La dificultad de cosechar la lluvia en Ciudad de M¨¦xico
Los expertos se debaten entre un mejor aprovechamiento del agua que cae del cielo y la ineficiencia econ¨®mica de su uso ciudadano
Aprovechar el agua de la lluvia para el suministro ciudadano es algo tan l¨®gico que ya lo hac¨ªan civilizaciones milenarias. Con el cambio clim¨¢tico muchas miradas vuelven ahora a esas pr¨¢cticas, pero ya no estamos en la antigua Mesopotamia y lo que parece natural no siempre es rentable. V¨¦ase por ejemplo la Ciudad de M¨¦xico, una enorme colmena de nueve millones de habitantes si se cuenta solo el primer per¨ªmetro urbano. En los meses de lluvia, aproximadamente la mitad de a?o, el agua cae del cielo en tal abundancia que las calles se convierten en r¨ªos y los charcos se hacen lagos. Es inevitable preguntarse por qu¨¦ no se almacena esa riqueza cuando hay distritos que tan siquiera disponen de suministro canalizado. Pero no es tan f¨¢cil: cuando se habla de agua se habla de pol¨¦mica.
Los vestigios aztecas y mayas revelan que se almacenaba el agua que regalaba el cielo. ¡°En un momento medioambiental tan fr¨¢gil como este quiz¨¢ debemos regresar a esas pr¨¢cticas¡±, propone Loreta Castro Reguera-Mancera. ¡°Puede que los embalses, pantanos, planteen una intervenci¨®n en el suelo muy costosa y que el aprovechamiento, casa a casa, del agua que riega el tejado no sea tan eficaz, pero hay una escala intermedia¡±, sostiene esta profesora de Arquitectura de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM) y socia del despacho Taller Capital, que dise?a proyectos urbanos para el abastecimiento hidr¨¢ulico comunitario, entre otros.
Ese nivel medio que menciona Castro Reguera-Mancera consiste en aprovechar los 700 mil¨ªmetros de agua de lluvia de la Ciudad de M¨¦xico mediante intervenciones urbanas que ayuden, de paso, a restaurar espacios semiabandonados o degradados. Esos 700 mil¨ªmetros es como decir que, una vez al a?o, toda la ciudad amaneciera con 70 cent¨ªmetros de agua en sus calles. Junto con Manuel Perl¨® Cohen, tambi¨¦n profesor de la UNAM y gran experto en urbanismo y agua, ha dise?ado varios proyectos para la recolecci¨®n de lluvia, algunos de nueva creaci¨®n y belleza arquitect¨®nica, otros mejorando espacios deportivos ya existentes, interviniendo en los vasos reguladores que han ca¨ªdo en desuso o est¨¢n azolvados, o restaurando canales antiguos. Los han presentado a la Administraci¨®n, pero el presupuesto, en tiempos de austeridad, siempre es un freno. ¡°Todas las plazas de Venecia tienen captaci¨®n de agua de lluvia y en India se hace algo parecido a lo que proponemos en algunos lugares¡±, explica Perl¨®, quien defiende lo econ¨®mico de sus proyectos.
El agua de lluvia tiene tres destinos naturales, como se recoge en uno de los trabajos de Fabiola Sosa Rodr¨ªguez, de la Universidad Aut¨®noma de M¨¦xico (UAM): un 79% aproximadamente se va en la evaporaci¨®n y el resto se reparte, pr¨¢cticamente a la mitad, entre la recarga de acu¨ªferos y la que se pierde por el drenaje mezcl¨¢ndose con las aguas negras. Esta ¨²ltima parte es la que se podr¨ªa aprovechar antes de que pase al lado oscuro. Tampoco estar¨ªa mal que se evitara el derroche del 40% del agua que se pierde por fugas en las canalizaciones, pero ese es otro tema.
El agua que va a ir al drenaje es aquella que cae sobre el suelo urbanizado, el cemento de las calles, los tejados de las casas. Para aprovecharla cabe dise?ar proyectos como los de los profesores Castro y Perl¨® o bien hacerlo casa a casa. El Gobierno de la ciudad parece haberse decantado por estos ¨²ltimos, que no est¨¢n exentos de pol¨¦mica. Una de las empresas que se dedica a ello, Isla Urbana, lleva algunos a?os dotando a las viviendas unifamiliares que no disponen de agua corriente de unos dep¨®sitos con un sistema de depuraci¨®n y filtrado que permite desechar los primeros 10 minutos de lluvia porque esas primeras gotas arrastran la mugre del cielo y del tejado, que no es poca en M¨¦xico. ¡°Es un sistema ecotecnol¨®gico. Hemos instalado 20.000 en una d¨¦cada¡±, dice Nabani Vera Tenorio, responsable de Comunicaci¨®n de Isla Urbana. El amparo econ¨®mico del Gobierno de la ciudad ha permitido instalar 10.000 del total solo el a?o pasado.
La Secretar¨ªa de Medio Ambiente se ha propuesto colocar otros 100.000 similares antes de que termine el mandato. La instalaci¨®n, en el caso de Isla Urbana, cuesta unos 20.000 pesos (unos 1.000 d¨®lares) y permite el almacenamiento de 2.500 litros lo que proporcionar¨ªa 40.000 litros en los meses de lluvia, dependiendo de la superficie del tejado. Y todo el artefacto tiene una vida ¨²til de 25 o 30 a?os, sostiene Vera Tenorio. La directora general de Coordinaci¨®n de Pol¨ªticas y Cultura Ambiental, Leticia Guti¨¦rrez Lorandi, ha afirmado que con sistemas de este estilo podr¨ªa suministrarse agua para esta poblaci¨®n m¨¢s de la mitad del a?o. El presupuesto de 2019 fue de 200 millones de pesos. En M¨¦xico, un 20% de la poblaci¨®n en los barrios m¨¢s pobres no recibe agua a diario. ¡°Toda la inversi¨®n la hace la Ciudad de M¨¦xico¡±, ha dicho en los medios de comunicaci¨®n.
Parece una buena cosa, pero no faltan quienes piensan que todos estos sistemas para la cosecha de lluvia son del todo ineficientes; que el esfuerzo material y econ¨®mico es muy alto para obtener apenas un 15% de todo el agua que necesita la poblaci¨®n. Los m¨¢s optimistas elevan esa cifra al 25%. Todo depende del sistema de captaci¨®n.
¡°La captaci¨®n de agua de lluvia a todo el mundo le suena bien¡±, sin embargo, ¡°cuando se analiza en profundidad, se encuentran elementos que escapan de una primera visi¨®n del asunto: la infraestructura necesaria para captar esa agua ser¨ªa muy costosa y estar¨ªa desaprovechada un 98% del tiempo; el volumen por captar es muy peque?o, cuando divides esos vol¨²menes de agua que llovi¨® entre los segundos del a?o, es insignificante... Y adem¨¢s se involucra un problema serio de calidad: el agua que llueve en las calles est¨¢ llena de pat¨®genos, de aceite, de grasa, de un sinn¨²mero de contaminantes, es agua que no solo no se puede potabilizar para darla a la gente, incluso es inconveniente para recargar el acu¨ªfero¡±, dicen Antonio Capella Vizca¨ªno y Ram¨®n Dom¨ªnguez Mora en el libro titulado El gran reto del agua en la Ciudad de M¨¦xico, editado por el organismo p¨²blico del agua en la ciudad, SACMEX, y revisado por quien fue su responsable en el anterior Gobierno, el ingeniero Ram¨®n Aguirre D¨ªaz.
Estos autores consideran que captar agua tejado a tejado tendr¨ªa una contribuci¨®n al abastecimiento de la ciudad menor al 5%. ¡°En ning¨²n pa¨ªs del mundo el agua de lluvia es una fuente de suministro significativa, que tenga alguna importancia, en ninguna ciudad. Hay unos cuantos proyectos, por ejemplo en una zona de Berl¨ªn, otro que se hizo en Texas, otros en algunas peque?as localidades africanas y en algunos pueblos hondure?os, pero en ninguna ciudad importante del mundo captar el agua de lluvia es una fuente significativa de suministro¡±, sostiene Capella.
En estas p¨¢ginas se otorga mayor eficacia a la filtraci¨®n de aguas en los acu¨ªferos, que siempre ha sido una de las fuentes principales de abastecimiento. Pero de nuevo, el pasado no puede medirse con el futuro. Un gran problema se cierne sobre la ciudad: la imparable poblaci¨®n est¨¢ trepando monta?a arriba, edificando en las laderas que rodean la metr¨®polis y ya se sabe que donde reina el cemento no se filtra el agua. Est¨¢n taponando las v¨ªas naturales por las que se abastec¨ªan los acu¨ªferos. Tambi¨¦n plantea problemas la deforestaci¨®n, que arrastra el agua sierra abajo sin permitir que penetre hasta los dep¨®sitos subterr¨¢neos. ¡°Esto est¨¢ siendo terrible¡±, se?ala Manuel Perl¨®, quien se decanta por soluciones espec¨ªficas para cada lugar, porque disponer de agua de lluvia es algo temporal y m¨¢s en una urbe con pluviometr¨ªa tan desigual. ¡°Hay muchas posibilidades, solo depende de la voluntad pol¨ªtica¡±, a?ade Loreta Castro Reguera-Mancera.
La Ciudad de M¨¦xico extensa, 22 millones de personas, recibe 62 metros c¨²bicos de agua por segundo procedentes de presas, acu¨ªferos (siete m¨¢s la cuenca del Cutzamala), r¨ªos, manantiales. En toda la cuenca hay 1.700 pozos. ¡°Reducir la extracci¨®n de agua de ellos tambi¨¦n ser¨ªa beneficioso para el medio ambiente porque operan con energ¨ªa termoel¨¦ctrica y adem¨¢s no se esquilmar¨ªan¡±, dice Manuel Perl¨®. Y no olvida las fugas en las canalizaciones urbanas. Pero ese es otro tema.
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