Dos mujeres asesinadas por el mismo hombre en 17 a?os
Salvador Ram¨ªrez mat¨® a su esposa de 22 a?os en 2002 y este mes a su pareja, de 45 a?os. Dej¨® ocho hu¨¦rfanos
Amanda del Carmen Cabeza, 22 a?os, y Ana L¨²cia Da Silva, 45 a?os, murieron asesinadas por Salvador Ram¨ªrez con 17 a?os de diferencia pero parecida crueldad. Entre el humilde piso de Algeciras alquilado en 2002 y el tambi¨¦n modesto que comparti¨® hasta hace 10 d¨ªas en C¨®rdoba antes de incendiarlo con su nueva pareja dentro, Ram¨ªrez pas¨® 16 a?os en la c¨¢rcel que no atenuaron su instinto iracundo y sa?a. Dej¨® ocho hu¨¦rfanos, los tres hijos de su matrimonio con Cabeza y cinco de Da Silva, que hab¨ªa llegado de Brasil en la primavera del a?o pasado. Da Silva dej¨® a cuatro hijos en su pa¨ªs, y solo trajo a Espa?a a Rosa, de 16 a?os.
¡°El ataque fue muy violento y brutal¡±. El fiscal Emilio Lled¨® recuerda el escalofriante asesinato de Cabeza a manos de su esposo, un mes despu¨¦s de decirle que se quer¨ªa separar de ¨¦l. A pesar de tener tres hijos peque?os y carecer de empleo, la joven estaba decidida a poner fin a las peleas y golpes en casa. ¡°Tras un forcejeo, le anud¨® el cord¨®n de la plancha sobre el cuello, le apret¨® fuertemente produci¨¦ndole fractura de tr¨¢quea y p¨¦rdida de consciencia, y en tal estado la arrastr¨® hasta el cuarto de ba?o, introduci¨¦ndola en la ba?era, llena de agua, y falleciendo ahogada¡±. La crueldad que describe la sentencia del primer crimen de Ram¨ªrez cometido en Algeciras (C¨¢diz) se repiti¨® la semana pasada cuando asesin¨® a Da Silva a cuchilladas, antes de quemar el piso de ambos y suicidarse.
?C¨®mo pudo asesinar por segunda vez tras asistir a un curso de violencia de g¨¦nero en la c¨¢rcel y si su reinserci¨®n iba sobre ruedas, seg¨²n los informes internos?
La tasa general de reincidencia en delitos de violencia de g¨¦nero ronda el 25%, seg¨²n el estudio m¨¢s completo realizado en 2014 por el Centro de Estudios Jur¨ªdicos y Formaci¨®n Especializada de la Generalitat catalana. Sin embargo, no hay estudios sobre asesinos de parejas que vuelven a matar, confirma el experto y catedr¨¢tico de psicolog¨ªa de la Universidad de Barcelona Antonio Andr¨¦s Pueyo.
¡°Las estad¨ªsticas demuestran que cuanta m¨¢s intervenci¨®n, menor reincidencia. El tratamiento es voluntario en prisi¨®n, pero la voluntad es relativa porque obtienen m¨¢s puntos para salir antes en libertad¡±, subraya la experta psic¨®loga de prisiones Mar¨ªa Yela. Lo extraordinario de Ram¨ªrez es la gravedad del crimen, con ensa?amiento, reflexiona Yela.
La semana pasada Da Silva se convirti¨® en la v¨ªctima mortal n¨²mero 1.000 de la violencia machista desde que hay registro oficial. La misma pregunta sin respuesta se repite entre amistades y familiares: ?Por qu¨¦ confi¨® Ana Luc¨ªa Da Silva en ese hombre con ese pasado despu¨¦s de que la alertaran sus familiares?
Entre ambos cr¨ªmenes, el asesino sigui¨® un curso sobre violencia de g¨¦nero, tuvo ¡°buena conducta¡±, un expediente ¡°sin sanciones¡±, ¡°numerosos permisos sin incidencias¡± y su riesgo de reincidencia en la calle era ¡°medio-bajo¡±, seg¨²n los informes aportados por la prisi¨®n de C¨®rdoba al Juzgado de Vigilancia Penitenciaria n¨²mero ocho, que dict¨® su semilibertad en r¨¦gimen de tercer grado en octubre de 2017. Los programas para los condenados por violencia machista incluyen una intervenci¨®n psicoterap¨¦utica y educativa que persigue modificar actitudes sexistas, la justificaci¨®n de los hechos violentos y la empat¨ªa hacia las v¨ªctimas.
¡°?l tomaba pastillas y las dej¨®. Le dijimos que siguiera tom¨¢ndolas y otra vez nos cont¨® que las hab¨ªa retomado¡±, cuenta una mujer que coincidi¨® con ¨¦l en su grupo de la iglesia evang¨¦lica cordobesa. ¡°Era muy introvertido, solitario, y en la primera reuni¨®n cont¨® que se hab¨ªa intentado suicidar tres veces¡±, a?ade esta mujer. Otra persona que lo trat¨® un tiempo en Algeciras, le define: ¡°Ten¨ªa un punto primitivo, no sab¨ªa dominarse y era muy impulsivo¡±. Entonces Ram¨ªrez trabajaba de guarda de seguridad a cambio de 800 euros en los c¨¦ntricos aparcamientos de El Carmen. Su abogado en el juicio, Jos¨¦ Antonio Fern¨¢ndez, alega que su estabilidad mental qued¨® tocada tras asesinar a su joven esposa: ¡°Le com¨ªa la culpabilidad y psicol¨®gicamente le afect¨® bastante el crimen¡±.
El magistrado ponente de la Audiencia de C¨¢diz que sentenci¨® este primer crimen, Manuel Guti¨¦rrez Luna, lo recuerda ¡°con claridad¡±: ¡°La declaraci¨®n del acusado fue bastante fr¨ªa y cre¨ªa que estaba en su raz¨®n de hacer lo que cometi¨®. Desde su punto de vista, ¨¦l narr¨® que ten¨ªa el derecho de matarla y hac¨ªa lo correcto. Arrepentimiento poco, casi ninguno¡±, rememora. Es decir, su sentimiento de posesi¨®n y cosificaci¨®n hacia la mujer le provoc¨® esa falta de remordimiento que asombr¨® en la sala de vistas, pese a la gravedad del delito. Los m¨¦dicos forenses dictaminaron que Ram¨ªrez no sufr¨ªa ninguna enfermedad mental.
Al tanatorio apenas acudieron tres vecinos para velar a la joven fallecida, entre ellas ?ngeles Delgado, que conoci¨® a la v¨ªctima al compartir el mismo colegio sus hijos, y ahora vive en los mismos bloques de la barriada La Pi?era de Algeciras. ¡°Ella a m¨ª no me contaba las palizas para evitar que me enfrentara al tonto, como le llamaba ella¡±, dice en referencia a Ram¨ªrez.
Criada en una familia desestructurada, Cabeza hab¨ªa dado a luz por primera vez a los 15 a?os y los siguientes dos a?os tendr¨ªa otros dos hijos que hoy est¨¢n acogidos por una familiar. Cuando empez¨® la violencia en casa, un d¨ªa acudi¨® a la asociaci¨®n de mujeres progresistas Victoria Kent para asesorarse, pero no lo hizo con regularidad para que hicieran un seguimiento. Roc¨ªo Ben¨ªtez, presidenta de Victoria Kent, personada en el juicio como acusaci¨®n, equipara el caso al patr¨®n general que han visto desde que iniciaron su ayuda a las mujeres maltratados en 1991, cuando se cre¨®: ¡°La mujer le pone l¨ªmites y el hombre no asume que una mujer de su propiedad le ponga l¨ªmites¡±.
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