¦n est¨¢ relacionada con que las mujeres la compartan, que se vea en sus sueldos y patrimonio¡±, apuntaba Wey.
¡°Hay que organizarse, que entren m¨¢s mujeres en pol¨ªtica para cambiar la situaci¨®n¡±, a?ade Wey, que conf¨ªa en que la huelga tenga su reflejo en las elecciones generales que se celebrar¨¢n el pr¨®ximo octubre. Las mujeres ocupan ahora el 31,7% de los esca?os, frente al 47,4% en Espa?a. La izquierda tiene listas paritarias; los conservadores y populistas de derecha sit¨²an a menos mujeres en las suyas. El Parlamento ha interrumpido hoy las sesiones durante un cuarto de hora, en el que muchas diputadas han aprovechado para bajar a la calle y unirse a las mujeres concentradas ante el edificio. Desde el Gobierno federal tambi¨¦n han llegado se?ales de apoyo a las reivindicaciones. Al contrario que la izquierda y los ecologistas, los partidos de derecha han rechazado el paro como instrumento de protesta, pero sus secretar¨ªas de la mujer han expresado su apoyo a las demandas de las manifestantes.
El movimiento feminista suizo ha recobrado impulso al calor de la ola del MeToo, y una revisi¨®n descafeinada de la ley de igualdad en el Parlamento en oto?o pasado que agit¨® el debate y desemboc¨® en la convocatoria de huelga feminista. Desde principios de a?o, se han creado multitud de colectivos para prepararla. Itziar Mara?¨®n, espa?ola de 42 a?os que emigr¨® hace 11 a Suiza, acudi¨® a un encuentro de mujeres convocado por Facebook en Berna y desde entonces no ha parado. ¡°Aquel d¨ªa ¨¦ramos cinco o seis, pero el grupo ha ido creciendo y ahora hay unas 150 apuntadas¡±, cuenta por tel¨¦fono esta periodista de formaci¨®n y ahora responsable de proyectos de integraci¨®n en el Ayuntamiento de Berna.
¡°El movimiento feminista estaba bastante parado, faltaba un cambio generacional¡±, opina Mara?¨®n, que destaca tambi¨¦n a la ¡°inspiraci¨®n¡± del 8-M espa?ol. Un coro de la ciudad que amenizar¨¢ este viernes la jornada en Berna ha incluido en su repertorio la canci¨®n ¡°A la huelga¡±, coreada por miles de manifestantes en Bilbao en el 8-M de 2018.
Las precursoras del paro de hoy, las mujeres que salieron a la calle el 14 de junio de 1991 ¡°demostraron que cuando se presiona, se pueden conseguir avances¡±, destaca Kathrin Hilber, consultora aut¨®noma de 68 a?os tras ser consejera regional en St. Gallen y diputada por el Partido Socialista Suizo. Hilber, entonces rectora de la Escuela Superior de Trabajo Social de St. Gallen, se recuerda a s¨ª misma en aquella primera jornada de huelga feminista dando un discurso en la plaza del Mercado de la ciudad, haciendo ¡°pol¨ªtica desde abajo¡±, exigiendo, entre otras cosas, que entraran mujeres en el Gobierno. La primera lo logr¨® en 1984. Y ha habido avances, pero la conciliaci¨®n ¡°no est¨¢ resuelta¡± y las ¡°mujeres pagan el precio¡±, entre otros problemas, por lo que Hilber ten¨ªa previsto estar hoy en el mismo sitio que hace 28 a?os, manifest¨¢ndose por una igualdad real.
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