As¨ª ve el veto parental una clase de 4? de ESO: ¡°No puedes prohibir que tu hijo escuche ideas distintas de la tuya¡±

El veto parental, la propuesta de Vox asumida por el PP y Ciudadanos en Murcia que ha sacudido el mundo educativo y pol¨ªtico la ¨²ltima semana, tambi¨¦n genera opiniones muy vivas en esta clase de 4? de ESO de la escuela La Gavina, en Picanya, Valencia. La mitad de los 29 alumnos, de 15 y 16 a?os, conoc¨ªa la medida antes de que empezara la clase por haber o¨ªdo hablar de ella en casa, en las noticias o en Instagram. Carles Fenollosa, el profesor de Lengua, ha introducido el tema y a partir de entonces solo puntea el debate con preguntas cortas. Les insta a que expliquen en qu¨¦ consiste la pol¨¦mica iniciativa: "Es una norma para que los padres puedan restringir los talleres o actividades escolares a los que sus hijos no quieren que vayan. Por ejemplo una charla sobre los derechos LGTBI o sobre violencia de g¨¦nero", contesta Marc. ?Y deben los padres decidir sobre unos contenidos que se dan dentro del horario lectivo y han sido pactados en el consejo escolar?

-Yo creo que los padres no tienen el derecho de hacer que su hijo no sepa sobre estas cuestiones, que no tenga ese tipo de cultura-, responde Manel.

-Los alumnos deben conocer todos los temas y despu¨¦s decidir cu¨¢l es su opini¨®n-, afirma Mar¨ªa.

-T¨² puedes educar a tus hijos con tu ideolog¨ªa, pero no le puedes prohibir que escuche otras opiniones o que aprenda cosas de las que t¨² no le hablas en casa. Tu hijo debe decidir por s¨ª mismo en qu¨¦ va a creer y cu¨¢l es su opini¨®n. No le puedes imponer tu ideolog¨ªa-, prosigue Sara.

-Quienes lo defienden no quieren que sus hijos conozcan ideas distintas de las que ellos les dan cada d¨ªa. Hay gente de extrema derecha que considera que las personas LGTBi tienen una enfermedad. Y piensan que si en la escuela les hablan sobre los derechos de este colectivo pueden ver las cosas de manera diferente y les puede parecer normal que una persona se enamore de otra de su mismo sexo-, a?ade Yeiza.

Durante casi una hora, mientras fuera diluvia, las manos no dejan de alzarse para opinar. Probablemente influye el tema, el formato, en el que sobre todo hablan ellos, la presencia en la ¨²ltima fila del periodista que toma notas de sus comentarios y de la fot¨®grafa que los retrata con cuidado de que no se les vea la cara, pero a pesar del jaleo inicial el comportamiento es impecable. La escuela, fundada en 1975, es una cooperativa de profesores, concertada. Los alumnos proceden mayoritariamente de familias de clase media, con estudios universitarios y una orientaci¨®n pol¨ªtica progresista. Y ello seguramente explica que el rechazo que suscita la medida sea, aparentemente, un¨¢nime.

Los chavales cuestionan la eficacia del veto porque hay otras v¨ªas por las que los alumnos pueden recibir la informaci¨®n censurada: est¨¢n Internet, las redes sociales y las series, comentan. Pero en una respuesta compartida por casi todos, que el profesor admite al terminar la sesi¨®n que le ha sorprendido, los estudiantes aseguran que lo que m¨¢s les influye son los padres y la escuela, porque les dan m¨¢s credibilidad que a lo que les llega a trav¨¦s de las pantallas. Y eso agrava, apuntan, la iniciativa de Vox.

La clase se divide despu¨¦s acerca de cu¨¢l de los dos ¨¢mbitos, el hogar o el colegio, pesa m¨¢s.

-Lo que te llega de la escuela y de casa es diferente. Los padres te dan una idea que ellos creen que es la correcta. En cambio, lo que hace o lo que deber¨ªa hacer la escuela es darte argumentos objetivos y hacerte pensar-, afirma Jordi.

-En la escuela te ense?an los caminos para que elijas. Puedes fiarte m¨¢s de tus padres, pero la escuela es m¨¢s profesional-, agrega Ricard.

-Hay casas donde no se hablan de ciertos temas y para eso est¨¢ la escuela. A los que estamos en esta misma clase, por ejemplo, nos han hablado de educaci¨®n sexual aqu¨ª, pero yo creo que a muchos en casa no lo han hecho-, remata Mariola.

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