El bloqueo de las negociaciones amenaza la Cumbre del Clima

La Cumbre del Clima que se celebra en Madrid ¡ªque deber¨ªa haber terminado el viernes¡ª sigue atascada en las negociaciones sobre c¨®mo se debe poner en marcha el Acuerdo de Par¨ªs, firmado en 2015 y cuyos planes de recorte est¨¢n previstos para la d¨¦cada que comienza en apenas 15 d¨ªas. Dos grandes puntos son los que generan el estancamiento de las discusiones de los representantes de los casi 200 pa¨ªses reunidos en esta cita bajo el paraguas de la ONU: c¨®mo instar a los Gobiernos a presentar planes de recorte de gases de efecto invernadero m¨¢s duros que los que tienen previsto aplicar ahora y c¨®mo deben articularse los futuros mercados de intercambio de derechos de emisiones de di¨®xido de carbono (CO₂). En ambos puntos que atascaban el final de la COP25 ¡ªcomo se denomina esta cita internacional¡ª est¨¢n muy presentes las herencias del Protocolo de Kioto y las promesas de financiaci¨®n que los pa¨ªses desarrollados han hecho durante a?os a los Estados m¨¢s pobres para ayudarles a adaptarse a los impactos del calentamiento global.

La presidencia de esta COP25, que ostenta Chile, intenta buscar v¨ªas intermedias para desbloquear la negociaci¨®n, como dejar el desarrollo de la parte m¨¢s t¨¦cnica y conflictiva de los mercados de carbono para m¨¢s adelante, como explic¨® el viernes Andr¨¦s Landerretche, coordinador de la Presidencia de la cumbre.

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Sin embargo, tras una noche de negociaciones, este s¨¢bado por la ma?ana la presidencia de la COP25 ha presentado unos nuevos borradores, que siguen sin generar consenso. A un lado est¨¢n la Uni¨®n Europea y muchos pa¨ªses, entre ellos varios latinoamericanos, como Colombia, que apuestan por pedir una mayor ambici¨®n contra el cambio clim¨¢tico e instar a todos los Estados a revisar al alza sus planes de lucha contra el calentamiento en 2020. Al otro lado, se han situado China, la India y algunos pa¨ªses africanos y otros pretroleros que prefieren que en la declaraci¨®n final se incida m¨¢s en lo que no se ha hecho en cuanto a adaptaci¨®n; b¨¢sicamente, reprochan a los pa¨ªses desarrollados que no aporten lo suficiente a los pa¨ªses en desarrollo para adaptarse a los impactos del cambio clim¨¢tico. Con unas posiciones tan alejadas, tambi¨¦n en el tema t¨¦cnico de los mercados de carbono, lo previsible es que la negociaci¨®n siga durante el d¨ªa.

Los borradores difundidos la ma?ana de este s¨¢bado tampoco han gustado a las ONG que siguen de cerca las negociaciones. "Es completamente inaceptable", ha resumido?Jennifer Morgan, directora de Greenpeace internacional. "Nunca he visto una desconexi¨®n tan grande entre la ciencia y lo que piden los ciudadanos en las calles y los negociadores de una cumbre", ha resumido por su parte Alden Meyer, miembro de la ONG?Uni¨®n de Cient¨ªficos Preocupados. "Los Gobiernos la han cagado", ha a?adido Mohamed Adow, de la Red de Acci¨®n por el Clima. ?

El Acuerdo de Par¨ªs, que sustituir¨¢ a Kioto, obliga a sus firmantes a intentar que el calentamiento se quede dentro de unos l¨ªmites no catastr¨®ficos. Y, partiendo del conocimiento cient¨ªfico, establece el objetivo de que el incremento medio de la temperatura no supere los dos grados respecto al nivel preindustrial y, en la medida de lo posible, 1,5. Para lograrlo, todos los firmantes del Acuerdo de Par¨ªs deben presentar planes de recorte de emisiones. Pero los objetivos que hay ahora llevar¨¢n a un incremento de la temperatura de al menos 3,2 grados. Por eso el propio Acuerdo de Par¨ªs obliga a que se revisen al alza esos planes nacionales de recorte de emisiones.

La ONU y un grupo de Estados ¡ªentre los que figuran los pa¨ªses insulares y la Uni¨®n Europea¡ª abogan por que ya en 2020 se presenten las revisiones de los objetivos. Y 84 pa¨ªses, entre los que est¨¢n Alemania, Francia, el Reino Unido y Espa?a, se han comprometido ya a hacerlo as¨ª. Pero el problema no son los que est¨¢n, sino los que faltan; ni EE UU, ni China, ni la India ni Rusia se han sumado a esa iniciativa, impulsada por la presidencia de la COP25. Adem¨¢s, algunos de estos grandes emisores ¡ªjuntos acumulan casi el 55% de todos los gases de efecto invernadero que expulsa la econom¨ªa mundial¡ª no quieren que se haga ning¨²n llamamiento a que los pa¨ªses aumenten sus planes de recorte en 2020 en el texto final de la cumbre. A esos grandes emisores se les unen otros pa¨ªses en desarrollo, como los africanos, que insisten en que se debe analizar lo que han hecho hasta ahora los desarrollados y no solo en materia de mitigaci¨®n (recortes), sino tambi¨¦n en adaptaci¨®n. Es decir, exigen que se revise si los Estados ricos han cumplido con sus promesas de ayudar econ¨®micamente a los pa¨ªses en desarrollo a adaptarse a un cambio clim¨¢tico.

El otro gran punto de atasco es el art¨ªculo 6, el que hace referencia a los mercados de intercambio de derechos de emisiones de CO₂. Con el Protocolo de Kioto se generaron millones de unidades de carbono, que se emplean para compensar las emisiones. Por ejemplo, un pa¨ªs (o una empresa) que tiene que compensar el CO₂ que emite acude a los mercados existentes y adquiere esas unidades. El problema, como explica el ministro de Medio Ambiente de Costa Rica, Carlos Manuel Rodr¨ªguez, es que en muchos casos no ha existido una verdadera verificaci¨®n sobre los proyectos que hab¨ªa detr¨¢s de esas unidades ¡ªpor ejemplo, de reforestaci¨®n¡ª. Algunos pa¨ªses que acumulan muchas unidades, como Brasil, Australia o la India, pretenden que se puedan seguir utilizando con el Acuerdo de Kioto. El otro punto de bloqueo en este art¨ªculo es el de c¨®mo evitar la doble contabilidad: que una misma unidad no se pueda contabilizar en el pa¨ªs que la genera y en el que la compra.