Horarios de hierro y profesores insensibles: la dura vida del alumno deportista
La dificultad para compaginar los estudios fuerza a muchos alumnos a abandonar el deporte y otras actividades que exigen alta dedicaci¨®n, como la danza y la m¨²sica
?ngel Navarro corre por la pista del estadio de atletismo del Turia, en Valencia. Acaba de terminar 10 lanzamientos de disco a la hora perfecta: es s¨¢bado por la ma?ana, en las instalaciones hay poca gente, y ¨¦l puede dar rienda suelta a su potencia, que le permite lanzar la plancha met¨¢lica a m¨¢s de 50 metros, sin peligro de descalabrar a nadie. Navarro, cuyas marcas le han permitido ser campe¨®n de Espa?a en categor¨ªa Sub-18, tiene 17 a?os, estudia un ciclo medio de Formaci¨®n Profesional y vive desde Primaria sin perder de vista el horario. Seguirlo f¨¦rreamente, asegura y corroboran los expertos, es el ¨²nico camino para que un adolescente compagine con ¨¦xito los estudios y la actividad deportiva de alto nivel. Dos mundos que viven en buena medida de espaldas, lo que aumenta el riesgo de fracaso escolar o, con mayor frecuencia, de abandono del deporte.
¡°Me despierto a las seis. A las seis y media salgo de casa. A las 6.50 cojo el tren de Cercan¨ªas en Catarroja. Y a las ocho entro en el instituto de Gandia, el ¨²nico de Valencia donde puedo estudiar el ciclo de Atletismo. Salgo a las doce o a la una, depende del d¨ªa. Vuelvo a casa, como, descanso y me voy a entrenar¡±. Entre semana, Navarro entrena tres horas, hasta las nueve de la noche, y a las once suele estar durmiendo. Las tardes del s¨¢bado y los domingos los tiene libres.
¡°Este a?o el horario est¨¢ bien¡±, dice sentado en una grada del estadio. Cuando estudiaba Secundaria terminaba las clases m¨¢s tarde y de lunes a viernes pasaba, adem¨¢s, una hora y media, en una academia de repaso. Sus padres lo matricularon despu¨¦s de que en primero de la ESO, coincidiendo con el momento en que empez¨® a despuntar deportivamente, tuviera que repetir curso.
Las estad¨ªsticas del Consejo Superior de Deportes (CSD) no recogen cu¨¢ntos deportistas de alto nivel (cuyos nombres aparecen cada a?o publicados en el BOE) y de alto rendimiento (un grado por debajo, certificado por el CSD o las comunidades aut¨®nomas), compatibilizan la actividad deportiva con ense?anzas regladas no universitarias. Pero el a?o pasado 6.975 deportistas en edad escolar participaron en campeonatos oficiales, 3.432 mujeres y 3.543 hombres. El 55% de la poblaci¨®n de 6 a 18 a?os, recoge por otra parte un estudio del CSD, realiza actividades f¨ªsicas m¨¢s de tres veces por semana. Pero la pr¨¢ctica disminuye ¡°de manera significativa y progresiva¡± a medida que crecen, y al aproximarse a la mayor¨ªa de edad el porcentaje cae por debajo de la mitad.
Profesores inflexibles
Navarro tuvo suerte: en el colegio y en el instituto no encontr¨® problemas para que los profesores le justificaran faltas y le cambiaran fechas de ex¨¢menes para acudir a las competiciones. Las normativas escolares auton¨®micas permiten que los centros den a los deportistas un tratamiento individualizado, pero no les obligan a hacerlo, y eso genera inseguridad, se?ala Carlos Hernando, entrenador de atletismo y jefe del servicio de Deportes de la Universidad Jaume I de Castell¨®n. ¡°Los j¨®venes abandonan el deporte de alto nivel, en gran medida, por la presi¨®n de sus padres, que les piden que se centren en los estudios. En parte porque el modelo es poco flexible. Me he encontrado bastantes veces con profesores que se han negado a facilitar que un alumno asistiera a un campeonato. O que lo han hecho como si le perdonaran la vida, cuando deber¨ªa ser algo normalizado, conocido y aceptado por el claustro antes del inicio de curso. No puede ser algo que decida cada maestro¡±, considera Hernando.
¡°En la ESO y el Bachillerato, que es cuando el deportista tiene que aprender a compaginar ambas actividades, el sistema no est¨¢ preparado para ayudarles¡±, afirma Susana Reg¨¹ela, jefa de la unidad de formaci¨®n del Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat, en Barcelona. Reg¨¹ela opina que en los institutos el profesor de Educaci¨®n F¨ªsica deber¨ªa encargarse de acompa?ar a estos alumnos, estar al tanto de su calendario y facilitar la coordinaci¨®n con el equipo docente. ¡°Si, adem¨¢s de tener deportistas de alto nivel, queremos fomentar que los j¨®venes sean m¨¢s saludables y puedan desarrollar otras inquietudes, como el deporte, la danza o la m¨²sica, que conllevan una alta dedicaci¨®n, las instituciones educativas deben facilitarlo¡±, subraya.
Al sistema deportivo tambi¨¦n le falta, con frecuencia, sensibilidad. ¡°Deber¨ªa saber que hay periodos en los que no puede haber competiciones. Los campeonatos europeos y mundiales coinciden muchas veces con la ¨¦poca en que los deportistas de segundo de Bachillerato tienen la selectividad¡±, lamenta Reg¨¹ela.
Gimnasia y nataci¨®n
La compaginaci¨®n es m¨¢s dif¨ªcil en unas disciplinas que en otras, indica Manoli Alonso, miembro del comit¨¦ t¨¦cnico de la Federaci¨®n Espa?ola de Atletismo, que ha formado a cientos de deportistas. ¡°En gimnasia r¨ªtmica y art¨ªstica y en nataci¨®n la exigencia es muy fuerte desde muy pronto. Pero en atletismo o en deportes de equipo yo creo que se puede compaginar, priorizando siempre la educaci¨®n, sin demasiados problemas, al menos hasta los 17 o 18 a?os. A veces se culpa al deporte del mal resultado en los estudios, cuando lo que hay es una falta de organizaci¨®n¡±.
Adem¨¢s del compromiso de los chavales, compatibilizar ambas carreras requiere casi siempre una gran entrega por parte de sus familias. ¡°Esto se aguanta porque los padres aportan mucho econ¨®micamente, emocionalmente y con su tiempo para que el chico o la chica puedan tirar adelante¡±, afirma Josep Sol¨¢, profesor de la Universidad Ramon Llull. Vicente Navarro, que va punteando las respuestas de su hijo ?ngel durante la entrevista en el estadio de Valencia, asiente: ¡°Pasamos muchas horas llev¨¢ndolos, tray¨¦ndolos y esperando sentados. No hay otra¡±. El hombre, que de joven tambi¨¦n fue lanzador, a?ade que gracias al impulso de los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona en su ¨¦poca los deportistas como ¨¦l ten¨ªan un apoyo econ¨®mico de las Administraciones que hoy, pese a sus marcas, j¨®venes como su hijo no reciben.
Marcharse de casa con 14
En Espa?a conviven dos modelos escolares para los deportistas de alta dedicaci¨®n. Los centros integrados (hay 52 p¨²blicos en Espa?a), donde los alumnos estudian, entrenan y con frecuencia residen, permiten compaginar mejor. Pero exigen a los adolescentes renunciar a su escuela, alejarse de sus amigos y en muchas ocasiones dejar de vivir con sus familias. En algunos deportes, como la nataci¨®n y la gimnasia, desde los 14 a?os. Los modelos no integrados se basan, por su parte, en que el centro ordinario ofrece al alumno facilidades en materia de ausencias justificadas. En Catalu?a la normativa prev¨¦ tambi¨¦n expresamente adaptar el curr¨ªculo escolar.
Josep Sol¨¤, profesor de la Universidad Ramon Llull que ha investigado ambos modelos, se?ala que hay casos en los que el centro integrado constituye la ¨²nica soluci¨®n. Por ejemplo: un nadador muy bueno surgido en un club deportivo modesto puede tener dif¨ªcil, de otra manera, entrenar en una piscina de 50 metros. Un jugador de baloncesto, en cambio, con tal de que su escuela sea m¨ªnimamente sensible a su actividad deportiva, no necesitar¨¢ dejarla. "La selecci¨®n espa?ola acaba de quedar campeona del mundo y ninguno de sus jugadores pas¨® por un centro integrado de alto rendimiento", comenta Sol¨¤.
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